La tríada oscura de la personalidad: Señales de una personalidad oscura
Los rasgos que configuran la tríada oscura de la personalidad son considerados los más malévolos que puede tener el ser humano. Entra y descubre cuáles son las señales de esta personalidad oscura.
La tríada oscura de la personalidad es un término bautizado por los psicólogos Kevin Williams y Delroy Paulhus en el año 2002. Su nombre hace referencia a tres rasgos de la personalidad denominados “oscuros” por las cualidades malévolas asociados a ellas. De hecho, las personas que presentan puntuaciones altas en estos rasgos son más propensos a cometer crímenes. En definitiva, la tríada oscura de la personalidad reúne las características más malévolas que puede presentar el ser humano.
Al hablar de crímenes y de características malévolas quizás respires tranquilo/a pensando que estas personas únicamente están en prisión. Sin embargo, muchas personas presentan estos rasgos pero jamás cometerán crímenes y, de hecho, muchas de ellas ocupan puestos de dirección en importantes empresas. Si te interesa conocer cuáles son estos rasgos y de qué depende que una persona con estas características cometa crímenes o no, continúa leyendo este artículo para descubrirlo.
Las 3 señales de la tríada oscura de la personalidad:
Cuando se habla de la tríada oscura de la personalidad siempre se hace referencia a tres rasgos concretos de la personalidad que se presentan de forma conjunta. Los rasgos de personalidad son un conjunto de características, formas de pensar, de comportarse y de sentir que definen un individuo y que son relativamente estables a lo largo de la vida y que de por sí no tienen porqué constituir un trastorno psicológico. Cada persona tiene diferentes características ya que los rasgos están determinados tanto por la biología como por el ambiente (sobre todo el de la infancia), pero acaban configurando las actitudes que tiene una persona ante ciertas situaciones que surgen a lo largo de la vida.
La tríada oscura de la personalidad da como resultado personas con tendencias a ser insensibles, poco empáticas, egoístas, manipuladoras y malévolas con las demás personas, lo que acaba configurando lo que se conoce como psicópatas. Sin embargo, no todas las personas con estos rasgos acaban teniendo un historial de encarcelamiento, sino que pueden llegar a tener mucho éxito a nivel laboral. En concreto, las tres señales o rasgos oscuros que configuran este tipo de personalidad son las siguientes:
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El narcisismo:
La palabra narcisismo proviene de la mitología griega, en concreto, de un joven llamado Narciso que se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua de un estanque. Sin embargo, en psicología el narcisismo no hace referencia únicamente a la vanidad, sino que también se caracteriza por una fuerte tendencia al egoísmo y a una necesidad constante de poder y admiración por parte de los demás.
Las primeras impresiones que podemos llegar a tener de una persona narcisista es que tiene un gran encanto y amabilidad, pero su único objetivo es aprovecharse de los demás para conseguir sus propios logros independientemente del daño que pueda ocasionar a los demás. En definitiva, son personas que se pueden mostrar amables con aquellas personas que las admiran o que les pueden proporcionar un beneficio, pero esta amabilidad nunca es desinteresada. Además de eso, este enamoramiento y aparente seguridad que tienen hacia ellos mismos hacen que se crean superiores al resto llegando a pensar que son extraordinarios y que sus capacidades están por encima del resto, lo que los lleva a ser egocéntricas y a intentar codearse únicamente con personas que considera de su mismo “nivel”. Sin embargo, aunque parezcan ser muy seguros de sí mismos, esta seguridad es totalmente superficial escondiendo detrás de esta máscara, una muy baja autoestima.
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El maquiavelismo:
El maquiavelismo se caracteriza principalmente por la manipulación, la astucia y el cinismo. Se diferencia del narcisismo principalmente porque una persona maquiavélica no utilizará la amabilidad para conseguir lo que quiere, sino que lo hará directamente de una forma fría y manipulativa. Por lo tanto, una persona con la tríada oscura de la personalidad, una vez que se haya dado cuenta de que no consigue lo que quiere a través de la amabilidad y el encanto, pasará a intentar conseguirlo a través de la manipulación y la completa frialdad.
Cuando se trata de conseguir sus metas (sean cuales sean), no les importa la honestidad, la amistad ni ningún tipo de virtud pudiendo llegar a engañar, amenazar, a hacer uso de la fuerza y a traicionar si esto les lleva a conseguir su objetivo. En definitiva, son personas con pocas reglas éticas y harán lo que sea necesario para llegar al éxito.
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La psicopatía:
Los rasgos de psicopatía son el tercer pie de este conjunto que conforma la personalidad que se denomina “oscura”. Cuando hablamos de rasgos de psicopatía, no hablamos directamente de un trastorno psicológico ni de un psicópata que cometa crímenes sino de una tendencia que no tiene porqué suponer un problema psicológico. Las personas con este tipo de rasgos se caracterizan por un patrón marcado por la falta completa de empatía, la impulsividad, la falta de remordimientos, la insensibilidad emocional y comportamientos antisociales, es decir, dificultades para seguir normas legales, éticas y morales. En definitiva, son poco influenciables por los demás y obran según su propio código de valores personal encontrando en situaciones de riesgo grandes recompensas.
Lo que caracteriza principalmente a las personas con estos rasgos es la ausencia de empatía, aunque son capaces de entender los sentimientos de forma cognitiva, no los sienten de una manera genuina. Esto hace que no sean personas que brillen por su compromiso afectivo con los demás, dado que no se preocupan demasiado por los sentimientos ajenos.
¿De qué depende que una persona con estos rasgos cometa crímenes?
A lo largo de la historia, muchos investigadores se han preguntado esta cuestión al encontrar que muchas personas con los rasgos mencionados conviven en nuestra sociedad al margen de la criminalidad. De hecho, hay muchas personas con estos rasgos que son aceptadas y valoradas socialmente, especialmente en ciertos ámbitos laborales. Para hablar de esta cuestión es importante dejar claro dos términos distintos, las personas psicópatas clínicas (personas que han cometido crímenes) y las personas psicópatas subclínicas (personas que tienen los rasgos de psicopatía, pero que no han cometido ningún crímen y que viven integradas en la sociedad).
La cuestión es que se han encontrado diferencias a nivel cerebral entre las personas que presentan estos rasgos de las que no los presentan, independientemente de si son psicópatas clínicos o subclínicos. Una de estas diferencias que se han encontrado es que las personas con estos rasgos tienen conexiones reducidas entre el córtex prefrontal y la amígdala, áreas cerebrales que se encargan principalmente del procesamiento e interpretación de las emociones. Por lo tanto, no habría diferencias notables a nivel cerebral entre las personas con rasgos psicopáticos que cometen crímenes de las que no los cometen.
Lo que modelaría esta diferencia sería la influencia del ambiente en la etapa de la infancia y la adolescencia. De hecho, muchas personas que son psicópatas clínicas tienen un historial en la infancia de abuso sexual, maltrato, padres “poco” presentes, etc. por parte del entorno familiar. En la actualidad, por lo tanto, se da una relevante importancia al rol que ejerce el ambiente familiar para la formación y/o el mantenimiento de los rasgos psicopáticos a lo largo de la vida y sería uno de los factores que podrían explicar porqué hay personas que tienen rasgos de la personalidad oscura, pero no que acaban cometiendo crímenes.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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