¿Qué es el trastorno de personalidad por evitación (TPE)? 7 Síntomas para identificarlo

El trastorno de personalidad por evitación (TPE) es poco conocido socialmente y no es de los que más llamen la atención en las redes. Se sabe más sobre la fobia social y el trastorno antisocial de la personalidad, y a veces se pueden confundir los diagnósticos, ya que comparten rasgos comunes pero con una serie de diferencias. 

Cuando una persona tiene este trastorno de la personalidad evitativa suele sentir una inhibición social extrema debido a que se percibe como alguien insuficiente así como por la sensibilidad que estos individuos tienen ante las críticas negativas y el rechazo.

Sin embargo, el trastorno evitativo no implica ser tímido/a o sentirse socialmente incómodo/a, este trastorno de la personalidad evasiva suele causar muchos problemas ya que afecta a la capacidad de interactuar con los demás y mantener relaciones significativas. Se estima que aproximadamente el 1% de la población tiene un trastorno de la personalidad por evitación.

¿Qué es el trastorno de la personalidad por evitación?

El trastorno de la personalidad por evitación o TPE es un trastorno basado en una sensibilidad extrema al rechazo y el juicio negativo por parte de los demás. Son personas que viven hipervigilantes y con el temor constante a la crítica, aspecto que les lleva a aislarse socialmente y a evitar trabajos o situaciones que impliquen relacionarse socialmente.

Aunque no vean signos claros de que los demás le rechazan, la persona con TPE o el trastorno evitativo siente que los demás piensan mal de él/ella, que es un inepto/a o incapaz y se auto-critica de forma excesiva, por lo que se retrotrae para evitar que descubra su nivel de ineptitud. Esta desconfianza hacia lo que puedan pensar los demás sobre él/ella provoca un gran desgaste emocional a la persona, que no siente otra salida más que la reclusión social provocada por un autoconcepto negativo y le provoca a su vez sentimientos de tristeza y ansiedad continuada.

Así, se puede decir que se trata de un trastorno que cursa con una bajísima autoestima. No se sabe a ciencia cierta si es la baja autoestima continuada lo que provoca el trastorno de evitación o pasa al contrario. Lo cierto es que no es necesario que la persona acumule malas experiencias a nivel social para que se desarrolle el trastorno por evitación sino que puede ser una cuestión de creencias nucleares que se desarrollan desde la infancia y que se van corroborando por las experiencias que va acumulando.

Una persona que sufre de este trastorno de la personalidad por evitación, practica lo que los psicólogos denominamos "lectura de pensamiento" que se basa en dar por hecho lo que piensan sobre uno mismo los demás, sin tener pruebas de que sea así realmente. Por tanto, suelen utilizar frases como: "¿para qué intentarlo si voy a fracasar?", "si le digo cualquier cosa va a pensar que es una estupidez", "a la gente le gusta humillar, si me muestro, verán mis puntos débiles y me harán daño", "soy un/a fracasado/a", "soy la persona menos interesante que existe", etc.

A diferencia del trastorno antisocial de la personalidad, las personas con este trastorno de la personalidad evasiva desean relacionarse, pero es tan grande el temor a ser rechazados que lo evitan. Las personas que sufren el trastorno antisocial no desean el contacto sino que disfrutan de la soledad.

El TPE es un trastorno de personalidad, lo que implica que no es una cuestión puntual de la persona sino que es una tendencia de la personalidad. Esto quiere decir que el curso es generalmente crónico, a diferencia de la Fobia Social, que se trata de un trastorno de estado y no de rasgo.

Síntomas del TPE, el trastorno de la personalidad por evitación

Según el DSM-V, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, las personas con este trastorno por evitación suelen padecer los siguientes síntomas:

1. Evitación de interacciones sociales: La persona evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal, debido al temor a ser criticado/a, a la desaprobación y/o al rechazo. De hecho, las personas que sufren del trastorno por evitación suelen aislarse socialmente, lo que puede ser un peligro para su salud mental.
2. Miedo al rechazo: Una persona con el trastorno evitativo suele evitar implicarse con la gente a menos que esté seguro de que va a agradar.
3. Temor a la desaprobación de los demás: Se reprime en las relaciones de intimidad por miedo a ser avergonzado/a o ridiculizado/a. El miedo a sufrir vergüenza por parte de los demás les conduce a esta conducta evitativa propia de este trastorno. 
4. Fobia a las críticas: Tiene un elevado temor a ser criticado/a o rechazado/a en cualquier tipo de situación social
5. Sentimientos de inferioridad: Se siente inferior a cualquier persona y eso le provoca un patrón de inhibición y evitación ante los demás. 
6. Baja autoestima: Se consideran personas ineptas socialmente, poco interesantes y/o inferiores a los demás. Normalmente, el trastorno evitativo de la personalidad suele estar muy relacionado con una baja autoestima. 
7. Evitación de las relaciones íntomas: Se muestra reacio/a a implicarse en nuevas actividades debido a la posibilidad de sentirse comprometido/a y correr el riesgo de ser rechazado/a.

Estas son las principales señales que pueden indicar que una persona sufre de este trastorno por evitación. Si te sientes identificado/a con muchas de ellas, es importante que consultes con un profesional de la salud mental. 

¿Qué causa el trastorno por evitación?

No se sabe aún la causa de este trastorno evitativo pero la mayoría de investigadores apuntan hacia un origen biopsicosocial, es decir, un componente biológico o genético combinado con otro componente aprendido por el entorno más temprano de la persona, principalmente por la relación que tienen los padres con el entorno y la idea que tienen estos sobre la sociedad así como las primeras experiencias de interacción del niño con la sociedad (amigos, familiares, etc).

Todo esto acaba provocando en la persona unos ciertos rasgos de personalidad (el tercer factor que influye) y habilidades de gestión del estrés, que se moldean con los factores ambientales y la base genética provocando así el trastorno evitativo de la personalidad.

Hay estudios que parecen indicar que si los padres sufren del trastorno por evitación, es más probable que los hijos también lo padezcan, no sólo por el posible componente genético sino también por las creencias y maneras de comportarse que inculcarán al niño/a y que éste verá en sus padres, que son el referente del menor.

¿Qué consecuencias tiene esta conducta evitativa?

Con el tiempo, el trastorno de la personalidad por evitación puede llegar a producir un impacto muy profundo en la experiencia diaria de las personas que lo sufren. De hecho, las personas pueden sufrir las siguientes consequencias: 

• Aislamiento y soledad: Las personas que sufren del trastorno por evitación pueden llegar a sufir un aislamiento autoinducido y a padecer de las consecuencias que la soledad no intencionada puede tener para la salud mental. De hecho, la falta de conexión social puede hacer que las personas se sientan solas y aisladas, algo que suele contribuir a la aparición de trastornos como la depresión. 
• Desafíos en la escuela y el trabajo: Los pensamientos negativos y el miedo a sentirse rechazado ante las relaciones pueden hacer que el trastorno evitativo sea un impedimiento para tener un buen desempeño en la escuela, universidad y en el trabajo. 
• Problemas en la salud mental: La falta de apoyo social también puede contribuir a sufrir más las consecuencias de un exceso de estrés. Además, no tener conexiones con los demás puede ser uno de los factores de riesgo a desarrollar trastornos del sueño, el abuso de sustancias y hasta puede aumentar las probabilidades de padecer de enfermedades como la diabetes, o problemas del corazón. 

¿Cómo se cura el trastorno de la personalidad por evitación?

Dado que es un trastorno de personalidad, se suele diagnosticar en la vida adulta, pero muchas veces es enmascarado bajo el diagnóstico de fobia social. Además, muchas veces las personas con este trastorno no vienen a terapia porque se dan por vencidas, sólo acuden cuando el estado les genera un malestar tal, que están completamente anuladas como personas o cuando algún familiar les hace saltar la voz de alarma.

Hay que tener en cuenta que las personas con el trastorno de la personalidad por evitación tienen una gran rigidez y limitación excesiva al cambio, por lo que el tratamiento psicológico suele combinarse con el farmacológico para conseguir mejores resultados.

La psicoterapia se tiene que centrar en trabajar el origen de esos pensamientos nucleares, de la inhibición y de posibles vivencias negativas que hayan podido provocar el aislamiento. Así, se tienen que reformular los pensamientos y vivencias a la vez que se debe trabajar la mejora de la autoestima y el autoconcepto para que la persona pueda exponerse a relacionarse socialmente sin esa evaluación y miedo constantes.

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