Body shaming: ¿Cómo nos afecta tener una mala percepción de nuestro cuerpo?

El body shaming, también conocido como sentir vergüenza corporal, se trata del acto de criticar la apariencia física propia o de otra persona. Al actuar así tanto con nosotros mismos como con los demás, este tipo de acoso acaba contribuyendo a experimentar de baja autoestima y puede llegar a provocar graves problemas de salud mental. Por lo que, es importante aprender a lidiar con estas emociones y tener una imagen positiva de nosotros mismos. Pero, ¿qué implica el body shaming y cómo puede afectarnos?

¿Qué es el body shaming? Significado

Cuando hablamos de body shaming esto se trata del acto de decir algo negativo sobre los cuerpos de una persona. Una persona con esta vergüenza corporal puede hacer comentarios o tener una perspectiva negativa sobre el tamaño, la edad, el cabello, o el nivel de atractivo. Al tener esta percepción sobre nuestros cuerpos o recibir este tipo de comentarios por parte de los demás, las personas pueden acabar padeciendo ciertos problemas de salud mental como trastornos alimentarios, depresión, ansiedad, baja autoestima, y principalmente el sentimiento general de odiar el propio cuerpo.

Signos de bogy shaming

Si una persona padece de body shaming pude tener las siguientes actitudes o pensamientos:

• Percepción distorsionada sobre el propio cuerpo que provoca dudas, baja autoestima y deseo de aislamiento.
• Debido a estos pensamientos negativos alrededor de nuestro cuerpo, algunas personas pueden acabar desarrollando un trastorno alimentario como la anorexia o la bulimia.
• Trastornos de salud mental como la depresión, la ansiedad y/o dismorfia corporal.
• Tener tendencia de conductas autolesivas y/o suicidas.
• Angustia psicológica y emocional, que puede comportar sentimientos de vergüenza, inutilidad, culpabilidad, o rabia hacia uno mismo.
• Estar descontento con nuestra apariencia física y experimentar una insatisfacción debido a esto.
• Preocupación extrema por la imagen corporal que se manifiesta en comportamientos poco saludables, como acabar siguiendo, seguir dietas estrictas, tener rutinas de ejercicios muy rígidos, tener la necesidad de realizarse numerosos procedimientos cosméticos, todo esto para cambiar o ‘mejorar’ nuestra apariencia.

¿Cómo puede afectarnos el body shaming?

Tener esta actitud contigo o con los demás puede ser muy perjudicial para tu propio bienestar. El motivo es que el body shaming puede producir sentimientos incómodos, actitudes poco saludables y patrones de comportamiento muy perjudiciales para la autoestima o salud física. El impacto de la vergüenza corporal con el tiempo puede desencadenar inseguridades personales que pueden afectar el funcionamiento y las interacciones sociales. Como consecuencia, muchas personas puede acabar desarrollando problemas de salud físicos y psicológicos graves.

¿Cómo podemos superar el body shaming?

Para superar esta mala percepción que podemos tener sobre nosotros mismos requiere de mucho trabajo introspectivo y de esfuerzo intencional. Sobre todo, ante este esta vergüenza corporal debemos afrontar los pensamientos negativos que pueden afectarnos para llegar a construir una imagen positiva de uno mismo. Teniendo esto en cuenta, algunas de las maneras en las que podemos superar eficazmente el body shaming:

1. Replantea tu diálogo interno: En muchos casos, las personas que sufren de esta vergüenza corporal suelen tener un diálogo interior muy crítico. Por lo que, para poder dejar de lado este tipo de pensamientos, es importante intentar adquirir el hábito de replantear aquellos pensamientos o ideas que pueden ser negativas o críticas hacia nosotros.
2. Mira más allá de tu cuerpo: Mira más allá de tu apariencia física y trata de reconocerlo todo, desde tus atributos de la personalidad hasta tus habilidades y conocimientos. Evaluarte como un todo, puede ayudarte a tener una impresión mucho más positiva y amplia sobre ti mismo.
3. Céntrate en tu autocuidado: Ante estos pensamientos sobre tu cuerpo, lo mejor que puedes hacer es intentar centrarte en cuidarte mental y físicamente. Por ejemplo, cuidar nuestra alimentación, dormir las suficientes horas, practicar la atención plena, o simplemente centrarte en ti mismo.
4. Rodéate de gente que te aprecie: Las personas con las que nos rodeamos también tienen mucha influencia en lo que creemos o pensamos sobre nosotros mismos. Ante el body shaming, puede ser una buena idea rodearte de personas afectuosas que sean inspiradoras y alentadoras, además de que no ejerzan un juicio hacia ti.
5. Desarrolla la autocompasión: Tener un sentimiento de bondad corporal y aprender a practicar el amor propio puede ayudarte a dejar de lado los sentimientos incómodos que pueden estar asociados con el body shaming.

El body shaming se trata de una actitud que puede comportar muchos estragos en nuestra salud física y emocional. Por lo que, deberías tomarte en serio este tipo de pensamientos sobre tu apariencia y empezar a actuar para que esta mala percepción sobre ti mismo cambie. Con tiempo y esfuerzo, podrás valorarte de manera más íntegra.

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