¿Cómo nos afectan los filtros de Instagram? 5 Problemas para nuestra salud mental
¿Cómo nos afectan los filtros de Instagram? ¿Qué efectos pueden tener estas distorsiones para nuestra salud mental? Descubre los problemas psicológicos que puede conllevar su abuso.
Los filtros de Instagram hacen posibles realidades estéticas que serían muy difíciles a no ser que pasáramos por un quirófano: tener los pómulos más definidos, los labios más gruesos, una nariz fina, pestañas de escándalo, ojos brillantes, entre otros. Todos estos cambios son posibles no solo ya para tener fotos bonitas para un perfil en nuestras redes sociales, sino también para grabar videos con una apariencia más que modificada.
Aunque el uso de estos filtros para fotos y videos pueda parecer algo sin importancia, la realidad es que debido al peso que cada vez tienen más nuestras redes sociales, estas modificaciones acaban afectando a los estándares de belleza de la sociedad, algo que también puede acabar perjudicando la autoestima de las personas que las usan con más frecuencia.
¿Son perjudiciales los filtros de Instagram?
Algunas revistas médicas han bautizado este fenómeno relacionado con los filtros de Instagram como ‘dismorfia de Snapchat’, haciendo referencia a la primera red social en lanzar las máscaras que deformaban el rostro en tiempo real. Estos primeros filtros te permitían ver con objetos o deformidades en la cara divertidas o graciosas. Pero, ahora, estos filtros han pasado a otro nivel. Tanto es así que los filtros se han convertido hoy en día en una de las herramientas más usadas en videos y fotografías. Estos son algunos de los problemas que pueden estar relacionados con el abuso de estos filtros:
- Cánones de belleza inalcanzables: Cuando las deformaciones en el rostro y el cuerpo eran más que evidentes, sobre todo con las primeras versiones de este filtro, no había ningún tipo de problema. Pero, ahora, estas modificaciones son imperceptibles, lo que crea una distorsión de la realidad e incluso estándares de belleza inalcanzables.
- Problemas de autoestima: El principal problema y el más alarmante de todos los que puede conllevar la normalización del uso de los filtros de Instagram son aquellos relacionados con la autoestima. Las personas pueden deteriorar su autoestima a medida que se comparan con la belleza modificada tanto de sí mismos como de los demás a través de los filtros de Instagram.
- Trastorno dimórfico corporal: Sobre esto, el Journal of the American Medical Association (JAMA) advierte que este fenómeno no solo está dando a nuevos problemas de autoestima que incluso podrían desembocar a un trastorno dimórfico corporal, es decir, una condición que se caracteriza por una preocupación excesiva por la imagen corporal, y una percepción irracional sobre tu propio cuerpo.
- Ansiedad: Además, los filtros no solo pueden perjudicar a nuestra autoestima, también crean otros problemas como la ansiedad o el FOMO (Fear of Missing Out o miedo a perderse algo).
- Trastorno obsesivo-compulsivo: Debido a los filtros de Instagram y de otras redes sociales como Tiktok o Snapchat, son cada vez las demandas en centros de cirugía estética para realizarse operaciones en referencia a algunas modificaciones que se realizan a través de ellos. En algunos casos, las personas que intentan encajar en esta belleza digital puede trasladarse al mundo real en forma de un trastorno obsesivo.
Estos son algunos de los principales problemas que pueden conllevar los filtros de Instagram y otras redes sociales. La razón es que la cara perfecta que podemos ver en ellos es difícilmente superada por la realidad.
La autoestima en la era de los filtros digitales
Los efectos negativos de este tipo de filtros pueden persistir incluso cuando ya no se están usando y los usuarios pueden volver a ver su rostro sin ninguna distorsión. De hecho, al usar estos filtros, las personas tienden a comparar su ‘yo real’ con el ‘yo retocado’. Al hacerlo, es obvio que la imagen natural nunca podrá estar a la altura de la que se ha diseñado a través de una máscara de belleza.
El peligro esencial de estos filtros es que acaban dañando tanto nuestra autoimagen como nuestra autoestima. Además, si te acabas acostumbrando a verte a través de una imagen distorsionada, las personas pueden desarrollar un trastorno disociativo, lo que acaba conllevando no reconocerse en una fotografía que no ha sido retocada.
La presión social que se ejerce a través de estos cánones de belleza puede ser muy peligrosa, sobre todo en adolescentes. La razón es que no es saludable que en la etapa donde estamos forjando nuestra identidad las personas se expongan a un estándar ficticio creado por las redes sociales. Intentar encajar en esta belleza digital puede comportar un trastorno obsesivo-compulsivo, como son los casos del denominado ‘dismorfia de Snapchat’, que se define por una preocupación muy persistente por los defectos e imperfecciones físicas que son aparentemente imperceptibles por los demás, pero que provocan un profundo malestar en quien las padece.
Ante estos efectos observados en los filtros de Instagram y otras redes sociales, es vital que las personas se alejen del ideal de belleza perfecta que se crean debido a su uso. Lo que vemos en Internet, sobre todo en el caso de las fotografías y vídeos, no implica que sea la realidad.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Hola! Quisiera saber quien escribió este artículo para poder citarlo en una tesis. Muchas gracias!