El estrés se puede definir como todos aquellos cambios que pueden causarnos una tensión emocional, física o psicológica. Cuando experimentamos de estrés estamos ante una respuesta de nuestro cuerpo ante cualquier cosa que requiera de atención y/o acción. Todas las personas podemos experimentar de estrés hasta un cierto punto, sin embargo, la manera en la que respondemos a estas emociones marca una gran diferencia para nuestra salud mental y física.
¿Qué es el estrés? Definición
El estrés es un estado de tensión nerviosa causado por diversos motivos, desde laborales o académicos hasta problemas sociales. Incluso una mala racha en la pareja, el nacimiento de un hijo o un trauma pueden provocar estrés. En la mayoría de los casos, suele estar provocado por un cambio vital.
Según algunos profesionales, más del 40 % de la población de nuestro país sufre estrés. El Instituto Nacional de Estadística eleva esta cifra y apunta que casi el 60 % de los trabajadores ha padecido estrés en su lugar de trabajo, lo que ocasiona otros problemas físicos y mentales. Pero lejos de lo que se cree, el estrés no siempre conlleva consecuencias negativas para la persona que lo sufre. Algunas veces este estado de tensión ayuda a incrementar la autoestima y refuerza nuestros límites.
Podríamos definir el estrés como una serie de reacciones fisiológicas y psicológicas en las que intervienen el sistema nervioso, el sistema inmunitario y el sistema endocrino. Estos sistemas sirven para restablecer el equilibrio homeostático que se pierde durante la situación de estrés.
- Nos pone en alerta: En cuanto aparece una alerta o amenaza en el exterior(lo que se conoce como un estresor externo) se produce una situación de "alarma" que pone en funcionamiento todas una serie de mecanismos fisiológicos que preparan al organismo para hacerle frente (luchar) o para evitarlo (huir). Estas reacciones son muy diversas e implican a todo el cuerpo.
- Aumento de la actividad de ciertos sistemas: Cuando se genera el estrés se produce un aumento de la actividad en diferentes sistemas, como por ejemplo: dilatación de las pupilas, agudización del oído, aumento del nivel de ciertas hormonas (adrenalina, noradrenalina, cortisol, epinefrina, etc.), mayor contracción del músculo cardíaco, aumento de energía en la musculatura, etc.
- Disminución de la actividad de otros sistemas: Pero también tiene lugar una disminución de la actividad de todos aquellos sistemas que no sean necesarios en ese momento para hacerle frente a la amenaza, por ejemplo: disminuye el flujo sanguíneo hacia el sistema digestivo, ya que ese flujo sanguíneo lo hemos aumentado en el músculo cardíaco para que bombee más sangre a la musculatura por sí debemos salir huyendo o luchar. De este modo, también disminuye la actividad del sistema inmunitario, del sistema de crecimiento o del sistema reproductor, entre otros. En cuanto esa situación de amenaza (estresante) desaparece, el organismo vuelve a su funcionamiento normal.
- Se genera en situaciones muy diversas: Las situaciones estresantes pueden desencadenarse de diferente manera y en diferentes ámbitos de nuestra vida: en el trabajo, en casa, con la familia, con algún amigo, por los estudios, debido a un problema de salud, etc. Pero el potencial estresante no reside tanto en el estresor en sí mismo, como en la manera como lo percibimos cada uno de nosotros y como gestionamos esa percepción. Por eso, una situación determinada puede producir estrés en una persona y en otra no.
Síntomas de estrés
Podemos identificar una de estas enfermedades emocionales tanto a través de los síntomas del estrés emocionales como físicos e incluso viendo como este afecta a nuestro comportamiento. Tanto es así que en muchas ocasiones podemos ver diferentes reacciones fisiológicas así como efectos del estrés en nuestras emociones. Principalmente, podríamos identificar si tenemos estrés o si se trata de un caso de una persona nerviosa si esta presenta los siguientes síntomas del estrés.
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Depresión
- Arranques de ira
- Estado de agitación
- Insomnio
- Problemas musculares (tensión muscular en la espalda, dolor mandibular…)
- Dolor de cabeza y migraña
- Elevación de la presión sanguínea
- Incremento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada
- Dolor en el pecho
- Problemas para respirar
- Palpitaciones
- Sudor
- Malestar gastrointestinal (dolor de estómago, vómitos, náuseas, diarrea…)
- Falta de apetito sexual
- Cansancio
En muchas ocasiones se presentan los síntomas tanto de depresión, como de estrés y ansiedad conjuntamente a causa de que estás patologías tienen muchos rasgos en común. Tanto es así que el estrés va de la mano de estas enfermedades en la mayoría de los casos en que sus niveles son elevados.
¿Qué causa el estrés?
Al ser un estado de tensión nerviosa, el estrés puede estar provocado por distintos motivos, razones que supongan para nosotros un cambio o una situación agobiante que nos cause alguna reacción psicosomática, inquietud y ansiedad. Pero ¿qué provoca el estrés? ¿Cómo se genera este estado de agobio, angustia y nervios?
Entre las causas del estrés más frecuentes indicamos las siguientes:
- Exceso de trabajo
- Un ascenso
- Problemas con el jefe o los compañeros
- Una conferencia
- Un trauma
- El nacimiento de un hijo
- Una mudanza
- Problemas en la pareja o en la familia
- Exámenes o pruebas de acceso
- Un trabajo de clase
- Exceso de responsabilidades familiares
- Problemas financieros
Causas del estrés
El estrés aparece como un aviso, una señal que nos envía nuestro cuerpo para advertirnos de que nos estamos pasando o simplemente de que algo no va bien. Ya sea en momentos de exceso de trabajo, problemas económicos, duelos, rupturas de pareja o incluso cambios en nuestra vida o rutina.
En momentos como estos nuestro cuerpo libera unas hormonas que, por un lado, aceleran nuestra frecuencia cardíaca y por otro hacen que nuestra digestión sea mucho más lenta. De esta manera, nuestro cuerpo se somete a un cambio del que no estaba acostumbrado. Una vez volvemos a la “normalidad” volvemos a relajarnos. Pero si esta situación de descanso no llega podemos empezar a hablar de estrés crónico.
Los psicólogos han identificado tras diversos estudios algunas de las principales causas por las que la mayoría de nosotros podemos padecer de estrés.
- Miedo e incertidumbre: Cuando estás en una situación dónde se experimenta miedo e incertidumbre, es muy probable que tu cuerpo acabe sufriendo de estrés. De este modo, en muchas ocasiones las personas lo perciben tanto en situaciones de malestar laboral o junto a la tensión emocional que puede surgir en el vínculo de tus amigos o pareja.
- Actitudes y percepciones: La manera en la que percibimos o vemos nuestro alrededor es una de las razones por las que podemos llegar a sufrir el estrés. Es decir, una persona nerviosa que se preocupa por situaciones del día a día es muy probable que acabe teniendo síntomas de estrés que acaben perjudicando su vida. Por ello, la mayoría de casos dónde aparecen síntomas estrés agudo o crónico están relacionados con la negatividad de una persona.
- Expectativas irrealistas: El perfeccionismo tiene una doble cara. Por una parte, podríamos decir que es bueno para intentar dar lo mejor de ti, pero intentarlo todo con expectativas irrealistas puede ser toda una fuente de estrés y ansiedad. Esperar hacerlo bien todo en cualquier instante es una manera de acabar sintiéndose estresado.
- Cambio: Salir de la zona de confort genera una situación estresada en muchas personas. Como consecuencia, si este cambio se prolonga durante bastante tiempo puede hacer que genere el denominado estrés emocional. En él percibimos el estrés en situaciones dónde no lo podemos controlar como por ejemplo la muerte de un familiar, el divorcio, o incluso preparando un evento feliz como una boda.
Estas son las principales causas y consecuencias del estrés en nuestra vida. A pesar de estar en estas situaciones, muchas personas no tienen un problema psicológico, ya que a niveles bajos el estrés es positivo y genera una respuesta correcta en nuestro organismo. El problema de una persona estresada acaba siendo que se generen continuamente las hormonas del estrés y toda la tensión nerviosa asociada a estas reacciones de huida o de lucha.
¿Cuáles son los tipos de estrés?
La Asociación Americana de Psicología diferencia tres tipos de estrés:
- Estrés agudo: Este tipo de estrés es a corto plazo y suele ser el más común. Suele suceder cuando las personas consideran una presión debido a un evento o tarea. Este tipo de estrés y sus síntomas no causa el mismo daño que el estrés crónico o de largo plazo.
- Estrés crónico: Este tipo de estrés se desarrolla durante un período prolongado y es el más dañino. De hecho, sufrir de este tipo de estrés emocional y físico puede acabar haciendo que nuestro cuerpo vuelva al nivel normal de la hormona del estrés, lo que acaba pasando factura, ya que provoca problemas tanto cardiovasculares, como respiratorios, en el sueño, entre otros.
- Estrés traumático: Estos tipos de estrés ocurren debido a que la persona ha sufrido de un trauma extremo como resultado de una experiencia o accidente muy severo.
Consecuencias del estrés
Como ya hemos apuntado, el estrés puede tener consecuencias graves para la salud física y emocional de una persona. Estar sometido a un estado de tensión nerviosa constantemente puede provocar la aparición de enfermedades crónicas relacionadas con la piel, el corazón, y ocasionar otros trastornos emocionales, como ansiedad o depresión.
Los últimos estudios apuntan, además, que el estrés también estar detrás de algunos procesos tumorales, así como de la aparición de la artritis reumatoide, problemas de alergias, afecciones vasculares y respiratorias y patologías gastrointestinales. Asimismo, provoca una bajada de las defensas, por lo que las personas más estresadas tienden a enfermar más y a coger más infecciones. Además de ello, algunas de las consecuencias de sufrir de demasiado estrés pueden ser las siguientes:
- Negación: podemos llegar a asegurar que la situación la tenemos controlada, aunque eso no se corresponda con la realidad, para no parecer débiles.
- Sedentarismo: uno se siente tan cansado que deja de hacer ciertas actividades, como ir al gimnasio, salir a pasear...
- Aislamiento: empezamos a no quedar con los amigos, a preferir encerrarnos en la habitación a solas…
- Falta de descanso: los pensamientos intrusivos no nos dejan dormir por la noche, por lo que empezamos a mostrar insomnio e hipersomnia diurna.
- Agresividad: en respuesta al malestar que estamos sintiendo, estamos más irascibles con los demás.
- Mala alimentación: comemos más, o poco, poco sano, ingerimos más grasas y azúcares (se les llama "alimentos consoladores" porque llenan el vacío emocional que estamos sintiendo).
- Abuso de sustancias: ante una situación que nos produce malestar general, intentamos buscar consuelo o placer inmediato en las "varitas mágicas" como por ejemplo el tabaco, el alcohol, las drogas, el café o los ansiolíticos.
- Adicción al trabajo: llenar nuestra vida de ocupaciones es una forma de evitar afrontar nuestra situación de estrés.
Estos comportamientos son, a su vez, estresores internos que vienen a complicar la situación que estamos viviendo, convirtiéndose en un círculo vicioso que algunas personas convierten en un estilo de vida.
Es importante saber que esta situación no es deseable, ni normal, ni inevitable. Podemos dejar de reaccionar al estrés y empezar a responder de forma más adaptativa. Esto pasa por ser más conscientes, momento a momento de nuestro cuerpo y nuestra mente y por no quedarnos atrapados en nuestras reacciones automáticas habituales ante el estrés, sino crear alternativas de respuesta con una mayor creatividad y apertura ante situaciones complicadas.
¿Cómo combatir el estrés?
Controlar el estrés es muy relevante para poder lidiar con los síntomas y que estos no afecten a nuestra salud. Por ello, lo primero que debemos hacer es tratar de determinar cuál es la causa de nuestro estado de nervios y tensión. En los casos de estrés laboral o de estrés postraumático, la razón parece estar clara, pero no en el resto de situaciones, que quizá requieran la asistencia profesional de un terapeuta.
Empieza por ser consciente de que el estrés aparece en muchos momentos de nuestra vida y no se trata de que lo gestiones una vez y una vez se haya ido el problema se ha eliminado. Se trata de que aprendas a aplicar una rutina correcta para que el estrés no aparezca y si lo hace sea momentáneo y gestionable.
- Reconoce de dónde proviene el estrés: Una de los primeros pasos para lidiar con el estrés es intentar reconocer las señales de advertencia que tu cuerpo te manda. Entre ellas podrás ver diferentes estilos de síntomas del estrés.
- Haz ejercicio: La actividad física reduce la hormona del estrés y además libera endorfinas, encargadas de mejorar nuestro estado de ánimo. Asimismo, mejora nuestra higiene del sueño y nos beneficia en nuestra autoestima.
- Come sano: Evitar ingerir cafeína en exceso, chocolates o productos ultra procesados nos ayudará a estar más positivos y evitando la ansiedad.
- Practica mindfulness: Esta técnica de atención plena nos permite observar y prestar conciencia en las cosas que tenemos en nuestro alrededor y que estamos haciendo y dejar de darle vueltas a la cabeza con cosas que debemos hacer o aún no hemos hecho.
- Cambia tu estilo de vida: Muchas veces el estrés que experimentamos es debido a un estilo de vida muy ajetreado sin la presencia de momentos para nosotros o para simplemente descansar. Por este motivo, una de las formas de poder controlar el estrés es justamente cambiando algunos aspectos de nuestra vida. Un buen ejemplo es intentar aumentar nuestras interacciones sociales y dedicar más espacio para disfrutar de nuestra familia y nuestros hobbies.
Los efectos del estrés sacuden constantemente nuestra sociedad. La razón es que estamos más que acostumbrados a convivir con todos los tipos de estrés en nuestro día a día e incluso lo hemos normalizado. Esta actitud es perjudicial tanto para nuestra felicidad como para nuestra comunidad. Tratar el estrés es vital para poder disfrutar de todo lo que somos y hacemos con nuestra existencia.
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Bibliografía
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- Horne, C (2020). What Is Stress? Definition, Psychology, And Coping Mechanisms. Better Help. https://www.betterhelp.com/advice/stress/what-is-stress-definition-psychology-and-coping-mechanisms