4 consejos para sobrevivir a los padres hipercríticos
Las consecuencias de mostrar una actitud excesivamente exigente y crítica con nuestros hijos son muy negativas. Inseguridad, estrés, baja autestima son algunas de ellas.
La educación de los hijos es una etapa compleja. Los padres debemos enseñarles el camino a seguir en la vida, las pautas y herramientas necesarias para que ellos aprendan a actuar por sí solos siempre desde el respeto, el sentido común y la responsabilidad.
Esa debería ser una de nuestras misiones principales. Pero algunas veces queremos que sus actuaciones, su rendimiento académico y su comportamiento sean perfectos. No admitimos fisuras ni errores. Y en lugar de dejar que ellos yerren y aprendan de sus equivocaciones, cuestionamos y criticamos sus decisiones, exigiéndoles la cuasi perfección en todo: las notas, los amigos, la vestimenta, etc.
Se ha hablado en muchas ocasiones de los llamados "padres tóxicos" que hacen uso de la manipulación, la exigencia y el maltrato para conseguir sus objetivos y quedar siempre por encima de sus propios hijos. Si bien es cierto que el exceso de crítica por sí solo no es síntoma de un "padre tóxico", sino un defecto que muchas veces cometemos, quizá sin ser conscientes de ello, no es menos cierto que las consecuencias de esa actitud, excesivamente exigente y crítica hacia nuestros hijos, son igualmente negativas. Inseguridad, baja autoestima, estrés, ansiedad, fobias o depresión pueden ser algunos de los trastornos emocionales que podemos relacionar con nuestro comportamiento si somos unos padres hipercríticos o sumamente exigentes.
De hecho, un reciente estudio realizado por la Asociación Americana de Psicología apunta a que una actitud demasiado crítica con nuestros hijos puede incluso impedir una mejora de los síntomas en aquellos menores que sufren Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), mejora que suele producirse con la llegada de la adolescencia.
Qué hacer cuando los padres son hipercríticos
Un primer paso es no perder la motivación. Si los padres son sumamente exigentes con el rendimiento académico de sus hijos o valoran negativamente su comportamiento o su modo de vestir hay que tratar de que ello no afecte a la autoestima. Aunque es difícil, hay que procurar que los intereses, gustos o motivaciones no se vean alterados por las críticas negativas de los progenitores. Hay que intentar reforzar la autoestima y actuar con seguridad, aun cuando dichos intereses sean distintos a los de los padres.
Es interesante tratar de impulsar la comunicación y el diálogo, haciendo partícipes a los padres de los problemas que se tengan y las dificultades que hay que afrontar para que comprendan que aún no se es lo suficientemente maduro para determinado reto o no se está capacitado para llevarlo a cabo. También se ha de hablar de los gustos y las motivaciones, y de lo importante que es que se respeten.
Asimismo, es conveniente que se planteen los aspectos negativos de las críticas, cómo hacen sentir, cómo deterioran la autoestima, llamando la atención sobre lo necesario que es recibir apoyos y felicitaciones por los logros alcanzados, sobre la importancia de que se resalten también los aspectos positivos, no solo los negativos, y se valore también el esfuerzo.
Por último, se debe defender la necesidad de cometer errores, de equivocarse. Y que, lejos de criticar, es en esos momentos cuando resulta fundamental recibir comprensión y, por supuesto, también ayuda.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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