Los 11 mecanismos de defensa más comunes: Ejemplos y maneras de evitarlos
¿Sientes que evades muchas situaciones incómodas? ¿Crees que no sales de tu zona de confort por miedo? Quizá estás usando demasiado tus mecanismos de defensa. Descubre el por qué.
A veces no nos podemos enfrentar o afrontar a ciertas situaciones en nuestra vida. En estos casos aparecen los denominados mecanismos de defensa de manera instantánea, haciendo que podamos soportar estos instantes psicológicamente.
¿Qué son los mecanismos de defensa?
Podríamos establecer que una buena definición de un mecanismo de defensa señala la forma automática e inconsciente que tenemos de protegernos ante una situación que nos genera una angustia intensa. En estos momentos donde sucede una especie de crisis psicológica las personas acaban distanciándose de sus propios pensamientos, sentimientos y de sus comportamientos.
Estos mecanismos de defensa del ‘yo’ han sido categorizados según los psicólogos en función de lo primitivos que llegan a ser. De esta forma, contra más primitivo es cada uno de los tipos de mecanismos de defensa, menos eficaz es para una persona. Esto sucede porque tarde o temprano el individuo acaba teniéndose que enfrentar a estos problemas psicológicos que su inconsciente está intentando repeler.
De esta forma, los adultos que aprenden a lidiar con cada uno de estos instantes que les genera angustia así como el estrés o ansiedad que les produce una situación, utilizan muchos mecanismos de defensa que acaban derivando en más problemas psicológicos. Tanto es así que en todos los casos los mecanismos de defensa acaban siendo inconscientes. Por lo tanto esto significa que no nos damos cuenta de que estamos usando estos mecanismos. En muchas situaciones requeriremos de la psicoterapia para visualizar que estamos utilizándolos.
Origen del concepto de los mecanismos de defensa en la psicología
El primero en señalar que existían estos mecanismos de defensa fue Freud. Reconocido como el padre de la psicología en la cultura popular, Sigmund Freud desarrolló el concepto de los mecanismos de defensa del yo para poder entender el comportamiento humano. De este modo este psicólogo propuso que las personas usaban los mecanismos de defensa inconscientemente para evitar los sentimientos y las emociones que le eran incómodas.
Para poder entender los mecanismos de defensa debemos acercarnos a las teorías psicológicas de Freud. Según su enfoque psicodinámico de la psicología, los procesos psíquicos que se producen en una persona están definidos por la presencia de un conflicto interno. Esta lucha que se produce en nuestro interior es entre las estructuras del ello, el yo y el superyó. Estas tres entidades que forman nuestra personalidad son definidas de la siguiente forma:
- Ello: Estructura que aparece en primer lugar y que se mueve a partir del placer primario. Esta luchará para hacer que las pulsiones primarias o instintos rijan nuestra conducta.
- Yo: Entidad psíquica que se rige por el mundo exterior. Es la instancia psíquica que procura que el Ello y el Superyó no tome control del cuerpo.
- Superyó: Es la estructura consecuente de nuestra socialización con los demás y la interiorización de las normas comunitarias. Esta instancia psíquica lucha para que cumplamos las reglas morales.
A través de la lucha por el control, estas tres entidades hacen que tengamos una personalidad u otra. Tanto es así que los mecanismos de defensa surgen precisamente como consecuencia de la lucha entre estas entidades psíquicas (yo, superyó y ello).
¿Por qué usamos los mecanismos de defensa?
Según la teoría de Freud (Ello, yo, superyó como entidades psíquicas), usamos los distintos mecanismos de defensa para protegernos de la ansiedad o culpa resultante de las exigencias de cada una de estas estructuras internas.
De este modo, usamos cada uno de los tipos de mecanismos de defensa para evitar los sentimientos desagradables y hacer que los instantes buenos se sientan mucho mejores.
Nuestro ego recurre a esta formación reactiva para evitar el dolor, pero cuando estos se vuelven desproporcionados acaban perjudicando la salud mental de un individuo. Tanto es así que usarlos recurrentemente acaba con trastornos psicológicos como la neurosis, la ansiedad, las fobias, entre otros.
Tipos de mecanismos de defensa
Existen diferentes tipos de mecanismos de defensa de la personalidad, pero la realidad es que la mayoría de nosotros recurrimos siempre a los mismos. Los más usados según la psicología son los que te mostraremos a continuación.
- Represión: La represión es un mecansimos de defensa que se trata de una estrategia de nuestra mente que nos permite ocultar de la conciencia aquellas ideas, experiencias o deseos que nos provocarían angustia. Cuando alguien vive una mala experiencia, es posible que ese recuerdo o algunas partes del mismo se repriman para evitar el malestar que generan. La represión es el mecanismo de defensa que más usamos en general.
- Desplazamiento: El mecanismo del desplazamiento en psicología consiste en centrarnos en una cuestión concreta que nos permite no atender aquello que vivimos como realmente grave y nos genera una angustia más intensa. Podemos verla cuando alguien está preocupado por un examen importante y en los días previos desplaza su angustia hacia el control de otra cosa, por ejemplo comprobando varias veces que no se olvida nada al salir de casa.
- Negación: Hablamos de negación de la realidad cuando a pesar de ser conscientes de algo, nos esforzamos en comportarnos como si no lo supiéramos o mediante el lenguaje lo negamos. Esta estrategia puede aparecer cuando nos dan una mala noticia y respondemos con la idea de "no puede ser cierto".
- Regresión: La regresión es una defensa que aparece cuando actuamos de una forma que se corresponde con una edad menor a la nuestra o un momento del desarrollo que ya hemos vivido. Podemos verla cuando alguien se comporta de una manera infantil ante figuras de autoridad para evitar el temor que les supone cuestionarlas.
- Racionalización: La racionalización aparece cuando necesitamos justificar una motivación inconsciente y empleamos un argumento lógico para no exponernos a esa motivación que nos genera malestar. Podemos verla cuando alguien dice que prefiere quedarse sentado conversando en vez de salir a bailar, si hay por debajo un el miedo a sentirse ridículo. Este mecanismo es parecido al de intelectualización.
- Intelectualización: Es la estrategia que vemos cuando alguien habla de una idea abstracta para sustituir algo concreto que tiene una importante carga emocional. Podemos ver esta defensa cuando alguien nos habla en términos generales, por ejemplo diciendo "hemos discutido y las cosas no van bien", sin mencionar anécdotas concretas o emociones que se sintieron.
- Proyección: El mecanismo de defensa de proyección sucede cuando proyectas unos sentimientos a una persona o situación. De esta forma, le atribuyes una actitud o emoción de manera errónea para justificar tu malestar.
- Sublimación: Este es uno de los mecanismos de defensa de la personalidad que se considera una estrategia positiva mentalmente. De esta forma, la sublimación en psicología consiste en redirigir emociones o sentimientos fuertes hacia un objeto o actividad que sea apropiada o segura.
- Formación reactiva: Las personas que usan la formación reactiva saben reconocer sus sentimientos y emociones, de este modo eligen comportarse de manera opuesta a sus instintos para no salir perjudicados.
- Compartimentación: Uno de los ejemplos de mecanismos de defensa que pueden resultar muy reveladores sobre la salud mental de una persona es precisamente la compartimentación. En estos casos el individuo elige compartimentalizar o separar las distintas facetas de su vida. Tanto es así que no mezcla su vida personal con el trabajo o no entrelaza diferentes ámbitos de su vida.
- Compensación: Esta formación reactiva del inconsciente intenta contrarrestar las debilidades para enfatizar la fuerza en otras áreas que si dominamos. De esta forma, el ego evita ver que carece de ciertas aptitudes.
Estos son los principales mecanismos de defensa de la personalidad que podemos encontrar en nuestra actitud. Si crees que algunos de estos tipos de mecanismos de defensa dominan mucho tu inconsciente, es fundamental intentar remediarlo. En este aspecto quizá es una buena decisión contar con un especialista en psicoterapia.
Ejemplos de mecanismos de defensa
Para comprender mejor los diferentes tipos de mecanismos de defensa, aquí te exponemos algunos ejemplos útiles de cada uno de los mencionados:
- Represión: No recordar el día en el que se recibió un abuso psicológico u otras formas de maltrato psicológico o físico.
- Desplazamiento: En un caso de alta persión o estrés, intentar evitar a toda costa a través de otras acciones, el tema que lo produce, como puede ser un viaje, una conversación o simplemente un evento concreto.
- Negación: Negar a toda costa un hecho a pesar de que sabemos que ha ocurrido realmente.
- Regresión: La persona se comporta de manera infantil o no congruente con sus acciones por temor de que los demás la juzguen.
- Racionalización: Alguien que evita a toda costa realizar una acción que teme a través de explicaciones 'lógicas'.
- Intelectualización: Las personas crean una etiqueta para no afrontar un suceso. Por ejemplo, cuando no se quiere hablar sobre un problema de la relación, pueden sugir expresiones como 'las cosas no van bien' a pesar de que no se diga qué es lo que no va bien.
- Proyección: Para justificar nuestro malestar le atribuimos una emoción negativa a alguien que nos recuerda nuestro comportamiento.
- Sublimación: Dar puñetazos o patadas a un saco de boxeo para afrontar la rabia, sería un ejemplo de este mecanismo de defensa.
- Formación reactiva: Encubrir un sentimiento de odio hacia una persona con manifestaciones exageradas de afecto y amor.
- Compartimentación: Dejar el estrés que provoca el trabajo en el lugar donde lo sentimos. Es decir, no llevar estos sentimientos en otros aspectos de nuestra vida.
- Compensación: Intentar destacar en un deporte que sabes que se te da bien para compensar las malas notas que puedes sacar en otras áreas.
Estos son algunos de los ejemplos de los mecanismos de defensa más comunes. Si crees que detrás de estos comportamientos existe un problema psicológico, es importante que acudas a un psicólogo profesional.
¿Cómo superar los mecanismos de defensa?
La mejor manera de disfrutar de un buen bienestar mental es confrontarlos en el mismo momento que los detectamos. Por lo tanto, dejar de lado esta formación reactiva de nuestro inconsciente sólo es posible si nos enfrentamos a ellos. Aun así existen algunos trucos psicológicos que podemos utilizar para conseguir que estos no dominen nuestras vidas.
- Vuélvete más consciente de ti mismo: Los mecanismos de defensa son un arma de nuestro inconsciente para intentar evadir nuestros verdaderos sentimientos. Estos suelen aparecer cuando nos sentimos vulnerables ante un acontecimiento. Por este preciso motivo es vital saber aquellos instantes en los que nos percibimos a nosotros mismos en un malestar que nos genera estas emociones. Es decir, si usamos nuestro autoconocimiento podremos enfrentarnos mejor a los mecanismos de defensa de la personalidad.
- Asume responsabilidad: A pesar de que los mecanismos de defensa surgen de nuestro inconsciente, esto no significa que debamos dejar de lado nuestra responsabilidad hacia ellos. Tanto es así que para poder enfrentarnos a ellos tenemos que hacernos responsables de que estos aparezcan y de no afrontarlos.
- Rompe los patrones: Todos nos acomodamos en nuestra zona de confort ya que los humanos somos criaturas acostumbradas a nuestros hábitos. Tanto es así que acabamos cayendo en nuestros patrones y no nos enfrentamos a nuestros miedos. Por este preciso motivo para poder vencer a nuestros mecanismos de defensa debemos dejar de lado nuestra negación de la realidad e intentar salir de nuestra zona de confort.
- Lleva un diario: Una buena forma de detectar los mecanismos de defensa que usamos con más constancia es precisamente intentando analizar nuestros hábitos y costumbres. Por ello, un ejercicio genial para lograr este propósito será apuntar lo que hacemos y los sentimientos que nos generan estas acciones.
Estas son las mejores maneras para poder evitar la formación reactiva de estos mecanismos de defensa. Lograr acabar casi por completo con ellos no sólo te hará más libre sino que te permitirá disfrutar aún más de tu bienestar emocional.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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