Depresión y suicidio: ¿Qué relación hay entre la conducta suicida y el trastorno depresivo?

En la actualidad, el suicidio se considera un problema de salud pública ya que representa una de las causas principales de muerte en la mayoría de países pudiéndose prevenir. Además, en el caso de la población juvenil, el suicidio se sitúa entre las primeras causas. En concreto, según la OMS es la primera causa de muerte externa en España y la tercera en el caso de las mujeres. A nivel mundial se estima que cada 40 segundos una persona decide quitarse la vida. 

Pese a que el suicidio no se puede explicar por una única causa ni obligatoriamente va ligado a un trastorno psicológico, sí que hay aspectos que pueden predecir la conducta suicida. La depresión es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en la población. Pero… ¿Qué relación tiene con el sucidio? Lee este artículo y descubre la relación entre ambos así como los factores de riesgo y qué hacer en el caso de que una persona presente ideas suicidas y/o depresión. 

¿Cuál es la relación entre la conducta suicida y la depresión?

La depresión es un trastorno psicológico del estado anímico caracterizado por la presencia de episodios donde se produce un cambio en el estado afectivo. A rasgos generales, los síntomas de la depresión son el estado de ánimo deprimido, disminución del interés o placer por las actividades que antes sí que se disfrutaban, fatiga, pérdida o aumento del apetito, etc. Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales), se establece como posible síntoma de la depresión mayor la presencia de pensamientos recurrentes relacionados con la muerte, ideas suicidas sin ningún plan específico, intento de suicidio o un plan determinado para llevar a cabo esta conducta. Según este mismo manual, los pensamientos suicidas están presentes durante todos los episodios de depresión mayor. 

En relación a la población adolescente, etapa caracterizada por múltiples cambios tanto psicológicos, sociales como corporales, el suicidio ha ido en aumento y uno de los factores de riesgo que se ha identificado en esta población es padecer un trastorno depresivo. Además, la población juvenil es el grupo que presenta mayor probabilidad de padecer depresión ya que como hemos mencionado, es una etapa en la que se viven múltiples cambios. Por otro lado, una de las problemáticas principales por las que atraviesa la población infantojuvenil es que los trastornos internalizantes, es decir, aquellos que se caracterizan porque el malestar se dirige hacia “dentro”, son mucho más complicados de identificar. La depresión, al ser un trastorno internalizante, puede pasar desapercibida durante la etapa infantil y adolescente dificultando su tratamiento y, por ende, disminuyendo la probabilidad de aparición de conductas suicidas y aumentando la probabilidad de padecer una depresión crónica (o distimia). 

¿Cómo ayudar a una persona que presenta ideas suicidas y/o depresión? 

Puede ser algo muy doloroso enterarse de que una persona que queremos piensa en quitarse la vida y/o tiene síntomas depresivos. Es totalmente comprensible y normal que no sepas cómo actuar ni qué decir ya que nadie nos ha enseñado cómo debemos actuar en este tipo de situaciones ni cómo saber si una persona tiene depresión. Decidir intervenir siempre será la mejor opción ya que intentar hacer como si nada puede empeorar la situación. A continuación te presentamos una serie de consejos para poder hablar con esa persona: 

1. No la juzgues: Obviamente reprochar las ideas o intenciones de suicidio de alguien, puede empeorar la situación ya que la persona probablemente se sentirá más sola y disminuirá la probabilidad de que pida ayuda. Esto mismo ocurre en el caso de que la persona presente depresión ya que el juicio siempre hará que la persona se sienta peor. Por lo tanto, es importante que pese a que no entendamos el por qué, intentemos acercarnos a la persona y entender por qué ha llegado a sentirse así, qué es lo que necesita, etc.
2. Pregúntale: Hoy en día el suicidio sigue siendo un tema tabú y es normal que nos incomode hablar sobre ello al igual que hablar de los trastornos psicológicos. Sin embargo, por mucho que evitemos hablar del tema, es algo que va a seguir ocurriendo. Por lo tanto, siempre será mejor preguntarle a la persona directamente si tiene intenciones de suicidarse que no hacerlo.
3. Escúchala: Es totalmente comprensible que nos invada el miedo ante esta situación y que intentemos a toda costa convencer a la persona para que no lo haga, para que deje de sentirse triste, etc. Sin embargo, ningún comentario que le podamos decir va a hacer que cambie la situación. Por lo tanto, es importante evitar comentarios tipo “con lo joven que eres...”, “pero si no tienes ningún problema…”, etc. porque lejos de ayudarle, va a hacer que aumente sus sentimientos de culpabilidad. Una buena forma de acercarnos es desde la empatía, preguntando si hay alguna forma de ayudarle, si quiere expresar sus sentimientos, etc.
4. Pide ayuda: Siempre es importante que después de haber dejado un espacio a la persona para que nos explique cómo se siente y qué le preocupa, le acerquemos las vías de ayuda. Es fundamental que normalicemos la situación, que presente ideas suicidas y/o que presente depresión no quiere decir que la persona esté loca ni que no valore todo lo que tiene. En ocasiones, no encontramos la forma de solucionar aquello que nos genera malestar y vemos el suicidio como una solución a nuestro sufirmiento. Sin embargo, hay otras formas de aliviar ese malestar que no pasan por ser formas irreversibles. Por lo tanto, es conveniente que destaquemos a la persona que aquello que le preocupa puede ser atendido por un profesional y que podemos acompañarle a buscar esa ayuda. 

Tanto la conducta suicida como la depresión necesitan de ayuda profesional. Pasar por alguna de las situaciones comentadas no tiene por qué avergonzarte ni hacerte sentir culpable. Sin embargo, es totalmente necesario que pidamos ayuda cuando notemos que hay algún malestar que no sabemos gestionar. Recuerda que en la actualidad existe el Teléfono de la Esperanza (717 003 717), está disponible las 24 horas del día y es totalmente gratuito. 

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