¿Sueñas despierto? Los peligros de la ensoñación excesiva o de fantasear demasiado

¿Quién no ha soñado despierto alguna vez con que le toque la lotería? Pensamos en todo lo que haríamos con ese dinero e incluso imaginamos cómo sería la casa que nos compraríamos, dónde viajaríamos y qué haríamos con el trabajo actual. Esa ensoñación puede ser más o menos vívida pero nos dura unos minutos. Al poco tiempo volvemos a la realidad y nos recordamos a nosotros mismos que no hemos logrado ese sueño y que lo que vivimos es muy diferente a lo soñado.

No tiene nada de malo soñar despierto, ayuda a motivarnos para conseguir cosas y de hecho, hay estudios que demuestran que la mayoría de personas sueñan despiertos al menos una vez al día. Además en algunos casos, el ensoñamiento puede incluso ser beneficiosa para nosotros.

El problema es cuando el soñar despierto o las ensoñaciones son constantes y de forma excesiva. Llega un punto en el que se produce una desconexión con la realidad, lo que en psicología llamamos disociación y la persona puede confundir la realidad con el sueño. Es tanto el tiempo que pasa en ese "mundo paralelo" que puede llegar a confundirse creando una especie de avatar de su propia vida.

¿Qué es la ensoñación excesiva?

Pese a que no existe aún como diagnóstico per se, ya se considera como un trastorno propio, ya que en los casos de ensoñación excesiva el proceso de soñar despierto deja de ser algo saludable y motivador para ser algo perjudicial.

Se trata del empleo de la mayor parte del día en imaginar o pensar en fantasías no conectadas con la realidad de la persona. Es decir, de fantasear demasiado en alternativas que no suceden en la vida de la persona.  Esa ensoñación se produce cuando la persona está despierta y esa desconexión con la realidad puede llevar a que la persona realice diálogos consigo misma e incluso que adopte una actitud o personalidad diferente a la que tiene cuando no está soñando despierta.

El problema de fantasear en exceso es que produce una cierta sensación de bienestar (similar al efecto que produce una droga en el organismo) pero es una falsa compensación emocional que dura poco tiempo, confunde a la mente, desorienta y acaba agravando las insatisfacciones de la vida de la persona, por lo que provoca una mayor inseguridad y bloqueo conductual (mientras se sueña despierto no se hace nada por cambiar la realidad).

Es tal el desgaste emocional que provoca la ensoñación o las ensoñaciones constantes, (puede llegar a ser la mayor parte del día casi cada día) que aumenta la frustración, el rechazo a la vida y un bajo estado de ánimo, por lo que la persona se encuentra tan cansada que no tiene fuerzas para afrontar los quehaceres de la vida cotidiana, de manera que van aumentando progresivamente las insatisfacciones presentes y eso hace que la necesidad de ensoñación aumente, entrando así en un bucle sin salida.

Síntomas que indican una ensoñación excesiva

Como hemos señalado, una persona que tiene demasiadas ensoñaciones o que trate de inventar historias en la mente contantemente puede ser sinónimo de padecer un trastorno psicológico. Normalmente, algunos de los síntomas que indican que estamos ante un problema cuando se empieza a fantasear demasiado son los siguientes. 

1. Sueños extremadamente vívidos: En muchos casos, las personas que tienen demasiadas ensoñaciones suelen tener sueños demasiado vívidos con sus tramas, escenarios y personajes como si fueran historias. De esta forma se vive por unos instantes dentro de una ensoñación como si fuera la vida 'real'. 
2. Soñar despierto como sustitución de ciertas situaciones: Las personas que tienen tendencia a inventar historias en la mente de forma muy recurrente, suelen hacerlo para inventar alternativas que han pasado en su vida real. En algunos casos esto puede ser la señal de que se sufre de ansiedad ante ciertos eventos o situaciones. 
3. Falta de concentración: Cuando se recurre demasiado a las ensoñaciones, las personas acaban siendo muy propensas a tener una falta de concentración ante ciertas actividades diarias. En muchas ocasiones, el que sueña despierto acaba dejando o procrastinando sus tareas pendientes debido a ello. 
4. Insomnio o dificultad para dormir: Al evadirse de la realidad usando las ensoñaciones las personas suelen pasar mucho tiempo en su mente y poco realizando las actividades diarias. En estos casos, puede acabar derivando en problemas para dormir como puede ser el insomnio. 
5. Obsesión por seguir soñando despiertos: Cuando se sufre de una ensoñación inadaptada o excesiva las personas acaban teniendo una obsesión por las historias que viven en su mente. Tanto es así que el individuo acaba viviendo mucha parte de sus días en esas ensoñaciones. 
6. Hablar o susurrar: Las personas que tienen una ensoñación excesiva acaban hablando o susurrando dentro de sus propias fantasías. Tanto es así que acaban creando sus propios diálogos y conversaciones. 
7. Soñar despierto durante mucho tiempo: Cuando al evadirse de la realidad a través de estos sueños se convierte en algo que sucede por horas, esto es una clara señal de que esta ensoñación puede estar ligada a un trastorno mental. 

Si te sientes identificado con muchos de estos síntomas, es posible que tengas una ensoñación inadaptada o excesiva. En estos casos, es importante entender el por qué sucede y consultar con un psicólogo de ser necesario. 

¿Cuáles son las causas de la ensoñación excesiva?

La mayoría de personas que sufren este síndrome presentan insatisfacción con su vida. De este modo, el ensoñamiento suele ser una forma de evadirse de la realidad que les permite sobrepasar las dificultades que tienen en su día a día. Principalmente, fantasear demasiado es un síntoma de las siguientes patologías.

• Baja autoestima: Suelen ser personas con baja autoestima, con situaciones familiares complejas o violentas. Por lo tanto, la persona vive en sus ensoñaciones para poder dejar de lado la negatividad con la que convive (ya sea interior o exterior). 
• Trauma: En otros casos las personas que suelen inventar historias en la mente y pasan mucho tiempo en estas ensoñaciones pueden haber sido víctimas de abusos o traumas en la infancia o adolescencia, por lo que han encontrado en la ensoñación la manera de no pensar en lo vivido y sufrido.
• Ansiedad o estrés: Fantasear demasiado también puede ser una señal de que se están teniendo episodios continuos de ansiedad o estrés. De esta forma, la persona empieza a soñar despierta para evadir los sentimientos negativos alrededor de estas patologías.

Existen diferentes causas detrás de una persona que sueña despierta. Por lo tanto, si crees que puedes estar en una mala situación y creas ensoñaciones con las que evadirse de la realidad, deberías acudir a un psicólogo profesional. 

¿Debo ir al psicólogo si sueño demasiado despierto?

Como se ha comentado, no es nada malo soñar despierto de vez en cuando, en ese caso no es algo patológico, sino una manera de desconectarse de la realidad, plantearse metas de futuro y mejorar tu presente. Ahora bien, si sientes que esa ensoñación es algo que ocupa demasiado tiempo en tu día a día, provoca que no te enfrentes a los retos de tu presente o te produce problemas sociales o laborales, es el momento de pedir ayuda psicológica.

¿Cómo puedo dejar de fantasear demasiado?

Si crees que eres una persona que sueña despierta demasiado tiempo y quieres corregirlo, los psicólogos recomiendan una serie de acciones con las que dejar esta costumbre con la que evadirse de la realidad. Entre lo más efectivo, destacamos lo siguiente.

1. Analiza tus ensoñaciones: El primer paso es ser consciente de lo que estás imaginando. Haz un listado con todo aquello que vas soñando o imaginando que debería ser tu vida. Al analizar tus ensoñaciones podrás ver el patrón que se esconde detrás de ellas y descubrir el problema que existe en ti. 
2. Busca la función de la ensoñación: ¿Qué objetivo persigue la ensoñación? A veces es una vía de escape para no enfrentarse a los problemas del día a día, otras veces como un mecanismo de huida de traumas vividos, en ocasiones es para distraerse o dejar de estar aburrido, etc.
3. Descubre cuánto tiempo al día pasas con tus ensoñaciones: Haz la función de detective. Cada vez que te descubras soñando despierto/a, mira el reloj y cuenta el tiempo que tardas en volver a concentrarte en la tarea que estabas realizando. Apunta ese tiempo y suma el total una vez finalice el día. De esa manera serás más consciente de cuánto tiempo aproximadamente has perdido en tu mundo paralelo durante la ensoñación. 
4. Valora las consecuencias de la ensoñación: Como te produce una sensación placentera, parece que es algo que te beneficia. Dedícate un tiempo a pensar en todas las consecuencias negativas que provoca estos pensamientos (por ejemplo la falta de concentración en el trabajo, la poca productividad como consecuencia, problemas familiares y sociales, etc).
5. Piensa en una imagen que te sirva como freno: Una vez has pasado a la conciencia todo lo que conlleva la ensoñación, toca frenarla. Para ello puede ser muy útil la utilización de alguna señal visual. Mucha gente suele utilizar la señal de Stop pero puedes usar la que mejor te vaya a ti. Pensar en esa imagen cada vez que te descubras imaginando, te ayudará a dejar de hacerlo.
6. Céntrate en la tarea que estás realizando: Intenta darte autoinstrucciones de los pasos que estás dando o los que tienes que seguir, haz un listado de lo que tienes que hacer y ves tachando lo que vas haciendo como una manera de motivarte, ponte pequeñas metas (no es lo mismo plantearte como meta leer un capítulo de un libro que plantearte como meta acabarte el libro).
7. Trabaja el objetivo de tus ensoñaciones: Una vez has descubierto la función que tiene el proceso de soñar despierto, toca enfrentarse a resolver el problema. Por ejemplo, si sueñas despierto/a para evadirte de los problemas familiares, busca la manera de resolver la situación familiar en lugar de esconder la cabeza bajo tierra.
8. Haz que tu vida sea más satisfactoria: Si no te gusta la vida que llevas, busca soluciones al problema. La ensoñación puede guiarte para saber qué quieres alcanzar, pues busca la manera de ir consiguiendo esas metas, ya sea un cambio de trabajo, dejar una relación de pareja, tener un hijo, realizar un viaje, cambiar tus aficiones, etc.

Si ves que por ti mismo/a no logras dejar atrás las ensoñaciones, acude a un profesional de la psicología que pueda ayudarte en este camino. Deja de vivir la vida a través de las fantasías.

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