Ejercitar la mente: la edad y el estrés provocan desgaste neuronal

“Mens sana in corpore sano". Esta cita latina, que hoy se asocia a la importancia de mantener un buen estado físico para disponer de una mente lúcida, en sus orígenes - "Orandum est ut sit mens sana in corpore sano"- también implicaba la necesidad de orar para conseguir la salud de la mente por sí misma.

Y, de hecho, multitud de estudios a lo largo del tiempo han ido demostrando que si no se ejercita la mente, al igual que se ejercita el cuerpo, ésta acaba perdiendo capacidades e, incluso, se vuelve especialmente propensa a adquirir determinadas enfermedades.

Según indican los especialistas, a partir de los 40 años es frecuente que empiecen a aparecer síntomas de deterioro cognitivo, y entre los 65 y los 75 años se puede llegar a perder hasta un 40% de las habilidades mentales básicas. No obstante, y debido al notable aumento de los niveles de estrés, esta pérdida podría adelantarse y llegar a ser aún mayor.

Por ello, es importante vigilar determinadas áreas del cerebro especialmente sensibles. Es decir, las habilidades perceptivas, las funciones ejecutivas –que incluyen la planificación y la toma de decisiones-, la memoria o la comunicación pueden verse afectadas de forma rápida y directa.

Así, psicólogos y neurólogos recomiendan seguir sencillos consejos que ayudan a mantener la mente activa:

• Intentar superar pequeños retos como crucigramas, puzzles o sudokus. Sin olvidar que, si se practican muy a menudo, no resultan tan eficaces porque el cerebro se termina acostumbrando a este tipo de “ejercicio". La solución es ir aumentando la dificultad de los mismos o buscar nuevos retos.
• Llevar una dieta sana y variada, rica, por ejemplo, en ácidos grasos omega-3 –presentes fundamentalmente en el pescado azul- ya que previenen el deterioro cognitivo. También conviene ingerir alimentos ricos en antioxidantes como el té o el chocolate negro.
• Evitar el alcohol y no realizar dietas demasiado bajas en azúcares –salvo prescripción médica- ya que afectan directamente en el deterioro de las neuronas. Por el contrario, la práctica frecuente de algún tipo de actividad física favorece el buen mantenimiento de las mismas.
• Los sentimientos y las emociones forman parte de nosotros e influyen en nuestros actos y decisiones, por lo que intentar ignorarlos, sean los que sean, deriva también en un desgaste neuronal que minimiza la fuerza de la mente.

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