¿Por qué las expectativas nos hacen infelices?

Generarse demasiadas expectativas suele ser proporcional a experimentar una menor felicidad. De hecho, es mejor intentar aceptar las situaciones como si fueran inesperadas que generar un ideal de sucesos que puede no ocurrir.

Todo el mundo tiene expectativas en su día a día, de hecho es muy común que las personas se ilusionen con sus fantasías alrededor de su futuro. Pero, cuando una expectativa no se cumple, la mayoría de las personas acaban cayéndose en un agujero de frustración o decepción. Por ello, debemos intentar dejar de lado muchas de las expectaciones que nos generamos diariamente.

¿Qué son las expectativas?

En psicología el significado de una expectativa hace referencia a la creencia de que algo sucederá. Estos pensamientos están derivados de hipótesis que nos hacemos debido a una serie de sucesos. A pesar de que en algunas ocasiones este ideal de sucesos puede pasar, la realidad es que suelen acabar siendo falsas.

El problema surge cuando las expectativas guían el comportamiento de las personas ya que estas pueden tener un impacto muy negativo en el bienestar de una persona. Tanto es así que las falsas expectativas pueden acabar en problemas como la ansiedad o la depresión.

¿Por qué nos dañan las falsas expectativas?

Las investigaciones exponen que las personas somos completamente incapaces de predecir cómo nos sentiremos en distintas situaciones. En muchas ocasiones tenemos la tendencia a idealizar un trabajo, una relación o distintas situaciones. De esta forma nos aferramos a un ideal de sucesos que en realidad no nos dará tantos beneficios como realmente nos creemos.

Tanto es así que se ha demostrado que un suceso cómo ganar la lotería, no sólo genera unos niveles de felicidad inferiores a los que la gente espera, sino que en algunos casos acaba evolucionando en una infelicidad que nadie se imaginaría en una situación de este estilo.

Es por este motivo, que las expectaciones o las expectativas pueden llegar a ser perjudiciales ya que a veces las personas acaban persiguiendo metas que realmente no desean.

Según los estudios esto sucede ya que al generar una expectativa no acabamos de apreciar completamente aquello que tenemos, haciendo que no disfrutemos del presente.

Por otro lado, las expectativas pueden llegar a ocasionar un estrés significativo cuando estas no coinciden con la realidad. Es por este motivo por el que las falsas expectativas pueden dañar nuestra salud mental.

Ejemplos de falsas expectativas

A menudo las falsas expectativas están muy relacionadas con el que señaló el psicólogo Jean Piaget como ‘pensamiento mágico’. Este investigador descubrió que los niños a menudo creen que sus pensamientos pueden hacer que sucedan ciertas cosas. Es en la edad de los 7 años cuando los niños acaban superando este tipo de creencias.

A pesar de ello, existen muchas personas a quiénes les cuesta abandonar la idea asociada a este ‘pensamiento mágico’ y a las expectativas o a un ideal de sucesos. El problema se incrementa cuando depositamos nuestra felicidad en cumplir expectativas. Comúnmente, estos pensamientos suelen estar relacionados con las siguientes creencias.

1. La vida debe ser justa

La vida no es justa por mucho que lo deseemos. Esperar que por ser buenos con los demás tendremos éxito solo hace que tengamos expectaciones que pocas veces se cumplirán.

2. La gente tiene que entenderme

Esta expectativa está ligada al denominado sesgo del falso consenso, donde la mayoría pensamos que un gran número de personas debe pensar como nosotros. En realidad esto no suele ser así, ya que todos tenemos nuestro punto de vista y no tiene por qué coincidir con el nuestro.

3. Todo saldrá bien

Esta es una frase que puede ser positiva si se usa para ganar más confianza ante una situación. A pesar de ello, debemos ser conscientes que esto puede generar una expectativa que realmente no se cumpla.

4. La gente debería portarse bien conmigo

En el mundo existen toda clase de personas. Algunas estarán dispuestas a ayudarte y otras intentarán ponerte trabas en tu camino. Esperar que las personas sean buenas es una expectativa que genera mucha frustración.

5. Puedo cambiarlo

No puedes cambiar a los demás. Pensar que tienes la clave para hacer que los otros se comporten de manera diferente solo crea falsas expectativas que muy probablemente no pasarán. Puedes ayudar a los demás a ver el camino, pero no tienes el control de sus actitudes y pensamientos.

¿Por qué deberías controlar tus expectativas?

Existen una serie de beneficios ligados a dominar las expectativas que nos generamos en nuestro día a día. Los psicólogos destacan las siguientes.

• Asumes la responsabilidad de tus decisiones

Cuando aprendes el auténtico significado de una expectativa, es decir, la identificas como una mera probabilidad, esto te permite tomar más control en tus decisiones. De este modo, en vez de tomar una actitud pasiva alrededor de una expectativa, empiezas a esperar menos y a actuar más. Tanto es así que a pesar de que no cumplas con tus objetivos esta forma de pensar te hará llegar más lejos que simplemente dejarte guiar por tus expectativas.

• Separas tus deseos de tus deberes

Actualmente, las personas estamos muy acostumbradas a actuar con lo que se llama el ‘piloto automático’. Esto significa que diariamente intentamos cumplir con nuestros deberes, entendiendo deberes como las expectativas que nos imponen los demás (como puede ser los ideales de la sociedad o de nuestra familia).

Cuando las personas no cumplimos con nuestros deberes, nos acabamos sintiendo culpables. Si por lo contrario, conseguimos realizarlos, esperamos una recompensa que en la mayor parte de los casos, no nos llega. Es decir, siempre perdemos debido a que estamos en un estado emocional negativo con las situaciones a las que nos enfrentamos en nuestro día a día.

Al deshacernos de nuestras expectativas o cualquier pensamiento que sea un sinónimo de una expectativa, acabamos dejando atrás el ideal de sucesos que los demás nos imponen a nosotros. De este modo, dejar las expectativas de lado implica entrar en contacto con lo que realmente deseamos en nuestra vida.

• Disfrutas más del presente

Las expectativas intentan predecir el futuro a través de elementos de nuestro pasado. Por lo tanto, las expectaciones trasladan nuestros pensamientos en el pasado o en el futuro. De este modo, no conseguimos estar en el presente, el único momento que si podemos disfrutar, apreciar y controlar.

¿Cómo manejar nuestras expectativas?

A todos nos gustaría cumplir con nuestras expectativas. Pero, como hemos visto pensar en ellas o centrar tus pensamientos en este ideal de sucesos suele ser contraproducente. De este modo, si deseas dejar de lado las expectativas, los psicólogos recomiendan las siguientes acciones.

1. Controla la ‘mente expectante’

Dentro del budismo se hace referencia a la ‘mente expectante’ como a aquellas personas que esperan algo pero no se ponen manos a la obra para lograrlo. Para lograr que las expectativas no te dominen, la clave es intentar abrirse más a la incertidumbre y dejar fluir la vida, es decir, vivir las situaciones sin anticipar un resultado concreto.

2. Aprende a diferenciar las falsas expectativas de las más realistas

Las expectativas realistas pueden ayudarte a prepararte para un futuro. De este modo, es vital intentar separar aquellos pensamientos sobre el futuro que realmente nos son útiles de aquellos que simplemente son fantasías poco probables.  

3. Habla de tus expectativas

Creer que los demás actuarán como nosotros queremos no sólo te traerá una frustración personal, sino que además puede generar ciertos problemas en tus relaciones. En estos casos, es mejor expresar lo que se espera de los otros antes que generar una expectativa.

4. Se más flexible

A veces no podemos evitar creer en nuestras expectativas. En estos casos, lo ideal es intentar ser más abiertos de mente y adaptarnos a la incertidumbre del futuro. Existen muchos factores que escapan de nuestro control, por lo tanto es crucial intentar no esperar que todo salga a la perfección.

5. Practica la gratitud

En muchas ocasiones, las personas que se generan muchas expectativas suelen no ser conscientes de todo lo que tienen. Para poder dejar de lado las expectaciones que nos generamos alrededor de un suceso, puede ser muy eficaz practicar la gratitud hacia todo lo que tenemos. De esta forma valorarás más el presente que lo que pueda pasar en el futuro.

Las expectativas pueden hacernos más daño de lo que a primera vista parece. En realidad, vivir intentando predecir el futuro con los sucesos del pasado sólo genera frustraciones. Es por ello que debes aprender a disfrutar del presente sin que tus pensamientos te lleven a otros instantes de los que no tienes un control. Aprender a hacerlo puede ser difícil, por este motivo puede ser recomendable acudir a un psicólogo profesional. Dejar atrás las falsas expectativas es un paso para sentirte más lleno con tu vida.

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