La cara buena de los errores

En nuestra sociedad nos enseñan que cometer un error está mal y debe evitarse. Me pregunto yo, ¿por qué? ¿Qué hay de malo en reconocerse imperfecto y querer mejorar?

10 MAR 2016 · Lectura: min.
La cara buena de los errores

Charles Chaplin decía: "Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme".

¿Por qué no quería renunciar a su libertad de equivocarse?

Para entender este punto, hay que pararse a pensar qué nos enseñan de los errores des de pequeños. Nos enseñan que no hay que cometerlos, hay que evitarlos a toda costa, que son "malos" y que muestran nuestra propia falta de validez como personas perfectas que debemos ser. Eso es, cometer errores nos convierte en seres imperfectos y eso no es lo que se espera de nosotros.

En este punto, Chaplin se rebelaba y reivindicaba su derecho a cometerlos, ya que sabía que de ellos podía aprender mucho.

¿Qué se aprende de los errores?

Un error es definido como: Concepto equivocado o juicio falso, acción desacertada o equivocada, cosa hecha erradamente.

Por lo tanto, ajustándonos a su definición, un error consiste en un concepto, acción o cosa desacertada. En ningún momento nos señala que está mal hecho ni nos condena a nada.

Cuando estamos haciendo algo de una manera equivocada nos proporciona información sobre cómo no hacerlo.

"Cometer un error y no corregirlo es otro error" (Confucio). ¡Y tan verdad! Avergonzarnos del error nos puede llevar a no admitirlo, cometiendo así otro error.

Reconocer el error es fundamental y muy valioso para el aprendizaje, ya que a partir de ahí podemos plantearnos por qué está mal. El problema surge cuando en vez de aceptar el error, sacamos el látigo del autocastigo o de la fatalidad y empezamos:

  • "Es que hay que ver, nunca haces nada bien"
  • "Si es que mira que es fácil y vas tú y..."
  • "Así nunca podrás conseguirlo"

Y un largo etcétera que seguro podrías rellenar tú mismo o misma. Aquí el error se convierte en un punto a favor de nuestra poca capacidad, poco valor, afectando así a nuestra autoestima.

Si consiguiéramos superar esta forma de funcionar y simplemente aceptáramos el error, podríamos pensar sobre por qué se ha cometido y qué maneras alternativas existen de resolver ese hecho. De aquí, seguro surge una manera diferente, nueva y más idónea de hacer, decir, pensar, lo que sea.

"Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender". (Charles Dickens)

"He aprendido que los errores a menudo pueden ser buenos maestros del éxito". (Jack Welch)

"Experiencia es el nombre que todo el mundo le da a sus errores". (Oscar Wilde)

Ésta es la cara buena de los errores, todo el potencial que tienen. Nos pueden enseñar grandes cosas y seguro las aprenderemos por mucho tiempo.

Sólo hay que aprender a verlos de una manera diferente, sin que cuestionen nuestra propia valía.

Y para terminar, un proverbio que nos ayuda en todo este proceso:

"Si te caes siete veces, levántate ocho". (Proverbio Chino)

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psicólogos
Escrito por

Nuria Arrebola - Psicóloga

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Comentarios 1
  • Vanessa Palmera

    Y qué difícil puede resultar en ocasiones aceptar esos errores, nos da en el ego, nos hace pensar que somos malas personas, nos hace daño y eso que decía el artículo nos lleva a cometer otro error, el de no aceptarlo.

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