Intervención familiar
Cuando el ser humano nace se encuentra ya inmerso en la primera agrupación de su vida: la familia. De este modo, podemos considerar que éste es el grupo primario por excelencia.
El objetivo de la actuación familiar es modificar en la familia pautas disfuncionales de relaciones, tanto en su dimensión interna como externa. El principal sustento de ésta intervención es la Relación de Ayuda que establece el profesional y la familia.
¿Para qué sirve una intervención familiar?
La intervención, tanto si se realiza con la totalidad del sistema familiar como si se interviene directamente sobre un solo miembro de la estructura, no toma como punto de partida una posible patología del paciente, sino que plantea que las características de la organización familiar en la que el individuo está inmersa, son las que fundamentan el motivo de la intervención.
Otro punto importante de interés es la interacción familiar como fuente de información, y como forma de comunicación. Las acciones que realiza cada miembro de la estructura familiar, no son sólo meros comportamientos individualistas, sino que configuran, en muchos casos, los elementos de una comunicación no verbal insustituible por los tipos verbales de intercambio de información. De este modo, los mecanismos de interacción familiar definen y aportan vías de descubrimiento de las verdaderas informaciones y comunicaciones que se intercambian los pertenecientes a un mismo grupo familiar.
La Intervención Familiar persigue como objetivo último llegar a formular una hipótesis que dé forma, de manera globalizada, al problema de la familia. Dicha hipótesis debe conectar la conducta de cada miembro con la de todos los demás y, por tanto, las actividades que se desarrollen dentro de la intervención familiar se centrarán, entonces, en intentar introducir un cambio significativo en los mecanismos de interacción familiar, en el conjunto del sistema de familia y por ende, en la persona designada como "paciente".
Cuando el síntoma es primordialmente una respuesta a una crisis o a un hecho transitorio corresponde emplear un enfoque directo, en el que el terapeuta o profesional se limite a definir el problema y a aconsejar a la familia qué hacer al respecto. Si en cambio el síntoma está siendo usado como un arma, o si se mantiene en un ciclo de interacción repetitivo, es muy probable que se frustre cualquier intento de aliviarlo. El profesional se encontrará entonces en una posición paradójica, pues la familia le pedirá que elimine un síntoma que ella misma está empeñada en mantener pero que no puede reconocer abiertamente. En estos casos, lo más conveniente es utilizar un enfoque indirecto o paradójico, que se centra en las consecuencias de desbaratar ese empeño. Se pueden efectuar en forma alternada intervenciones directas y paradójicas.
Por último, en toda intervención efectuada con infancia y familias hay que tener en cuenta el entorno socio-familiar y comunitario en el que se desenvuelve, incidiendo en todos los ámbitos y factores que condicionan su desarrollo.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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