Día del padre
Dediquemos unas lineas a felicitar a estos maravillosos padres.
En primer lugar destacamos la importancia del papel del padre, esa figura masculina y cuidadora de un niño que puede ser representada por un abuelo, tío, pareja de un progenitor, etc. Ese ejemplo donde el niño se mira y generalmente repite las cosas que más nos gustan de nosotros, y por desgracia también las que no. Nos preguntamos muchas veces ¿cómo puedo ser un buen padre? ¿lo estaré haciendo bien? ¿por qué a veces pierdo los nervios?. Ya solamente el hecho de que como padre te analices tu actitud tienes parte del camino, porque va a hacer plantearnos dudas acerca de nosotros frente a nuestros hijos, esta es la clave, el que nos observemos cuando educamos, el que nos pongamos en duda y no creamos que somos perfectos, que aceptemos la equivocación como un aprendizaje.
Cuando nos fijamos en nuestro estilo educativo cobra vital importancia el cómo nos educaron a nosotros, cómo vemos a nuestro padre y como nos situamos nosotros frente a él, es decir, si nos gustó el como lo hacía y queremos repetirlo o si por el contrario fue un padre ausente y ahora esto hace que nos volquemos en exceso en nuestros hijos. También si fue un padre autoritario y hace que yo tenga una baja autoestima, podríamos ver a veces que nuestros hijos compensan esto siendo ellos los autoritarios. Podemos pensar ¿qué comunicación tenía mi padre conmigo? ¿y yo con mis hijos?
Parece que la sociedad hace ver el ser padre como si estuviera en un segundo plano, dando prioridad a la madre y es un error, ya que el padre tiene una labor importante, compleja y necesaria en la formación y desarrollo de un niño. Entre el padre y la madre son los que le dan la estructura emocional, social y personal a ese niño, el sostén de sí mismo, su seguridad, el aprender a saber regularse por sí mismo ante la vida.
Además, el padre que se implica en la educación de sus hijos es un padre que disfruta, que sabe entender mejor las emociones de su hijo, que se empapa de él, que aprende día a día con su hijo, que se comunica con él y le escucha, dándole cariño, le acompaña en sus aprendizajes, se percibe entre ellos la complicidad, la mirada, los gestos, la capacidad de conectar con su niño interior y jugar con él, de sentirlos y eso le hace más grande como persona y como padre. Ahora os deseamos que paséis un buen día cargado de sonrisas y mimos.
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