Síndrome de Peter Pan: 7 Señales del 'miedo a crecer'
¿Tienes miedo al envejecimiento? ¿No te gusta asumir las responsabilidades propias de un adulto? Quizá estés sufriendo el síndrome de Peter Pan. Descubre qué es y cómo te afecta.
A medida que vamos cumpliendo años, los humanos debemos crecer y madurar tanto emocional como intelectualmente. Durante este proceso, nos hacemos conscientes de la evolución de nuestra identidad y acabamos asumiendo ciertas responsabilidades. Aun así, existen casos en los que una persona acaba presentando más rasgos emocionales propios de un niño que de un adulto. Cuando alguien presenta este tipo de actitudes, es muy probable que estemos delante de un caso de síndrome de Peter Pan.
Las personas que tienen este complejo de Peter Pan, sienten que no pueden o no quieren crecer. Tanto es así que no desean afrontar ni la vida ni el futuro con la perspectiva y las actitudes de alguien que haya madurado acorde a la edad física que tiene. Este fenómeno fue acuñado por primera vez en 1983 por el psicólogo norteamericano Dan Kiley en su libro The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up (El síndrome de Peter Pan, el hombre que nunca crece).
¿Qué es el síndrome de Peter Pan?
El síndrome de Peter Pan afecta a aquellos adultos que no quieren ni madurar ni asumir las responsabilidades de alguien que tiene su edad. Por lo tanto, estamos hablando de una inmadurez emocional en los hombres y mujeres adultos.
En la mayoría de los casos de las personas que sufren de un complejo de Peter Pan acostumbran a ser hombres que no desean entrar en la vida adulta. Tanto es así que ni quieren asumir responsabilidades, haciendo que los demás se encarguen de ellos. Además buscan que los de su alrededor le apoyen en su decisión por no entrar en la madurez emocional.
A pesar de que el síndrome de Peter Pan no es un fenómeno acuñado por la psicología, la realidad es que es una manera de nombrar a esas personas que no quieren madurar. Por otro lado, el complejo de Peter Pan no señala esas actitudes que muchos pueden considerar infantiles como puede ser la curiosidad, el sentido del humor o el amor a ciertas cosas asociadas con las de un niño. En muchas ocasiones estas características son buenas para una persona. Cuando existe el síndrome de Peter Pan, hacemos referencia a las personas que no quieren asumir las tareas propias de un adulto y no a aquellos que tienen ciertas actitudes propias de la infancia.
¿Cuándo se origina esta inmadurez emocional?
Este síndrome, que afecta más a los hombres que a las mujeres, suele tener su origen en la infancia, cuando la persona va construyendo un entorno afectivo que, en este caso, se presenta como insuficiente.
El individuo no se siente querido, y cuando crece se angustia por la falta de seguridad y protección que nota en todo lo desconocido que hay en el mundo de los adultos. Por ello, se refugia en el mundo que conoce, el de los niños, el de los comportamientos infantiles y la ausencia de compromisos, el mundo en el que los demás cuidan de ellos sean cuales sean las circunstancias y las condiciones de la relación. Estas causas acostumbran a surgir debido a lo siguiente:
- Infancia con pocos límites: Son muchos los casos de Peter Pan con padres que han otorgado todo lo que los niños querían durante su infancia. De esta forma, la palabra ‘no’ nunca ha sido utilizada por estos padres y los niños han crecido en un entorno dónde conseguían todo lo que deseaban. Cuando estos niños crecen no saben el valor del esfuerzo y en muchas ocasiones acaban padeciendo el denominado complejo de Peter Pan.
- Infancia abusiva: Cuando una persona ha sufrido abusos en su infancia, existe la posibilidad de que al ser adulto sienta la necesidad de ‘ponerse al día’. Es decir, en algunas ocasiones se puede sufrir el complejo de Peter Pan ya que no se ha vivido una buena niñez.
- Anhelo de nostalgia: Sentir nostalgia de nuestra infancia es un rasgo que comparten muchas personas. A pesar de que es una emoción completamente normalizada y las personas suelen tener esas sensaciones, cuando alguien se obsesiona con ellos puede llegar a padecer el síndrome de Peter Pan.
- Desesperanza económica: En situaciones dónde las condiciones económicas son peores, puede suceder que los trabajos no estén lo suficientemente valorados y los sueldos sean excesivamente bajos. Tanto es así que en muchas ocasiones los trabajadores se pueden enfrentar a largas jornadas y a la incapacidad de alcanzar y progresar hacia sus metas personales. Cuando una persona se ve estancada constantemente, en algunas ocasiones puede suceder que retroceda en el tiempo. Tanto es así que este escapismo puede conllevar a padecer el mismo efecto que los personajes de Peter Pan.
- Falta de habilidades para la vida adulta: En muchos casos el síndrome de Peter Pan acaba surgiendo en esas personas que no pueden hacer frente todas las responsabilidades de una vida adulta por falta de habilidades. A pesar de que todos tenemos la capacidad por asumirlas, algunos individuos no pueden afrontarlas debido a sus pocas experiencias asumiendo responsabilidades. Como estas habilidades ‘de adultos’ no se enseñan, puede suceder que algunos se vean colapsados cuando tomen el mando.
- Miedo al fracaso: Algunas personas pueden sentir ansiedad ante la posibilidad de fracaso, lo que las lleva a evitar responsabildiades adultas y situaciones que supongan un desafío.
A pesar de que estas son las principales causas por las que se sufre de un complejo de Peter Pan, la realidad es que son muchas las ocasiones en las que podemos sentir algunos de los síntomas de esta condición. El problema está cuando nos aferramos completamente a ella.
El síndrome de Peter Pan y sus síntomas
Tal y como especifica el propio Kiley en su obra, los rasgos generales que pueden caracterizar a una persona Peter Pan son:
- Personalidad inmadura y narcisista: La rebeldía, la dependencia, la cólera o la incapacidad de empatizar con sus semejantes son algunas de las emociones que suelen predominar en su carácter. En el síndrome de Peter Pan las personas tienen el comportamiento propio de un niño, es decir, tiene a ser muy ególatra.
- No se acepta el envejecimiento: Intentan incluso parar el proceso de crecimiento físico y, por ejemplo, visten de forma infantil y orientan sus aficiones principales hacia aquellas propias de los más pequeños. Pueden incluso someterse a todo tipo de tratamientos de rejuvenecimiento aun cuando realmente no lo requieran.
- Dificultades en las relaciones personales, tanto con amigos como con la pareja: Su tendencia a delegar sus propias responsabilidades en los demás y a culparles cuando algo falla dificulta el poder establecer cualquier tipo de relación estable y duradera. En el ámbito de la pareja, esta incapacidad se traduce en la vivencia de relaciones superficiales en las que no haya ningún tipo de compromiso, ya que supondría tener que asumir responsabilidades y situarse al mismo nivel de madurez emocional que la otra persona. Es por ello, que en muchos casos, los que padecen el síndrome de Peter Pan acaban aislándose de la sociedad.
- Falta de interés profesional: Uno de los síntomas más visibles del síndrome de Peter Pan es precisamente el desinterés por trabajar. Tanto es así que estas personas acostumbran a saltar de un trabajo a otro o incluso intentan no trabajar y aprovecharse de los demás.
- Abuso de drogas y alcohol: Cuando el complejo de Peter Pan llega al extremo, es muy habitual encontrarnos casos en que el alcoholismo o la adicción a las drogas se usan para compensar esa nostalgia obsesiva.
- No asumen la culpa: Es muy probable que una persona con complejo de Peter Pan acabe echándoles las culpas de todo a los demás. Tanto es así que nunca asume la responsabilidad de sus errores.
- No quieren mejorar: Uno de los rasgos más negativos de las personas que se sienten como los personajes de Peter Pan, es precisamente el no querer evolucionar. En todos estos casos, el individuo no desea cambiar para mejor a pesar de que puede ver todos los problemas que está teniendo en su vida.
El síndrome de Peter Pan en mujeres
En la gran mayoría de los casos, el complejo de Peter Pan se asocia en gran medida con los hombres. Sin embargo, las investigaciones realizadas sobre este síndrome se realizaron durante el 1970 y 1980. Durante el 2010 la Universidad de Granada realizó un estudio que analizó este fenómeno y acabó apuntando que aunque las mujeres también podían experimentarlo, los hombres tenían más tendencia a hacerlo.
El síndrome de Wendy
Las investigaciones realizadas por Kiley en 1970, identificaron que el síndrome de Peter Pan tenía un contraparte en las mujeres que es conocido como el síndrome de Wendy (haciendo referencia a la compañera de Peter Pan). Al igual que en la historia, las mujeres en este papel a menudo tienden a tomar decisiones y a coger la responsabilidad de las personas que tienen este 'miedo a crecer'.
¿Cómo ayudar a alguien con las características del síndrome de Peter Pan?
Cuando alguien sufre del complejo de Peter Pan, no puedes señalarles que su actitud está mal. En muchas ocasiones esto suele ser contraproducente. Esto es ya que las personas que lo padecen creen que están comportándose como realmente deberían. Por ello, existen algunos consejos con los que podrás ayudar a una persona con estas condiciones.
- Anímalos a empatizar con los demás: Una buena manera de hacer de que las personas con complejo de Peter Pan asimilen que hay algo mal en sus vidas es ayudándoles a empatizar con los que están a su alrededor. De esta forma, es esencial hacerles ver cómo su actitud afecta a su círculo más cercano para que transformen su manera de ver el mundo.
- Hablar sobre su infancia: A pesar de que parezca contraproducente, la realidad es que poder hablar de los problemas o de la visión de la infancia puede hacer que la persona recapacite sobre su actitud en la actualidad. El objetivo de intentar recordar la infancia es precisamente intentar dejar atrás la obsesión por ella.
- Ayudarle a descubrir nuevas pasiones: Quizá lo que les hace estar dentro de este síndrome de Peter Pan es precisamente que han perdido la ilusión por la vida. En muchas ocasiones, las personas no pueden desarrollarse en todos los aspectos porque no se conocen y no saben qué es lo que realmente les gusta. Por ello, puede ser una buena idea animarle a practicar nuevas pasiones o hobbies.
- Acudir a un especialista: En los casos en los que el síndrome de Peter Pan está muy integrado en el persona, quizá sea necesario acudir a un especialista en salud mental.
La infancia es una de las etapas más bonitas de nuestra vida. Aunque muchos la recordamos con nostalgia, la realidad es que existen otros momentos que llegaran al nivel de emoción y de ilusión que los vividos por la niñez.s sobre los que deberá moverse a partir de entonces.
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