Un ataque de pánico implica una oleada repentina de miedo y ansiedad que causa síntomas físicos como psicológicos. Cuando una persona padece de estos ataques, el nivel de miedo que se experimenta es poco realista y desproporcionado ante los eventos o circunstancias que los desencadenan. Cualquier persona puede experimentar los ataques de pánico, pero cuando estos suceden de manera frecuente y continua puede ser un signo de estar ante un trastorno de pánico o de ansiedad. Entonces, ¿Cómo podemos reconocer un ataque de pánico?
¿Qué es un ataque de pánico?
Un ataque de pánico es un episodio de ansiedad y temor intensos que duran un corto espacio de tiempo, durante el cual la persona que lo sufre padece una serie de síntomas físicos que se pasan cuando acaba el episodio. Suele venir acompañado de otros trastornos, como estrés, ansiedad, etc. Cuando una persona siente que tiene un ataque de pánico suele presentar un temor extremo a morir, a sufrir un infarto o a no poder respirar, miedos todos ellos derivados de los síntomas que en ese momento atraviesa.
Este sentimiento repentino de intenso terror, miedo o aprensión, sucede sin la presencia de un peligro real. Normalmente, los ataques de pánico suele ocurrir repentinamente, y duran aproximadamente unos diez minutos. Sin embargo, algunos ataques de pánico pueden durar más o pueden ocurrir en sucesión lo que puede dificultar saber cuándo termina un ataque y cuándo empieza otro.
Cualquier persona puede padecer de estos ataques de pánico. A veces, estas crisis de pánico pueden desencadenarse por un evento específico y en otras ocasiones también pueden ser un síntoma de un trastorno de ansiedad como puede ser el trastorno de pánico o la agorafobia. Esto sucede porque en muchas ocasiones el ataque de pánico puede desencadenarse por un evento o situación específica. Aunque normalmente cuando se experimenta la angustia y sus síntomas puede indicar que la persona tiene un trastorno de ansiedad como puede ser el trastorno de pánico o una fobia.
Diferencia entre un ataque de ansiedad y un ataque de pánico
Muchas personas tienen dificultades para diferenciar los ataques de pánico y los síntomas de un ataque de ansiedad. La principal diferencia es que los ataques de ansiedad surgen como una reacción a un factor estresante o a una preocupación concreta.
Una diferencia fundamental con la ansiedad y el ataque de pánico es su duración e intensidad, ya que la ansiedad puede acompañarnos con menor intensidad durante el día. En ambos casos el origen parece desconocido, ya que la persona aún no ha encontrado y comprendido cuál es la causa del malestar que le produce entrar en pánico.
En cambio, los ataques de pánico, se dan cuando no existe un peligro real o causa aparente. En estos casos, la crisis no es provocada y surge de una manera impredecible. Además, las personas se ven ante sentimientos de terror, miedo o aprensión. En los ataques de pánico se siente como si fueran a morir, perder el control o padecer de un ataque cardíaco.
¿Cuáles son las causas de los ataques de pánico?
Lejos de lo que creemos, los ataques de pánico no suelen originarse por causas externas, aunque los asociemos a ellas. Es decir, si nos da un ataque de pánico en el avión no quiere decir que el avión sea el origen de ese episodio de temor extremo. ¿Y cuál es?
Está condicionado por causas internas, emocionales. Suele ser la ansiedad y el estrés que soportamos el que hace que, en un momento determinado, suframos un ataque de pánico. Es decir, es el estrés o la ansiedad que arrastramos por el ritmo de vida que llevamos, las responsabilidades, etc. lo que hace que comencemos a notar una serie de síntomas físicos derivados de ese estado en el que nos encontramos.
Es nuestra reacción a esos síntomas físicos lo que desencadena el ataque de pánico, pues nos asustamos al notar el ritmo cardíaco acelerado, lo que hace que este se incremente y creamos que vamos a sufrir un infarto. Comenzamos a notar molestias estomacales que pueden conllevar náuseas. Debido a la agitación que comenzamos a sentir por el miedo que nos atenaza, nos cuesta respirar y pensamos que no podremos hacerlo y que nos asfixiaremos, lo que no hace sino agravar más el problema.
Teniendo en cuenta esto, actualmente, aún no se sabe la causa exacta que hace que las personas acaben padeciendo de un ataque de pánico. Principalmente, se conoce que los siguientes factores pueden influir en ello:
- Genética: Las personas que tienen familiares que han padecido de ataques de pánico pueden tener más probabilidades de sufrirlo.
- Estrés: Tener demasiado estrés también puede acabar provocando ataques de pánico. De hecho, en épocas de mucho estrés las personas pueden acabar sufriendo de estos ataques.
- Personalidad: Las personas que son más sensibles tanto al estrés como a las emociones negativas tienen más probabilidades de padecer de estos ataques.
- Cambios cerebrales: Se ha demostrado que los ataques de pánico están relacionados con cambios en la función de nuestro cerebro.
Algunas investigaciones sugieren que estos ataques está involucrada en la respuesta natural de lucha o huida de nuestro cuerpo ante los peligros. Aun así se desconoce por qué ocurren estas reacciones cuando no hay un peligro presente.
¿Cuáles son los síntomas de los ataques de pánico?
Los síntomas que experimentamos cuando sufrimos un ataque de pánico suelen aparecer de repente y dan lugar a intensos sentimientos de miedo. Normalmente, estos ataques suelen durar de 10 a 20 minutos, pero pueden ser más largos en algunos casos. Principalmente, encontramos los siguientes síntomas:
- Dolor o malestar en el pecho
- Escalofríos o sensaciones de calor
- Sensación de asfixia
- Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo
- Miedo a morir
- Miedo a perder el control o volverse loco
- Sentimientos de irrealidad (desrealización) o desapego de uno mismo (despersonalización)
- Náuseas o malestar abdominal
- Entumecimiento u hormigueo (parestesias)
- Palpitaciones, latidos cardíacos fuertes o frecuencia cardíaca acelerada
- Sensaciones de dificultad para respirar o asfixia.
- Transpiración
- Temblores
Si te identificas en muchos de estos síntomas, es probable que hayas padecido de un ataque de pánico. En estos casos, si crees que los sufres con mucha frecuencia, es importante que acudas a un psicólogo/a profesional.
¿Qué le sucede al cuerpo en un ataque de pánico?
Durante un ataque de pánico nuestro cuerpo está a la merced de los pensamientos amenazantes que inundan nuestra mente. De hecho, nuestro organismo se limitará a responder de manera coherente a la señal de peligro que pueden generar estos pensamientos. Cuando una persona experimenta un ataque de pánico, los síntomas físicos son tan intensos que pueden generar la sensación de que se está ante un infarto o existe una asfixia o que se ha perdido la razón por completo. Esto sucede debido a que nuestro organismo reacciona de la siguiente forma:
- Aumenta la frecuencia cardíaca: Las personas al experimentar un ataque de pánico sienten un estado de alerta máxima. Este efecto está relacionado con nuestros niveles de adrenalina, ya que se duplican durante un ataque de pánico. Por lo tanto, al aumentar la adrenalina también se acelera nuestro pulso cardíaco, ya que el organismo se prepara para enviar más sangre a los músculos por si requerimos de luchar o salir corriendo ante una amenaza.
- Sudoración excesiva: Otra de las consecuencias de un ataque de pánico es sudar en exceso. Este síntoma ocurre también debido a la liberación de adrenalina en nuestro cuerpo.
- Falta de aire: Al percibir un peligro, nuestro organismo aumenta la frecuencia cardíaca y el flujo de sangre hacia las extremidades haciendo que experimentamos una falta de aire.
- Pupilas dilatadas: Además, ante un ataque de pánico, nuestro cuerpo también experimenta una dilación en las pupilas. La razón de ello es que se aumenta la visión para poder protegernos de la aparente amenaza.
- Relentización del sistema digestivo: Cuando estamos en peligro (o creemos que lo estamos), nuestro cerebro decide qué funciones son más importantes para nuestra supervivencia. Por ejemplo, la digestión pasa a un segundo plano cuando nos enfrentamos a un peligro. Por ello, ante un ataque de pánico podemos experimentar dificultades en la digestión.
Tipos de ataques de pánico
La mayoría de los profesionales especializados en ansiedad y ataques de pánico coinciden en afirmar que el primer ataque de pánico es inesperado, pero que luego la persona lo asocia a determinadas situaciones o lugares y surgen otros tipos de ataques. De esta forma, existen diferentes tipos de ataques de pánico que puedes experimentar:
- Ataque de pánico inesperado: es el que surge de manera sorpresiva sin que existe ninguna causa o situación que lo determine.
- Ataque de pánico causado por situaciones concretas: también se le llama ataque de pánico limitado situacionalmente. En este caso es aquel ataque que se ocasiona cuando estamos ante una situación determinada o cuando la prevemos.
- Ataque de pánico asociado a situaciones o estímulos: igualmente se le conoce ataque de pánico predispuesto situacionalmente y es consecuencia de determinadas situaciones o de determinados estímulos, aunque puede ocurrir sin que se produzcan estos. A veces no se desencadena justo después de la situación a la que está asociado, sino que pasa un tiempo.
¿Cuáles son las consecuencias de los ataques de pánico?
Padecer ataques de pánico de manera frecuente puede acarrear problemas físicos y emocionales que agravan la estabilidad mental de la persona que los sufre y perjudica seriamente su salud. Físicamente, las consecuencias más evidentes son las siguientes: insomnio, malestar estomacal, dolor muscular, taquicardias, mareo, fatiga crónica, dolor de cabeza, vértigos… En cuanto a las consecuencias emocionales, los ataques de pánico pueden conllevar fobias, ansiedad generalizada, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, etc.
Si no se tratan, los ataques de pánico y el trastorno de pánico pueden afectar a casi todas las áreas de su vida. Puede tener tanto miedo de tener más ataques de pánico que vive en un estado constante de miedo, arruinando su calidad de vida. Principalmente, los ataques de pánico, si no son tratados, pueden conducir a los siguientes trastornos y problemas:
- Desarrollo de fobias: Las fobias son miedos muy intensos a una situación u objeto concreto, como por ejemplo el miedo a conducir o a salir de casa.
- Acudir con frecuencia al médico: Las personas con muchos ataques de pánico pueden acudir de forma muy frecuente al médico debido a experimentar problemas de salud relacionados con esta afectación.
- Problemas sociales: Padecer de estos ataques puede hacer que las personas acaben evitando ciertas situaciones sociales.
- Falta de concentración: Los ataques de pánico pueden acabar derivando en problemas en el trabajo o la escuela debido a ello.
- Trastornos psicológicos: Sufrir de ataques de pánico constantes puede derivar en trastornos como la depresión, la ansiedad y otros trastornos psiquiátricos.
- Pensamientos suicidas: Las personas que experimentan de estos ataques de manera frecuente pueden padecer un mayor riesgo de suicidio o tener pensamientos suicidas.
- Abuso de alcohol u otras sustancias: Aquellos que padecen de estos ataques pueden intentar evadirlos usando sustancias como el alcohol y otras drogas.
En algunos casos, el trastorno de pánico puede acabar incluyendo agorafobia, es decir, la evitación de lugares o situaciones que causan de ansiedad, ya que se tiene el temor de no poder escapar o buscar ayuda.
Tratamiento de los ataques de pánico
Principalmente, las personas que padecen de ataques de pánico reciben un tratamiento que puede incluir psicoterapia, medicación o una combinación de ambos. El tratamiento dependerá de diversos factores, como pueden ser el historial médico, las preferencias o la gravedad de los síntomas:
- Psicoterapia: Existen diferentes tipos de terapia que se pueden utilizar para tratar los ataques de pánico. La más usada es la terapia cognitivo-conductual (TCC), ya que se ha comprobado sus efectos tanto ante la ansiedad como en los trastornos de pánico. Esta terapia se centra en ayudar a las personas a identificar los pensamientos que contribuyen a los sentimientos de miedo y ansiedad para poderlos reemplazar con otros más útiles y realistas.
- Fármacos: Los psiquiatras también pueden recetar ciertos fármacos para ayudar a las personas a afrontar diferentes síntomas asociados a los ataques. Los principales fármacos son los antidepresivos y los ansiolíticos.
Ataque de pánico: ¿Qué hacer?
Existen una serie de pasos que puedes seguir para frenar los síntomas de un ataque de pánico. Entre lo más útil te recomendamos lo siguiente:
- Respiración profunda: Esto te puede ayudar a prevenir la respiración rápida o la hiperventilación que está relacionada con un ataque de pánico.
- Mindfulness: Esto implica intentar ser más consciente de lo que está sucediendo en tu cuerpo y en el momento.
- Relajación muscular progresiva: Implica tensar y luego relajar los músculos tomando más conciencia de cada uno de ellos. Cuando esta práctica se realiza con regularidad las personas pueden inducir una respuesta de relajación cuando se experimenta un miedo irracional.
- Visualización: Consiste en pensar en algo que te parezca calmante y relajante o imaginar una escena en tu mente que pueda ayudar a producir una respuesta de relajación para combatir tus sentimientos de miedo.
- Afronta tus miedos: Afrontar un ataque de ansiedad es importante, debes hacerte algunas preguntas como “¿Qué no estoy afrontando?” o “¿Por qué me da miedo ese cambio?”. Una vez te hayas hecho estas preguntas es el momento de salir de tu lugar de confort y empezar a cambiar la situación. La crisis de pánico nos revela una información de cómo nos sentimos en nuestro interior, por ello a pesar de que no se puede morir de ansiedad, sí que ello nos está señalando un problema que debemos solucionar.
- No huyas: Cuando algo nos da miedo o pánico tendemos a reprimirlo y colocar excusas para evitarlo. Si no aprendemos a cómo controlar un ataque de pánico, lo único que conseguiremos es alargar el sufrimiento y hacer que este persista mucho más. Tanto si te dan los ataques de pánico nocturno o durante el día, es esencial intentar afrontarlos las herramientas que tengamos.
- Acepta la realidad: No tengas miedo. Se valiente para aceptar una crisis de ansiedad y estos ataques de pánico, porque en el momento que lo hagas podrás cambiarlo. Es difícil porque no queremos sentirnos así, probablemente nos ha alejado de nuestra anterior vida y de algunas personas pero a pesar de que es desagradable, lo tienes, así que de momento acéptalo igual que lo hiciera un diabético que tiene que vivir con la diabetes. Si no haces este paso nunca podrás acabar y controlar este ataque de ansiedad.
- Aprende a escuchar tu mente y cuerpo: Escucha lo que tu cuerpo y tu mente te están diciendo, cómo te sientes e intenta normalizarlo para ir aceptando poco a poco la sensación de miedo que te genera entrar en pánico o la ansiedad y hormigueo propias de los ataques de pánico. Para poder saber cómo evitar un ataque de ansiedad debes intentar ser consciente de cada una de las experiencias que este te produce.
- Cambia tu perspectiva: Para acabar con una crisis de pánico y sus síntomas es esencial tratar de ejercer cierto control mental. Por ello, la clave puede ser mirar las cosas de otra forma y hasta intentar racionalizar los pensamientos negativos que invaden nuestra mente durante estas crisis de pánico.
- Ten en cuenta que no es constante: Un ataque de pánico no durará para siempre. Puede que al inicio tengas la sensación de que es constante pero realmente no lo es ni siempre está al máximo nivel. A pesar de que sientas que las manifestaciones de la ansiedad o del pánico son muy persistentes intenta pensar que esto acabará terminando y céntrate en las sensaciones de alivio que tendrás después.
- Usa la visualización: La visualización es una técnica que implica imaginar mientras experimentas los síntomas de un ataque de pánico un lugar que te parezca relajante y calmante. Además también puedes intentar tener en tu mente aquellos lugares de los que tienes bonitos recuerdos. A través de la visualización y las sensaciones que ello produce tendrás una buena herramienta para saber qué hacer en caso de un ataque de ansiedad.
- Pide ayuda: Un buen psicólogo te ayudará a controlar el pánico, a recuperarte y a reconocer las situaciones de tensión y estrés de tu vida y el modo en cómo las afrontas. Te ayudará a encontrar tus propias soluciones y te acompañará en el proceso.
El camino para afrontar un ataque de pánico o crisis de ansiedad puede ser doloroso, pero debemos ser capaces de trabajar en nuestro interior. Cambiar nuestra percepción y actitud hacia la realidad es lo que nos hará superar estos baches que nos pone la vida.
¿Cómo ayudar a una persona que sufre ataques de pánico?
Cuando un familiar o la pareja de un paciente que padece ataques de pánico es testigo de uno no sabe cómo actuar, cómo puede ayudar a esa persona a que supere su problema. Así, es importante saber qué papel desempeñar durante este episodio y el tiempo que dure el tratamiento.
Un buen consejo puede ser acompañar a esta persona a alguna sesión de terapia conjunta para comprender su problema y saber cómo actuar. Por tanto, informarse es vital. Asimismo, es fundamental conservar la calma, no ponerse nervioso cuando seamos testigos de un ataque de pánico, sino ofrecer auxilio y asistencia. Y, por supuesto, no dramatizar o culpabilizar al paciente. Hay que mostrar una actitud empática, comprensiva, tranquila, que anime a esa persona a hacer frente a sus miedos y no la hunda más, que evite las calificaciones o quitarle importancia a un problema muy serio. En definitiva, hay que estar a su lado y servir de apoyo en todo cuanto necesite para reforzar su estabilidad emocional y que supere el trastorno.
¿Quién te puede ayudar?
Obviamente, el profesional adecuado es el psicólogo, un especialista en el tratamiento de problemas emocionales como los ataques de pánico y la ansiedad, trastornos que están relacionados. Si creemos que hemos sufrido un ataque de pánico, es importante buscar ayuda especializada para que evalúe nuestro problema y nos ofrezca soluciones.
El psicólogo proporcionará aquellas herramientas necesarias para que sepamos hacer frente a otro ataque de pánico y conozcamos el origen del mismo, identifiquemos sus síntomas, sepamos cómo racionalizarlo y cómo controlarlo.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
Escrito por
Andrés Sampayo Salgueiro
Licenciado en Psicología en la especialidad clínica, Máster en Psicología Clínica y de la Salud, Máster en Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental, Máster en Gerontología Social, Máster en Psicoterapia Psicodinámica, Máster en Dirección de Centros para Personas Dependientes y Máster en Profesorado. Más cursos de especialización.
Bibliografía
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- Panic Attack. Psychology Today. https://www.psychologytoday.com/us/conditions/panic-attack
- Brennan, D (2020). Signs of a Panic Attack. Web MD. https://www.webmd.com/anxiety-panic/signs-panic-attack