Ver películas de terror nos revive malas experiencias y cambia el cerebro
Al ver películas de terror, nuestro inconsciente, que no diferencia la realidad de la ficción, va a hacernos revivir momentos de nuestra vida que nos hayan hecho sentirnos del mismo modo.
Puede que parezca que algo es evidente, como que ver cosas malas nos recuerda otras cosas malas. El hecho es que hace tiempo unos investigadores de la Universidad de Nueva York en un estudio presentado en la revista Science consiguieron estudiar por qué esto es así.
Sabemos que nuestro cerebro se ve afectado por una diversidad de situaciones y entre ellas, una que afecta mucho, es cuando vivimos situaciones de estrés aguda, como la tensión que vivimos ante una película de terror. En esos momentos de tensión, que el cerebro esta viviendo como algo totalmente real, este intenta buscar soluciones al problema y así es como revive situaciones que hayan generado en nosotros estados de animo similares.
Hay que tener en cuenta que, para el cerebro, y concretamente para nuestro inconsciente, no hay distinciones entre realidad y ficción, lo que hace que entremos tanto en una película y que podamos empatizar con los protagonistas o con la situación. Si la película es de amor nos pone tiernos, si es de acción nos acelera, y si es de terror reaccionamos ante ese miedo sentido.
Según el estudio original del dr. Hermans, "El estrés agudo altera la forma en que nuestro cerebro funciona. Este cambio de estado cerebral se puede entender como una redistribución estratégica de los recursos que son vitales cuando la supervivencia está en juego”.
Ya era algo que se ha estudiado largamente en animales, y se ha visto como si se les expone a situaciones de estrés agudo, estos reaccionan de forma química, liberando diversas hormonas y activando neurotransmisores que pueden llegar a modificar de forma significativa zonas del cerebro. En humanos lo que se ha podido ver es que también se producen ese tipo de cambios, como una reacción al estrés, creando unos cambios adaptativos en el cerebro que lo preparan para enfrentarse a esas situaciones de tensión, sean o no, como en el caso de una película, reales.
Los investigadores demostraron que no solo hay una modificación de la noradrenalina, ni solo un bloqueo del cortisol, ni siquiera que solo intervengan el eje hipotálamo, hipófisis y glándulas suprarrenales, sino que se general un cambio general en el funcionamiento de las zonas encargadas de la atención, del control de la alerta o del sistema endocrino.
Los participantes en dicho estudio, que eran controlados por resonancias cerebrales, también mostraron una dificultad en pensar con calma, haciendo que la toma de decisiones sea muy rápida en esos momentos.
Así pues, ver películas de terror nos termina por hacer estar más alerta, esperar más cosas negativas y de rebote puede causar que estemos más nerviosos.
Mi consejo: Más comedias y menos terror.
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