Tu verdadera naturaleza

La sociedad nos va conformando desde el momento en que nacemos. En la sociedad que conocemos la mayoría, las normas se nos van imponiendo desde muy pequeños: nos regañan, nos dan algún azote, nos gritan...en los peores casos, se da el maltrato infantil. Tenemos asumido que debemos absorber el sistema de reglas y acatarlo, hacerlo parte de nuestra naturaleza.

Sin embargo, en ese proceso de absorción de las reglas, nos vamos olvidando poco a poco de nuestra propia naturaleza y ello crea numerosos problemas en las personas, sobre todo de adolescentes y adultas. Un caso evidente y clarificador es el de los homosexuales, perseguidos y asfixiados durante toda la Historia conocida y, no obstante, nunca extinguidos. ¿Por qué? Porque es su verdadera naturaleza, porque no se puede obligar a un pez a que aprenda a escalar montañas ni tampoco a un hombre homosexual a amar y desear a una mujer.

¿Qué es lo que nos diferencia de los demás?

¿Por qué nos es tan difícil asumir que cada persona tiene una naturaleza diferente, unos deseos propios, unas metas únicas que le hacen ser un ser único y especial? En las sociedades grandes como las nuestras, esto simplifica las cosas: es más fácil domar a la manada si ésta pasa por el aro adecuado. Lo característico del ser humano (puede que también de otros animales) es precisamente que nuestra personalidad nos hace únicos y maravillosos.

¿Y cómo sabe uno cuál es su verdadera naturaleza? Existe un sistema de aviso, que son las emociones. Cuando te sientes apagado, triste, sin vitalidad, que todo te pesa, te vas degradando, nada te motiva...eso te está diciendo que no estás siguiendo tu voz interior, tu verdadero camino, tu propio yo.

En el momento actual, tan mediático, es quizás difícil descubrir qué es lo que uno mismo quiere o qué es lo que nos han hecho creer que queremos, mediante la publicidad o los mensajes subliminales encerrados en películas, noticiarios, etc. Pero hubo momentos en el pasado o sociedades actuales donde es aún peor: te matan por pensar o actuar diferente a las estrictas reglas de una sola o unas pocas personas que mandan.

Para vivir una vida plena, es importante que nos sintamos a solas de vez en cuando y que nos paremos a pensar a dónde vamos y si nos sentimos bien con lo que hacemos o bien nos deja vacíos o incluso deprimidos y, si es así, entonces te propongo que hagas una lista con todo aquello que te hace vibrar, que te hace sentir feliz, que te llena de ganas de vivir.

Eso tiene que dar lugar a cambios en tu vida, en una palabra: a la acción, porque el pensamiento positivo es un pensamiento para la acción, si no, de nada sirve y se trata sólo de hacer cábalas en casa mientras la vida pasa delante.

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