Somatización gastrointestinal

Cuando las emociones no son expresadas, se somatizan. Esto es algo que puede mantenerse en el tiempo llegando, incluso, a normalizarse. La somatización en psicología se define como la aparición de síntomas físicos frecuentes y variados cuya aparición no está justificada por una causa física. Estos síntomas se caracterizan por afectar a la persona a nivel social, personal o laboral. Diversos estudios han constatado que hay personas que padecen ciertos síntomas sin existir un cuadro exacto de enfermedad. 

¿Qué es la somatización? 

El trastorno por somatización es cada vez más frecuente entre la población y sobre todo en España, donde presenta una prevalencia superior al 28% (Llano, A., 2022). Una problemática mucho más frecuente en mujeres que en hombres, pero que puede afectar a ambos géneros por igual y que normalmente implica la aparición de síntomas físicos sin una causa aparente. Habitualmente se asocian a la acumulación de estrés, ansiedad, preocupaciones y/o emociones difíciles de gestionar. 

Somatizar implica expresar, a través de molestias físicas, una angustia emocional no liberada. Esta emoción no liberada provoca estrés y, este, a su vez, puede llevarnos a experimentar sensaciones desagradables que retroalimentan las preocupaciones. Mente-cuerpo se ven conectados y el conflicto psicológico se expresa a través del cuerpo en forma de síntomas de distinta índole. 

¿De dónde vienen las preocupaciones y el estrés que provocan la somatización? 

Los seres humanos obtenemos información e integramos creencias a raíz de las diferentes experiencias por las que pasamos en el día a día. Cuando estas experiencias implican un conflicto o dilema, interno o externo, la persona puede sentirse estresada y limitada ante una toma de decisiones o acciones, las cuales son necesarias para su desarrollo personal y bienestar. Principalmente, la fuente de este estrés es interna, aunque se desencadena por eventos externos. 

¿Por qué unas personas somatizan y otras no? 

Existen ciertos rasgos de personalidad y situaciones concretas que provocan que algunas puedan desarrollar el fenómeno de somatización. Generalmente hay un patrón de personalidad que hace más probable la aparición de este trastorno. Sin embargo, cualquier persona que experimente situaciones de estrés constante puede somatizar puntualmente. Entre estos rasgos encontramos:

• Alta afectividad negativa, es decir, personas propensas a experimentar insatisfacción personal. 
• Egocentrismo y dependencia. 
• Negativismo, pesimismo y catastrofismo. 

Suelen ser personas a las que les cuesta asimilar que el problema es psicológico y siguen buscando diferentes profesionales que den con su diagnóstico médico, llegando a exagerar los síntomas porque viven la situación de una manera dramática. Algunos de los factores que influyen en la somatización son: 

• Biología: una persona puede tener una mayor sensibilidad a ciertas sensaciones, como dolor o náuseas. 
• Trauma: Las investigaciones muestran que los supervivientes de un trauma son particularmente susceptibles a la somatización. 
• El inconsciente: algunos autores postulan que la somatización puede ser un mecanismo de defensa que nos protege de emociones intensas y dolorosas que no podemos procesar de forma consciente. Esa angustia puede encontrar una salida a través del cuerpo, convirtiéndose en un síntoma físico. 
• Actitudes del entorno respecto a las emociones: algunas culturas, familias y entornos tienden a estigmatizar la expresión de las emociones. Esto puede hacer que para la persona sea más fácil expresar síntomas físicos que problemas psicológicos. 
• Dificultades para procesar las emociones: hay personas que tienen más dificultades para expresar sus emociones, lo que hace que los síntomas físicos se conviertan en el centro de atención en lugar de los problemas emocionales. 

Es necesario resaltar que, independientemente de por qué ocurre la somatización, los síntomas son reales y causan angustia, generando aún mayor malestar y un aumento de la sintomatología, ya sea en intensidad o en tiempo. 

La somatización gastrointestinal 

Algunos de los síntomas que padecen las personas al somatizar se engloban dentro de los problemas gastrointestinales, como, dolor abdominal, flatulencias, diarrea, hinchazón, … 

Las enfermedades digestivas generadas por la somatización, actúan como un nudo de conflictos corporal que representa desacuerdos mentales mal digeridos. Según diversos autores, el sistema digestivo viene a ser el “segundo cerebro” dado que está controlado por el sistema nervioso central y el autónomo, pero también funciona como sistema independiente de este (Sebastián Domingo y Sebastián Sánchez, 2018). 

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