¿Leer correctamente la realidad es madurar?

Y es que esta petición de madurez se refiere, principalmente, a la capacidad de observar alrededor de uno y analizar (o leer) correctamente la realidad que lo rodea a uno.

¿Somos capaces de leer siempre la realidad circundante?

• La ropa no camina sola a la lavadora.

Lo sabemos, somos conscientes que, como elemento inanimado, la ropa no va a ponerse a desfilar desde donde la hemos dejado y va a entrar por iniciativa propia en la lavadora. Algo tan evidente nos hace reaccionar e indica que no hemos dejado la ropa donde la persona que emite el veredicto quería que estuviera la ropa.

Podemos entonces reaccionar de dos formas diferentes: o seguimos dejando la ropa donde está ya que no nos ha molestado hasta este momento de la conversación. O haciendo una doble lectura de la expresión, cogemos la ropa y la llevamos nosotros mismos a la lavadora.

La persona interlocutora puede actuar de varias formas diferentes, pero seguramente optará por alguna de estas 2 opciones:

• Seguir dejando la ropa en el mismo sitio (e iniciar un duelo de titanes, a ver quién es el que gana… Seguramente la ropa o la necesidad de ella). Lo que conlleva no hacer la colada y no tener la ropa disponible para un uso posterior.
• Recoger la ropa, hacer la colada con ella y amenazar con que la próxima vez se queda donde está y no estará disponible para usos posteriores cuando sea necesario tenerla lista.

¿Con qué opción aprenderemos/maduraremos antes? ¿Con un duelo de titanes y medición de fuerza? ¿O realizando la tarea que no nos está asignada y haciéndola por los demás? La persona que no ha realizado la tarea acordada (si necesitas ropa limpia llévala al sitio donde le corresponde para ser limpiada) no aprenderá si seguimos haciendo nosotros el trabajo por ella.

Este ejemplo tan usual y diario es uno de los que más conflictos suele crear en los hogares. Y como éste, tenemos varios ejemplos, que además se pueden dar juntos en un mismo día y en una concentración de tiempo ajustada. Desavenencias, discrepancias de criterio, sobrecarga de ciertos miembros de la familia en detrimento de otros, saturación de los miembros sobrecargados de la familia, que acaba en improperios, diferencias irreconciliables….

Lectura de la realidad… ¿Es tan fácil como parece?

Quizá si nos lo enseñan sí. Siempre digo a mis pacientes que vienen a consulta que deben pedir aquello que quieren. Inferir lectura de realidad (la realidad de la persona que la solicita, por cierto) es mucho suponer. Es que no se da cuenta, no ve que no puedo, voy estresado/a y no me ayuda… Son comentarios que hacen miembros de una pareja hacia el otro miembro, de madres y padres a hijos…

Como siempre les digo: Dios no regala el poder de la clarividencia a todo el mundo. Si queremos algo, pidámoslo correctamente, antes de llegar a la saturación, antes de llegar a un punto de no retorno que nos hace soltar a voz en grito: ¡Madura de una vez! Y convertir esta expresión en un grito de guerra abierta entre los miembros de la conversación.

¿Hablamos?

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Sandra Sánchez

Psicóloga colegiada en el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya

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