Gracias mamá

"Querida mamá,

Hoy quiero hacer algo que nunca he hecho: darte las gracias. Y no, no me refiero al "gracias" que decimos día a día como un acto reflejo, prácticamente vacío de significado. Hoy quiero darte las gracias de verdad.

Siempre te recuerdo a mi lado, sobre todo en mis malos momentos. Cuando se acabó el primer amor tú me secaste las lágrimas, cuando me caía me levantabas...

Sé que en ocasiones no he hecho lo debido, pero entonces ahí estabas tú, que con solo una mirada hacías que me diera cuenta de todo. Y es que entre nosotras muchas veces no hacen falta apenas palabras. ¿Y sabes por qué? Porque yo soy una pequeña parte de ti, alguien que te admira y sabe que lo mejor que me puede haber pasado ha sido tener una madre como tú. Porque aunque la familia no se elige, sí puedo asegurar una cosa, que si pudiera te elegiría mil veces.

Recuerdo las noches en que un simple catarro o un dolor de tripa se convertían en un ir y venir de tu habitación a la mía para ver si estaba bien, si necesitaba algo o si se habría calentado el paño húmedo de mi frente cuando tenía fiebre... ¿Y quién es capaz de hacer todo eso con una sonrisa? Tú, mamá, solo tú.

Gracias por estar ahí, por ser como eres y por haber hecho de mí lo que soy hoy en día. Sin tí, sin tus riñas, tus palabras y tus besos no hubiera sido la misma persona, estoy convencida. Porque desde que tengo uso de razón te recuerdo a mi lado, ayudándome, protegiéndome, dándome cariño y amor sin esperar nunca nada a cambio.

Por todo esto y mil cosas más, gracias mamá."

"Uno de los momentos más tiernos e importantes, de mi infancia era la hora del cuento, antes de irme a dormir. Así fue como aprendí a leer, meses antes de hacerlo en el colegio, y así fue como mi madre me transmitió su pasión por la lectura. Además de leerme libros, se inventó a Pulguita, una niña muy, muy pequeñita que vivía un montón de aventuras. Todavía recuerdo cada una de ellas y todas son lecciones imprescindibles, como sólo las madres saben dar".

"Uno de los momentos que recuerdo con más cariño era a final de curso, cuando hacía los bailes, y mi madre me cosía todos los trajes que teníamos que usar. De picapiedra, de bailarina, de rumbera, de animadora… No había diferencia con los que hacían las modistas y tenía un gran valor añadido, porque me lo había hecho mi madre".

"Cuando íbamos de paseo con la bicicleta todos los domingos: mi madre, mis hermanos y yo. Antes no me gustaba hacerlo, pero años más tarde he comprendido que todo lo hacía para que estuviéramos reunidos y para pasar tiempo juntos. Una verdadera prueba de amor para mí".

"Siempre la vi como una diosa, elegante y bella, y desplegaba aún más su luz cuando por las mañanas me levantaba y la oía tocar el pianoforte... Acercándome notaba cómo la silueta de su cuerpo y sus manos se disolvían entre la luz de las primera horas y la suavidad de las notas. La miraba y la admiraba. Esto es uno de los momentos que recuerdo con más amor".

"Recuerdo noches en las que, estando enferma, mi madre me decía que me metiera en su cama. Una vez dentro, el dolor cesaba un poco y podía descansar porque sabía que mi madre me estaba vigilando y cuidando. Ahora vivo sola y aún necesito a mi madre en esos momentos. Gracias Mamá por esos zumos de naranja, por tu "duérmete y se te quitará" (cuánta razón) y por esos consejos que retumban en mi cabeza y suenan con tu voz".

"Cada vez que le doy un abrazo a mi madre es como si fuera único. Incluso después de 25 años".

"Los recuerdos más bonitos que tengo con mi madre son cada uno de los abrazos y besos que me daba antes de ir a dormir, acompañados de los "te quiero" más sinceros que he podido escuchar nunca".

"Recuerdo el día antes de mi quinto cumpleaños, preparando un bizcocho enorme de chocolate para llevarlo al cole. Mi madre enseñándome cómo hacerlo y yo mirándola embobada por lo bien que lo hacía. Hoy en día seguimos igual, siempre enseñándome a hacer cosas buenas y bonitas".

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