Realizada por Rebece Elena · 19 ene 2015Agresividad
Hola a todos,
Soy Rebe una chica de 29 años con estudios y por suerte nunca me ha faltado el trabajo aunque sean siempre mierdas de trabajos. Tengo amigos, un novio perfecto para mí, me llevo bien con casi todo el mundo. Mi familia me quiere y tengo mucha mucha autoestima, tal vez demasiada, así que no entiendo por qué todo me produce ira: mi jefa, los banqueros, los telediarios, mi madre (que es psicóloga), mis amigos, mi familia...
Siempre pasa algo que me hace enfadarme muchísimo, siento que todo va mal, que la gente no actúa con lógica que todo es injusto y nadie hace nada por cambiarlo.
Este sentimiento lo acumulo cada día y luego exploto montando pollos tremendos por cualquier tontería. En conclusión, no sé si soy una inconformista o que espero demasiado de la sociedad, pero yo soy muy alegre y últimamente odio todo lo que me rodea.
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20 ENE 2015
· Esta respuesta le ha sido útil a 16 personas
Hola Rebeca;
Todos nosotros vamos generándonos esquemas mentales sobre los sucesos que nos acontecen día a día y creamos unas expectativas sobre lo que nos queda por venir (lo que nuestra pareja debería hacernos por nuestro cumpleaños, lo que el político debería hacer para mejorar el país, lo que el banquero debería ofrecerme para ayudarme,...). En conclusión, muchos "deberías/tienes" rondan nuestra cabeza, lo que nos termina afectando, directamente, a nosotros, puesto que si eso que nos planteamos no se realiza, emergen una seria de sentimientos tales como frustración, ira, hostilidad, enojo, etc., que sacan lo peor de nosotros.
Si te animas a trabajar un poquito, te pido que elabores cuatro columnas donde anotaras, por orden, situación que te ha sucedido (mi madre me pide que vaya a hacer la compra), pensamientos que te vienen a cabeza (es una pesada! no se da cuenta de que estoy ocupada?), comportamientos que realizo (me niego y me encierro en mi habitación), sentimientos (ira, tristeza).
Cuando hayas acabado, analiza todo lo que te dices y cómo te afecta, posteriormente. ¡Te sorprenderás!
30 MAY 2015
· Esta respuesta le ha sido útil a 6 personas
Buenas Rebeca!
Como he dicho anteriormente sobre la ira
Nada ni nadie es capaz de provocarnos un enfado, a menos que nosotros estemos dispuestos a enfadarnos. No son los acontecimientos sino las interpretaciones que hacemos de ellos las que nos provocan nuestros sentimientos.
Las Distorsiones cognitivas (pensamientos) que aparecen con mayor frecuencia en los ataques de irritabilidad son la etiquetación, la lectura del pensamiento, la magnificación, y la enunciaciones “debería”.
La adicción a la justicia es otro de los causantes de los ataques de íra. Cuando pensamos que están siendo injustos con nosotros, normalmente nos sentimos tan heridos que perdemos el control.
26 ENE 2015
· Esta respuesta le ha sido útil a 5 personas
Hola Rebe!!!
La rabia es acción, y por eso es importante canalizarla actuando, desde lo que tú puedes hacer. Lo que no puedes hacer es que los demás hagan lo que para tí sea lo correcto.
Canalizala en pequeñas cosas, gestos... que tú puedas hacer.
Y si no consigues expresarla sin hacerte daño pide ayuda profesional.
26 ENE 2015
· Esta respuesta le ha sido útil a 8 personas
La ira es una emoción humana normal, e incluso sana, pues nos ayuda a salir victoriosos de situaciones en las que nos vemos obligados a defendernos. No suele acarrear consecuencias negativas, pues habitualmente logramos mantenerla bajo control. Pero en ocasiones se puede convertir en una emoción impredecible y destructiva, que nos desborda y que ocasiona problemas en el trabajo, en las relaciones personales, y en la calidad de la vida en general.
Para un manejo adecuado de la ira pueden ser útiles técnicas como el entrenamiento en detección de reacciones (para actuar antes de que se apoderen de nosotros), reestructuración cognitiva (aprender a cambiar nuestra forma de pensar: las personal coléricas tienden a expresarse en términos muy alterados, exagerados y dramáticos que reflejan sus pensamientos internos, se trataría de sustituir estos pensamientos por otros más racionales y adaptativos), entrenamiento asertivo (aprender a defender nuestros derechos e intereses respetando los derechos e intereses de los demás), mejora de las pautas de comunicación (reducir la velocidad y el volumen de nuestro discurso y pensar bien lo que decimos), relajación y distracción entre otros.
Cuando la ira está fuera de control, perturba aspectos importantes de nuestras vidas o nuestras relaciones interpersonales se puede valorar la posibilidad de buscar ayuda profesional y asesoramiento para aprenderla manejar con eficacia estos sentimientos.