Procrastinación, nadie está a salvo de su influencia
La procrastinación es el mecanismo por el que dejamos actividades que, por el motivo que sea, nos suponen un reto, nos estresan o nos intimidan y las aparcamos en actividades pendientes.
La procrastinación es una palabra que seguramente habéis escuchado alguna vez y hemos sufrido todos en multitud de ocasiones. Nadie está a salvo de su influencia.
La procrastinación es la acción de dejar para otro momento aquello que tenemos que hacer. Es un acto por la que dejamos para luego o para otra ocasión actividades que tenemos pendientes.
El hecho de dejar actividades pendientes para otro momento no supone un problema, porque tendemos a priorizar aquello que nos urgen más dando desventaja a aquellas actividades que nos suponen más pesadez o no consideramos que son tan importantes.
Procrastinar si que se convierte en un problema para uno mismo cuando vamos dejando aquellas actividades que debemos hacer y que nos pueden ocasionar molestias, tanto a nivel personal como laboral.
Casi todos hemos procrastinado en muchas ocasiones, como por ejemplo cuando hemos estudiado para un examen en el último momento o hemos ido dejando el dejar de fumar, sin que estas no acciones nos hayan supuesto una ventaja para nosotros mismos. Es decir, nos suponen una ventaja momentánea, fugaz, porque nos alivia en el momento de las obligaciones y presiones que sentimos, pero, a la larga, nos crea más ansiedad y nerviosismo.
La procrastinación es una herramienta que utilizamos para esconder otras emociones y las solapa, pero nos entorpece para conseguir aquello que queremos. Es una serie de obstáculos que nos ponemos a nosotros mismos, siendo conscientes y en otras ocasiones, no tanto.
Las principales causas de la procrastinación
Pueden ser las siguientes:
- El miedo. Podemos tener miedo de muchas cosas y éste nos ayuda a no afrontar el reto que nos supone hacer algo, por lo tanto, procrastinar es una herramienta que nos "ayuda" a no tener que pasar por eso que tememos. Puede ser por miedo a fracasar en algo que nos proponemos, en no llegar a ser lo que pretendemos, siendo actitudes contrarias para nosotros ya que provocan más ansiedad y rabia.
- Dejarlo para el último momento. No ser constante puede ser un inconveniente cuando la actividad pendiente tiene un plazo. La relajación puede ser una causa de dejarlo para otro momento, siendo contraproducente porque la sobreactuación produce alteración, nerviosismo y ansiedad por no cumplir el plazo.
- Perfeccionismo. Hay quien con la indecisión y con el afán de querer las cosas sumamente perfectas no las hace, siendo una manera de procrastinación más estresante porque los pensamientos obsesivos y repetitivos o autoexigentes boicotean a la acción y lo dejan, formando más obsesión y ansiedad.
La procrastinación puede tener relación con el tipo de personalidad y también puede estar asociada a otros trastornos, como la ansiedad, la depresión, o a emociones como la rabia, el estrés y la baja autoestima.
La procrastinación puede ser una herramienta positiva en algunas ocasiones en las que nos podemos sentir abrumados por las obligaciones y descansar nos puede ayudar, pero sin perder la noción de cuando lo que nos está impidiendo es conseguir aquello que queremos. Distinguir cuando surge y porque surge es la mejor técnica para poder identificar que está pasando y actuar para que no nos absorba en su evitación y futura frustración.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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