Así funciona la cabeza de un ultra

Los actos violentos asociados al fútbol son muy frecuentes. A pesar de que los clubes y los responsables de los distintos campeonatos tomen las medidas pertinentes para evitar episodios agresivos y desagradables entre los aficionados más radicales, este tipo de hechos siguen sucediendo hoy en día. Uno de los últimos episodios tuvo lugar hace apenas un mes en Madrid, donde trece ultras del Legia Varsovia, uno de los grupos más radicales y violentos de Europa, fueron detenidos por provocar destrozos y agredir a varias personas en la calle.

En el seno de estos grupos se esconden personas de muy diversa ideología, seguidores de la extrema izquierda o de la extrema derecha, antisemitas y racistas que en muchas ocasiones se dedican también al tráfico de drogas como modo de sufragar los gastos de esta actividad. Se mueven por lo que dictamina el grupo, siempre amparado por un sentimiento de pertenencia sumamente fuerte que respalda el comportamiento violento del resto. Pero, ¿cómo funciona realmente la mente de un ultra?

El sentimiento de pertenencia al grupo

Los psicólogos apuntan que es el poder de pertenencia que otorga el grupo, y su defensa frente a otros aficionados, la principal causa que origina los violentos actos de enfrentamientos entre seguidores de distintos equipos de fútbol. Los mensajes radicales de odio y venganza que circulan entre los miembros provocan comportamientos violentos y de agresividad que quedan respaldados por el grupo, que los incitan como si fueran retos que superar. Este deseo de encajar, de pertenecer es quizá el principal argumento que manejan los especialistas para tratar de comprender el mecanismo que se esconde detrás de los actos vandálicos de los grupos ultras.

Las agresiones suelen producirse en grupo, ya que es este el que ampara y protege la violencia de los ultras, y muchas veces supone la búsqueda de supremacía entre rivales. Por ello, destacar entre los demás y conseguir el liderazgo es otro de los factores a tener en cuenta a la hora de analizar la psicología de los aficionados más radicales.

Una conducta psicopática

Una conducta psicópata y violenta es la razón que explica el comportamiento social agresivo de los ultras. Los miembros del grupo suelen ser personas con problemas de inseguridad, frustración y trastornos sociales o de personalidad, sujetos incapaces de controlar sus sentimientos negativos, que encauzan de manera violenta, y con un escaso o nulo sistemas de valores que les permita discernir aquello que está mal.

Según dicen los expertos, ese deseo de venganza y de odio, esa dificultad para canalizar la frustración y controlar la agresividad, y el poder que proporciona pertenecer al grupo son las pruebas más evidentes del problema psicológico y comportamental que se oculta en el seno de los grupos ultras.

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