7 Señales de que eres una persona demasiado complaciente: ¿Por qué es negativo?
¿Eres una persona complaciente? ¿Qué puede indicar ser demasiado complaciente con los demás? Descubre las características de las personas complacientes y por qué puede afectarte ser así.
Una persona complaciente es conocida por hacer lo que sea necesario para hacer felices a las otros. Aunque ser amable o intentar ser bueno/a con los demás se considera algo bueno, en realidad cuando las personas acaban complaciendo demasiado a los de su alrededor puede llegar a perjudicarlas, causando agotamiento, estrés e incluso ansiedad. Pero, ¿de dónde viene la necesidad de comportarse así?
¿Qué significa ser complaciente con los demás?
Ser complaciente implica anteponer las necesidades de los demás a las tuyas. Es decir, las personas complacientes suelen estar demasiado implicadas en ser serviciales, agradables y amables con los de su alrededor.
Sin embargo, los complacientes pueden llegar a tener problemas tanto para defenderse a sí mismos, como hacerse respetar ante los demás. Este tipo de comportamiento puede acabar conduciendo a un autosacrificio o autodescuido que afecte a la salud mental de la persona que lo sufre.
Este rasgo de las personas también es conocido como ‘sociotropía’, e implica sentirse demasiado preocupado/a para complacer a los demás y ganar su aprobación como una manera de mantener las relaciones. Por lo tanto, este comportamiento puede ser un síntoma que refleje una condición de salud mental como la ansiedad, un trastorno de la personalidad evasiva, un trastorno límite de la personalidad o dependencia emocional.
¿Cómo saber si soy una persona complaciente?
Existen una serie de características que los complacientes tienden a compartir. Entre las actitudes más comunes, podemos destacar las siguientes:
- Tienen dificultades para decir ‘no’: Las personas que son complacientes tienen ciertas dificultades para negarse a realizar favores o peticiones de los demás, incluso si hacerlo les perjudica.
- Miedo a ser juzgados: La complacencia también puede ser el resultado de un temor a ser juzgado/a por los demás. Este miedo también puede ser una señal de padecer de fobia social.
- Padeces de baja autoestima: Cuando alguien es demasiado complaciente con los demás, esto puede ser una señal que indique que está lidiando con un problema de baja autoestima. Debido a que estas personas no se valoran lo suficiente, pueden intentar complacer a los de su alrededor para intentar ser ‘aceptadas’ por los demás.
- Asumes siempre la culpabilidad: Las personas que tienen tendencia a ser complacientes suelen asumir la culpabilidad a pesar de no tener la responsabilidad de diferentes acciones o situaciones.
- Tendencia a decir ‘lo siento’: Muchas personas que son complacientes suelen acabar pidiendo disculpas por errores que son su responsabilidad. Por lo tanto, tienden a decir ‘lo siento’ con demasiada frecuencia.
- Adaptas tu personalidad: Los complacientes tienden a cambiar su comportamiento y actitud para que coincida con el de la persona o grupo. Esto puede llevar a actuar de maneras en las que están fuera de lugar o participar en acciones con las que no se está de acuerdo solo para encajar socialmente. De esta forma, los complacientes tienden a hacer todo lo posible para evitar los conflictos, incluso si esto significa convertirse en una persona completamente diferente.
- Basar tu valor en cómo te ven los demás: Los complacientes requieren de la validación de los demás para sentirse bien con ellos/as mismos/as. De hecho, pueden llegar a actitudes extremas con tal de ganarse el respeto o el elogio de los demás.
Aunque ser complaciente tiene aspectos positivos, la realidad es que cuando lo somos demasiado podemos llegar a sentirnos estresados y agotados debido a que tenemos que esforzarnos demasiado para encajar con los demás y obtener su ‘aprobación’.
¿Por qué soy complaciente con los demás?
Es importante que aprendas a detectar si eres complaciente con los demás ya que esta actitud puede ser señal de que estás ante un problema de salud mental como los siguientes:
- Baja autoestima: A veces las personas se involucran en un comportamiento agradable o complaciente porque no llegan a valorar sus propios deseos y necesidades. Debido a esta falta de confianza en sí mismos/as, los complacientes tienen la necesidad de una validación externa y sienten que hacer muchas cosas por los demás les llevará a la aprobación y la aceptación social.
- Inseguridades: Las personas pueden tratar de complacer a los demás porque les preocupa no gustar a los de su alrededor. Por ello, intentarán todo lo posible para hacerlos felices.
- Personalidad perfeccionista: Las personas demasiado perfeccionistas suelen tener tendencia a intentar controlar aquellas cosas que no están bajo su responsabilidad. En estos casos pueden llegar a intentar complacer a los demás para mantener su ‘estatus’ social.
- Trauma infantil: Las experiencias dolorosas, difíciles o traumáticas pueden acabar haciendo que las personas complazcan a los demás por el temor de padecer las mismas consecuencias que sufrieron durante la infancia.
- Dependencia emocional: Cuando una persona entiende que las demás están “por encima de ellas” ya sea porque se produce una profunda admiración de estas o porque se perciben a sí mismas como muy inferiores en comparación, se puede producir una necesidad de estar con ellas. El plantearse qué serías sin esa persona puede llevar a hacer lo que sea por no perderla, y por tanto, entrar en la complaciencia extrema.
¿Cómo puede afectar complacer demasiado a los demás?
Aunque complacer a los demás no es necesariamente malo, cuando es demasiado, las personas pueden acabar padeciendo ciertos efectos en su salud mental. Algunos de los más comunes son los siguientes:
- Ira y frustración: Cuando las personas hacen cosas que no quieren, debido a que intentan complacer demasiado a los demás, pueden sentirse frustradas e irascibles.
- Ansiedad y estrés: El esfuerzo para intentar mantener felices a los demás puede acabar agotando a las personas mental y físicamente. Esto puede acabar conduciendo a problemas de ansiedad o estrés.
- Falta de fuerza de voluntad: Dedicar demasiada energía a los demás puede hacer que las personas pierdan motivación para cumplir sus sueños o metas.
- Falta de autenticidad: Ser demasiado complaciente con los otros puede acabar haciendo que las personas pierdan de vista aquello que realmente quieren para ellos. Esto puede hacer que las personas se sientan como si no estuvieran viviendo su vida auténticamente, lo que puede conllevar problemas alrededor del sentido vital o sentido de vida.
- Relaciones más débiles: Si te estás esforzando demasiado para cumplir con las expectativas de las otras personas, es posible que te sientas resentido/a. Es decir, las personas pueden acabar dando por sentada tu amabilidad y atención, lo que puede conllevarte muchas frustraciones en tus relaciones con los demás.
¿Cómo dejar de complacer a la gente?
Existen algunos consejos que puedes seguir para dejar de complacer a las personas y para aprender a equilibrar tu deseo de hacer más felices a los demás sin sacrificar tu salud mental:
- Establece límites: Es importante que las personas conozcan y respeten sus propios límites. Es decir, que aprendan a identificar aquello que no quieren por parte de los demás y lo comuniquen. Para dejar de ser tan complaciente, es vital que tengas presentes tus límites y los respetes.
- Empieza por lo pequeño: Puede ser difícil hacer un cambio repentino. Por lo tanto, es mejor dar pequeños pasos y centrarte en los detalles. Cambiar los patrones de comportamiento puede ser difícil. En muchos casos, debes centrarte en cambiar pequeñas cosas en lugar de focalizarte en grandes retos.
- Establecer metas y prioridades: Considera cuáles son tus prioridades y respétalas en todo momento. Una buena forma de conseguirlo es fijándote objetivos e intentar cumplirlos en un plazo determinado.
- Pruebe el diálogo interno positivo: en muchas ocasiones, las personas suelen ser complacientes debido a que tienen una mala imagen de sí mismas. Una de las razones para hacerlo es el uso de un diálogo interno negativo. Esto implica tener pensamientos negativos constantes. Dejar de lado este diálogo debe ser una de tus prioridades. Para empezar a hacerlo intenta centrar tu atención en razonar aquellos pensamientos que creas que te están perjudicando.
- Ayuda cuando y a quién realmente quieras ayudar: A veces, las personas complacientes no saben aplicar un filtro. De hecho, pueden acabar ayudando a aquellos que realmente no se lo merecen. En estos casos, es importante saber tus motivos y reconocer a aquellas personas que realmente merecen tu implicación.
Recuerda que es imposible gustar a todo el mundo. Por lo tanto, ser demasiado complaciente no te garantizará su respeto o amistad. De este modo, si crees que estás siéndolo debido a un problema en tu interior, sería favorable que acudas a un psicólogo/a profesional. Ten en cuenta que tú deberías ser la máxima prioridad en tu vida.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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No tengo el hábito de leer, pero toda esta información me atrapó y no pude detenerme sino hasta el punto final. Gracias por compartir esta información, vaya que ayuda mucho a reflexionar y hacer una introspección.