Necesito que alguien me diga si mi vida de pareja es normal
Siempre he pensado que mi vida conyugal no era "lo normal", que tenía que haber algo más, y ahora que trabajo con tres hombres, ocho horas al día, y les oigo hablar de su vida privada, de su matrimonio, de las cosas que hacen... me doy cuenta de que tenía razón. Llevo casada 12 años, y me cuesta mucho recordar cuando fui más feliz.
Mi marido es vago, sucio, desorganizado, dejado... lo único que hace es cumplir con sus ocho horas de trabajo. En casa no se ocupa de nada, ni de hacer, ni de organizar... No sabe ni la contraseña de la cuenta del banco, ni cuándo pasan la hipoteca, ni la luz, ni el agua, cuándo tienen los niños pediatra, dentista, piscina, deporte o clases de inglés... si tiene que ocuparse de algo (yo también trabajo ocho horas), tengo que estar pendiente de llamarle para recordárselo o para despertarle... porque el tiempo que tiene libre duerme, o está tumbado con la tele o el móvil. Además de no colaborar en ninguna tarea, no tiene ningún respeto por lo que yo hago, deja todo tirado, no tiene ningún cuidado por lo que yo he podido estar limpiando u ordenando durante horas. En media hora es capaz de echar por tierra lo que yo he tardado una mañana en organizar.
Su vagancia llega a tal límite, que no es capaz ni de tomar una decisión, ni de preparar un plan. No tiene iniciativa para nada, no reserva mesa en un restaurante, no propone un plan para el fin de semana, si quiero salir de viaje, o hacer algo especial todo, absolutamente todo, tengo que prepararlo yo. Nunca tiene un detalle, nunca una palabra de agradecimiento o un halago por lo que hago, ya sea tareas cotidianas o un fin de semana fuera... más bien al contrario... siempre hay algo que "sale mal" y si no, lo busca, para poder reprocharme algo.
He intentado infinidad de veces hablar con él de este tema, pero es imposible, se enfada, dice que él también hace cosas, intento que me diga aunque sea una sola responsabilidad que tiene él, y de la que se ocupa de principio a fin y siempre... y no hay ninguna. Acabo llorando, y él gritando y llamándome loca o histérica, porque esa es otra, tiene ciertos problemas para controlar y reconocer sus emociones. Hace unos años fuimos a una terapia de pareja, le metieron en un grupo de control de ira, porque en más de una ocasión me había agarrado del cuello, de las muñecas hasta dejarme moratones... no lo ha vuelto a hacer, pero a pesar de la terapia, nunca jamás ha sido capaz de pedirme perdón, ¡NUNCA! Ve en la tele casos de violencia doméstica, pero no se cree un maltratador... yo le miro de reojo, pero está impasible, incluso es capaz de resoplar... en plan "como está el mundo". No se da cuenta de que él también lo "es o lo fue". Las agresiones físicas no han vuelto a repetirse, pero yo lo tengo todo en mi mente, y vuelven y vuelven a mi cabeza, esperando oír algún día un simple "perdóname cariño por todo lo que te hice".
Aunque el maltrato físico ya no existe, yo creo que el psicológico sigue presente, cualquier conversación que tengamos, por ejemplo "criticando" a otras personas, acaba derivando hacia cualquier fallo que yo haya tenido, o que él cree que he tenido. Absolutamente siempre me lleva la contraria en todo, tanto en público como en privado. Yo me doy cuenta de sus continuos ataques contra mi... el corazón me da un vuelco y tengo que sostener las lágrimas y mirar hacia otro lado. La gente no se da cuenta, porque es un tío encantador, majísimo, bromista, un leader y conversador nato, que en todos los grupos lleva siempre el hilo de la conversación (cosa extraña, ya que en nuestra vida privada no es capaz de tomar ninguna decisión, y tiene una falta absoluta de iniciativa).
Leo todo esto una y otra vez y me pregunto por qué sigo con él. Cuando oigo a mis compañeros de trabajo: "voy a regalarle tal a mi mujer por lo bien que me ha cuidado esta semana que he estado enfermo" o "voy a llevar a X a cenar esta noche a tal sitio que es nuestro aniversario" "Voy a apuntar a mi hijo al campamento", "Voy a mirar por internet a ver qué ofertas hay para las vacaciones de este año" "Ayer estuve planchando hasta las 12 de la noche"... de nuevo me vienen las lágrimas... mi marido es incapaz de cualquiera de estas cosas.
El cariño y el sexo también brillan por su ausencia... besos y abrazos, pocos... sexo aún menos. Me da vergüenza reconocer el tiempo que podemos llegar a estar sin tener relaciones sexuales. Él echa la culpa a los turnos, diferentes horarios, cansancio... a mí me parece increíble que un hombre joven (38 años) pueda estar meses sin sexo (repito que trabajo con hombres). Cuando le digo que si está con otra se ríe, se lo toma a broma. Francamente, no creo que tenga a otra, solo pienso que es "vago hasta para eso". Y prefiere estar tumbado en el sofá con el móvil o la tele a cualquier otra cosa... hasta a hacer el amor con su mujer.
Yo no puedo más. No sé qué hacer, ni cómo hacerlo. No tengo dinero para coger a mis hijos, alquilar un piso y marcharme, y sé que él tampoco se va a ir. No tengo dinero para abogados, ya que, aunque yo tengo un buen trabajo, su empresa va mal, y le pagan cada tres o cuatro meses, hemos tenido hasta que cambiar a los niños de colegio por este motivo, lo que incluso acentúa más aún mi resentimiento hacia él. Creo que también por este tema merezco un poco de agradecimiento. Yo tengo una carrera, hablo tres idiomas, soy una mujer independiente o así me creía... tengo un buen trabajo con un sueldo bastante aceptable... y si miro mi vida desde afuera me siento una mierda, aguantando a un hombre sin estudios, vago, sin iniciativa, desagradable, faltón, malhumorado y egoísta. Y desde hace un par de años ya... sin ni siquiera con un sueldo estable.
No puedo hablar de esto con nadie, porque prácticamente todas nuestras amistades son comunes, y porque me da verdadera vergüenza contar esto y seguir con él. También me da miedo que no me crean o que piensen que exagero, ya que como he dicho, en la calle, para todo el mundo es un tipo genial.
No sé si algo podrá algún día hacerme tomar la decisión de una vez por todas, pero necesitaba desahogarme.