El poder de la Procrastinación: ¿cómo afrontarla?

“Ya lo haré mañana”, “¡Que pereza!”, “Ya se lo diré otro día”, “Cuando acabe la semana lo hago sin falta”, “Antes de las vacaciones voy”, “Ya hablaré con mis padres”, “Después de vacaciones me pongo

25 JUL 2024 · Lectura: min.
El poder de la Procrastinación: ¿cómo afrontarla?

Seguramente a todos nosotros nos han surgido pensamientos de este tipo en algún momento de nuestras vidas. Aquellas acciones o cosas que, pudiéndolas hacer, las posponemos para más adelante se llama procrastinar. La procrastinación nos llega a inundar en muchas facetas de nuestra vida y nos impide un desarrollo personal adecuado. En algunas ocasiones el procrastinar nos puede llevar incluso a tener problemas relacionales con nuestra familia, pareja, amigos, vecinos, conocidos, …

¿Por qué procrastinamos?

La causa fundamental de la aparición de la procrastinación es fundamentalmente la falta de la voluntad. La voluntad es aquella cualidad que nos ayuda a enfrentarnos a todas las dificultades que nos enfrenta la vida. Este acto se relaciona en numerosas ocasiones como una resistencia al cambio que puede producir nuestra conducta en nosotros mismos o a nuestro alrededor. La procrastinación, en algunos casos, solamente tapa nuestros miedos, nuestros miedos a enfrentarnos a aquella parte de la realidad que nos asusta enfrentar. En muchas ocasiones al ser humano le cuesta concentrarse en su día a día porque quiere ejecutar muchas tareas a la vez, y termina posponiendo las que más esfuerzo le cuestan.

¿Cómo podemos dejar de procrastinar?

Pasos para evitar procrastinar:

  1. Ejecuta tu fuerza de voluntad: Intenta ordenar las tareas que debes hacer para ir priorizando unas sobre otras, siendo conscientes de evitar esa parte inconsciente que siempre pospone una tarea determinada para así seguir procrastinando.
  2. Encuentra tu motivación: Después de tener voluntad en realizar determinadas tareas debes encontrar esa fuerza interior que te ayude a iniciar las acciones adecuadas.                                                                      ¿Cómo podemos dejar de procrastinar?
  3. No alimentes tus miedos: Muchas veces procrastinamos una acción concreta, sobre todo en el campo de la salud o de las relaciones sociales, porque no queremos enfrentarnos a la realidad que se pone delante de nuestros ojos. Nos da miedo enfrentar lo que nos vayan a decir sobre nosotros mismos o sobre los otros y "decidimos" posponer siempre esas tareas, en muchas ocasiones dando una imagen de control de la situación que realmente no tenemos: "Los miedos siguen ahí porque los regamos, dejemos que el miedo muera de hambre". Hay varios tipos de miedos:
    • Miedo a un problema de salud: En este caso puede ser miedo por la salud propia o por la salud de otros, especialmente si es un familiar. Debemos prepararnos para cualquier supuesto que se nos pueda plantear. Primero viviendo y sintiendo la emoción adecuada y luego gestionando correctamente la respuesta.
    • Miedo a la reacción del otro: En algunas ocasiones posponemos conversaciones pendientes con otras personas por miedo a sus reacciones o a las consecuencias que se puedan originar. Puede ser tanto con amigos como con familiares, pareja, hijos, Primero debemos sopesar correctamente la forma de afrontar esa conversación y estar preparados para ella, siendo conscientes de lo que pudiera pasar.
    • Miedo a error: No temas el equivocarte, las equivocaciones forman parte inexorable del aprendizaje. Se dice que cuando algo nos cuesta trabajo o cuando nos equivocamos estamos aprendiendo, porque ayudamos a centrar nuestra atención en un objetivo concreto, a que pase por vía talámica. En numerosísimas ocasiones nos da miedo las frustraciones que nos va a ocasionar el error.
  4. Resurge de tus cenizas: Debes aprender a superar esa frustración anterior y, como el Ave Fénix, resurgir de tus cenizas y encaminar de nuevo tus acciones hacia la consecución de los objetivos para ejecutar tu tarea.

Durante este proceso surgen muchas emociones que debemos saber expresar y aprender a gestionar, sacándolo de nuestro inconsciente y llevándolo a nuestra parte consciente: "Aquello a lo que no ponemos nombre no existe"

PUBLICIDAD

Escrito por

José Angel Bogallo y Mª Teresa Berrocal

Ver perfil

Bibliografía

  • Goleman, Daniel (1995). La inteligencia emocional. México: Vergara. Goleman, Daniel (1998).
  • Goleman, D. La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kairos. 1999.
  • Goleman, Fabián, Inteligencia emocional. Independently published. 2020
  • Revista de Investigación en Psicología Vol. 22 - N.º 2 - 2019, pp. 363 - 378

Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre habilidades sociales

PUBLICIDAD