El efecto de la pornografía: ¿Cambia nuestro cerebro al consumir contenido pornográfico?
¿Nuestro cerebro puede cambiar al consumir demasiada pornografía? ¿Es malo ver contenido pornográfico? Descubre la realidad detrás de la psicología de la pornografía.
Aunque consumir pornografía es un acto completamente natural, la realidad es que realizar este acto con demasiada frecuencia puede cambiar nuestra psicología alrededor de la sexualidad. De esta forma, el enorme aumento de variedad de vídeos de pornografía hace que nuestro cerebro haya cambiado alrededor de los actos sexuales. Descubre algunos hechos psicológicos alrededor de la pornografía.
¿Cuáles pueden ser los efectos de la pornografía a nivel psicológico?
A pesar de que existen una gran diversidad de desacuerdos alrededor de la pornografía, cuando esta se usa en exceso pueden ocurrir los siguientes efectos en nuestro comportamiento y psicología.
1. Ver pornografía cambia nuestro cerebro
Al ver pornografía nuestro cerebro libera una serie de sustancias químicas, como la dopamina, que nos induce placer. El problema detrás de realizar este hábito a menudo es que nuestro cerebro es adicto a la dopamina. Ante la visualización de demasiada pornografía, la respuesta de nuestro cerebro acaba siendo eliminar algunos receptores de esta sustancia, lo que hace que para volver a sentir los mismos efectos la persona deba aumentar su exposición a la excitación sexual.
En consecuencia, el uso de pornografía frecuente hace que las personas les cuesten más excitarse sexualmente ante sus parejas o relaciones, lo que puede ser un problema tanto a nivel personal como en una relación.
2. Puede afectar al comportamiento
Acudir demasiado a una escena pornográfica puede acabar afectando nuestro comportamiento. Esto es debido precisamente a la necesidad de aumentar nuestros niveles de dopamina para poder experimentar el subidón que nos puede dar la pornografía. Cuando nuestro cerebro se acostumbra, acaba buscando escenas más duras o explícitas para acabar sintiendo esta emoción inicial. Al ver estas imágenes más fuertes alrededor del sexo, las personas pueden acabar percibiendo estas conductas como ‘normales’ lo que puede terminar en un comportamiento más dominante o acosador hacia los demás.
3. Puede provocar disfunción sexual
Uno de los problemas más comunes que experimentan los usuarios que ven pornografía son los problemas para conseguir y mantener una erección o excitación delante de sus parejas de la vida real. Esto es debido a que obviamente, al acostumbrarse a una película de pornografía, las personas acaban teniendo una imagen completamente idealizada del sexo, algo que puede acabar en un problema de disfunción sexual.
4. Presencia de parafilias
El mundo pornográfico a veces puede acabar en suscitar ciertas parafilias en las personas que lo consumen demasiado. De este modo, las personas que recuerren frecuentemente a un contenido pornográfico pueden acabar sintiéndose menos excitados ante la práctica de relaciones ‘más comunes’.
5. Atrofia las relaciones
El hecho de consumir demasiada pornografía o de recurrir frecuentemente a ella puede llevar a atrofiar las relaciones significativas o satisfactorias en la vida real. Algunas personas pueden acabar siendo más egoístas en sus relaciones íntimas debido a ello, algo que puede suponer una falta de habilidades sociales dentro de una pareja.
6. Daños en la autoestima
En algunas ocasiones, la pornografía puede acabar dañando la autoestima de la persona que la consume. Esto sucede ya que las personas que acostumbran a participar en una escena pornográfica suelen ser atractivas o con cuerpos muy idealizados. De esta forma, algunas personas con baja autoestima pueden acabar sintiéndose peor a causa de ello.
Además esto también puede suceder debido a sentirse poco efectivo/a durante los juegos íntimos junto a una pareja sexual a causa de los altos estándares percibidos en la pornografía.
7. Fantasías eróticas
El uso excesivo de pornografía puede hacer que las personas acaben ocupando muchos de sus pensamientos alrededor de fantasías eróticas. A veces esto puede avergonzar a la persona que lo hace y hacer que su actitud sea más irritable hacia los demás.
El uso de la pornografía no tiene por qué ser malo para tu salud mental. La realidad es que estos efectos solo suceden cuando se recurre demasiado a un contenido pornográfico. En algunos casos, las personas pueden presentar lo que se denomina una adicción al porno, una patología que requiere de la ayuda de un profesional de la psicología.
‘Me gusta ver porno’: ¿Es malo ver pornografía?
Aunque un exceso de pornografía sí que puede tener efectos adversos en nuestra salud mental, la realidad es que por cada estudio que difama los efectos de esta existen otros que limpian su nombre. Por lo tanto, no existen conclusiones claras al respecto de si realmente la pornografía es mala o buena para nosotros.
En muchos casos, las investigaciones han demostrado más que todo depende de la persona que lo consuma. Es decir, los efectos de la pornografía en nuestro cerebro están muy ligados con nuestra personalidad.
Disfrutar del sexo con nuestras parejas, ya sean casuales o duraderas, es cuestión de conocernos mejor a nosotros mismos a nivel sexual. Si la pornografía te ayuda en ello, no hay ninguna razón en no acudir a ella.
Por lo contrario, en los casos en que veas afectadas tus relaciones íntimas debido a consumir demasiado contenido pornográfico, quizá deberías replantearte tu visión alrededor del sexo. En este caso, es importante que consultes con un psicólogo profesional. La vida no es solo nuestra sexualidad, pero en las relaciones, poder tener un buen sexo, siempre es importante.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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