7 Señales de adicción a las apuestas deportivas
¿Cómo se detecta una adicción a las apuestas deportivas? ¿Qué clase de comportamientos tiene una persona con adicción a las apuestas deportivas? Descubre las señales y cómo frenarlo.
Cada vez hay más gente aficionada a las apuestas deportivas. Tanto es así que los casos de adicción a las apuestas deportivas son cada vez más comunes. Cuando una persona se embarca dentro de este mundo, cree que tiene el control y que puede llegar a vivir de ello. La realidad, es que en muchos casos se trata de una adicción como la ludopatía.
¿Qué es la adicción a las apuestas deportivas?
Mucha gente se embarca en el mundo de las apuestas deportivas por el simple hecho de divertirse junto a sus amigos. Hay quien lo mantiene como algo puntual y con un gasto mínimo asumible, pero, en ocasiones, se convierte en un bucle en el que ya no sabes si juegas para divertirte, para ganar o para intentar recuperar todo lo que vas perdiendo. Y la cruda realidad es que, la mayoría de las veces, lo que se consigue es aumentar la sangría económica. Porque, cuando vas perdiendo dinero, el objetivo ya no es entretenerse, sino enmendar el daño. Y en este punto, ya no importa si te lo puedes permitir o no. Si tienes dinero o debes pedirlo. Te nublas. Te desesperas. Te engañas a ti mismo y a otras personas. Y sufres.
Este tipo de juego puede ser más peligroso que otros, dado que se puede tener una mayor sensación de control que, por ejemplo, con las máquinas tragaperras o juegos de casino (yo controlo este deporte, sé cuáles son los mejores equipos, etc.). Además, socialmente, las apuestas ya están muy normalizadas. Si a esto le sumamos la publicidad en los medios (incluyendo ofertas en las que te "dan" importantes cantidades de dinero por apuntarte), la facilidad para acceder a las páginas a través de teléfonos u ordenadores, la proliferación de sedes físicas de casas de apuestas e, incluso, la instalación de máquinas en los bares, el riesgo de adicción a las apuestas deportivas aumenta.
En cualquier caso, si en algún momento se tiene la sensación de no poder escapar del bucle de las apuestas deportivas, es fundamental pedir ayuda, bien sea al entorno, a profesionales, o ambas opciones. Intentar solucionarlo por cuenta propia, continuando con las apuestas buscando la ganadora que cubra todos los agujeros, pidiendo préstamos que luego no se pueden pagar, etc... no hará sino aumentar el problema, generar más ansiedad y, en definitiva, dificultar la recuperación o alargar el proceso.
Señales de adicción a las apuestas deportivas
Indican la existencia de un problema de juego desadaptativo o patológico la existencia de por lo menos cinco (o más) de los siguientes ítems:
- Preocupación por el juego: Las personas que sufren de adicción a las apuestas deportivas suelen tener muchas preocupaciones por revivir experiencias pasadas de juego, por adquirir más información acerca de los equipos y resultados o pensar formas de conseguir dinero con el que jugar.
- Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero: Para conseguir el grado de excitación deseado las personas que están bajo una adicción a las apuestas deportivas, requieren de cantidades más grandes de dinero cada vez que recurren a estos vicios.
- Sensación de fracaso: Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego. A pesar de que las personas que están bajo los efectos de adicción de las apuestas deportivas saben o sospechan de que tienen un problema, sienten que fracasan cada vez que intentan salir de su influencia.
- Nervios alrededor de las apuestas: Inquietud o irritabilidad cuando se intenta interrumpir o detener el juego. Las personas que están enganchadas a las apuestas deportivas suelen sufrir de muchos nervios alrededor de este juego.
- El juego es una forma de escapar de los problemas: El juego y las apuestas deportivas se utiliza como una estrategia para escapar de los problemas o para aliviar la disforia (p.ej., sentimiento de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).
- Problemas en las relaciones: Debido a la adicción a las apuestas deportivas, se engaña a los miembros de la familia, amigos, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación con el juego. De esta forma, este tipo de conductas acaban pasando factura en las relaciones de la persona que lo sufre.
- Pueden cometerse actos ilegales: Se cometen actos ilegales, como falsificación, fraude, robo o abuso de confianza, para financiar el juego. La razón de ello es básicamente intentar conseguir dinero para continuar con las apuestas deportivas.
Si crees que alguien de tu alrededor o tú mismo/a te sientes identificado/a con estas conductas, quizá estés en una situación de adicción a las apuestas deportivas. En estos casos, es importante detectar este tipo de problemas a tiempo y acudir a un psicólogo profesional. Tu salud mental está en juego.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Me parece un artículo muy bién definido. Tengo 30 años y tengo una enfermedad mental que se llama ludopatía. Me he descrito de esta manera aunque siempre tengo mis dudas. Actualmente llevo un año en una asociación de ludopatía, donde se pueden aprender pautas esenciales para la vida de un ludópata, como para sus familiares, parejas y amigos. Aun así, cada persona, pareja, familia o amistades son un mundo. Y es por eso que yo recomiendo personalmente una ayuda profesional fuera de la asociación. Lo mismo pasa con las parejas, todo el peso que recae sobre esas personas cuando el/la enferm@ ha estado bajo los efectos devastadores de esa ENFERMEDAD, lo cual nos ha llevado y lleva a esa gente a engañarse la cabeza con la idea de que podemos salir solos por ese agujero en el básicamente estamos cavando nuestra propia tumba. Pero no es así, y mientras tanto, por miedo a perder a los que más queremos, por tener desde antes otros miedos, conflictos, inseguridades, inmadurez etc. Nos metemos en nuestro escudos y pensamos que el propio juego nos va a sacar del atolladero. En mi caso, lo que empezó tontamente una vez, echando una moneda con un amigo mío porque me gustaban y me siguen gustando mucho los deportes, y sin saber lo que significaba (ya que era una cosa todavía un poco reciente y no se jugaba tanto ni había tanta publicidad como ahora), al principio tuve la buena suerte (o la fatalidad) de acumular un poco de ganancia en aquellas primeras fechas. Fué con unos 17 años, lo cual, no es una justificación pero lo cierto es que una parte del cerebro está sin desarrollar (creo que la que trabaja sobre la racionalidad, que se completa a los 25 años). Total, que te puede dar el subidón de creerte que juntando una afición tuya (deportes) + ganar dinero fácil mediante una máquina, vas a seguir siempre por el mismo camino y lograr aquellas cosas que tengan relación directa con lo de conseguirlas más fácil con el dinero. Pues después de eso, vino la excesiva confianza, las cantidades para apostar aumentaron y lo que al principio eran ganancias, durante un periodo de semanas quizá... Se tornaron en pérdidas, y en muchísimo menos tiempo, porque los ludópatas no estamos preparados para ser jugadores sociales. El ganar nos puede hacer pensar que casi todos los días van a ser así (y si tenemos que recuperar pérdidas, lo mismo, en poco tiempo puedo recuperar esto, aunque quiera o no quiera seguir en un futuro), y las pérdidas que tenemos que recuperar una vez que cruzamos el umbral de las pérdidas, nos hace caer en el error y engaño de que con el mismo método vamos a paliar un problema que no tiene solución ni apostando ni actuando en solitario: la ludopatía. Yo toqué fondo, no hubo ni prestamos, ni problemas con la justicia, ni deudas con otras personas... Pero el dinero que perdí en mis 2 etapas (una de unos 4 años, hasta unos meses antes de que me pillaran en casa por haberle cogido (robado) dinero a mi hermano, después pude conocer a mi ex y estar unos 3 años sin jugar, tuve otra etapa de otros 2-3 años, hasta hace un año, que lo voy a explicar ahora). Como lo he dicho, estuve 3 años sin jugar, sin haber acudido a NINGÚN SITIO (profesional), llamémoslo los comienzos de mi primer y único gran amor que he tenido (al principio estás enamorado muy tontamente y se segrega mucha dopamina y oxitocina, dando poco lugar al cortisol que se asocia con el estrés, os recomiendo el libro ENCUENTRA A TU PERSONA VITAMINA) ... Pero cada persona es un mundo y tiene sus propios problemas y capacidades para afrontar los problemas. Yo era un inmaduro en el sentido de que me ahogaba en un vaso de agua, o me podía quedar en blanco cuando teníamos una discusión o algún problema. Esas situaciones eran puntuales pero fueron prolongándose en tiempo... Y un día en la que estaba más enfadado, con rabia (cuando no hay que tomar nunca ninguna decisión) y solo ... Fui a apostar y bastante fuerte, perdí... Y aparte de la sensación de impotencia por haber mentido a mi ex (porque un día ya se lo dije, lo de la primera etapa, y me prometí a mí mismo y a ella que sería como ponerle los cuernos) y de la herida no cerrada que tenía por todo lo que había perdido anteriormente, provocó que resucitasen antiguos fantasmas y la mochila pesada que yo tenía sin descargar (la cantidad anterior que había perdido, sé que estuvo mal, no es lo que soy, no es lo que quiero), pero estaba en una situación en la que no había cambiado lo económico todavía no trabajaba, y nunca había ido a tratar el problema. Todo eso me llevó a la recaída, y a pesar de en un principio haber jugado en alguna que otra ocasión puntual, y decírselo a ella, percibí 2 cosas muy importantes: que una apuesta más en un futuro podía acarrear la pérdida de nuestra relación, y que en mí se activó una sensación antigua que no admitió todo lo que llegué a perder pero a la vez, se activo un botón que hace tiempo que estaba parado. Al cabo de unos meses, conseguí después de acabar una carrera, lograr un trabajo (nada que ver con lo que estudié), pero ese dinero consiguió que una vez que volví a apostar de nuevo, que fueran aumentando las frecuencias y cantidad de dinero apostado hasta el punto de que como en la primera etapa (solo que ahora sabía que al mes siguiente iba a cobrar), me quedaba a 0, y la mochila se iba cargando, al mismo tiempo que mi autoconfianza para todo se iba debilitando, lo hacía a escondidas, y los últimos meses online (lo peor, sin ninguna duda, cuando quieras, donde quieras y como quieras, y rápido). Total, que podría estar mucho tiempo escribiendo pero no puedo alargar esto mucho más. Se lo conté a mi hermano mayor (tiene su familia y no vive conmigo), y enseguida me hizo entrar en razón, ya que por mucho que se lo conté, quería que saldara una pequeña cantidad de dinero que tenía que devolver. Me dijo que no me podía prestar el dinero, pero sí que me iba a ayudar para contarlo en casa con él presente. Me armé de todo el valor que me quedaba (porque estaba hundido) y lo conté en casa, después a mi ex (por aquel entonces novia). Al día siguiente, mi ex me buscó una asociación y sin pensármelo dos veces (ya que miré su página y vi que había terapias grupales) llamé y concerté una cita. Desde entonces estoy allí, y puedo decir sin miedo a equivocarme, que ha sido la mejor decisión de mi vida. Hay o solía haber un mensaje en su tablón donde solemos hacer terapia, "quita y no pon, se acaba el montón". Y ahora, suelo pensar esto: los donativos que tenemos que hacer, cualquier gasto que se tenga que hacer... Es una inversión, no como antes donde todo se veía como un dinero que se tenía que ganar o recuperar. Muy importante para las personas que sean ludópatas y su entorno, acudir a una asociación y si eso, aparte de eso, pedir ayuda profesional. En la asociación, os dirán las pautas a seguir. Os podría decir algunas pero no se trata de hacerlo sin pedir ayuda profesional y de terapia con iguales. Me he abstenido muy bien durante este tiempo, y eso que tras 4 meses me dejo mi ex, después un buen amigo falleció, la pandemia (ya duraba un año), el no tener unos amigos diarios para salir... Una vez que ella me dejó, pedí ayuda profesional y es otra decisión de la que nunca me arrepentiré y estoy orgulloso de haberla tomado. He madurado mucho, me da confianza el saber que siempre lo tengo ahí, de las malas cosas se aprende. Por otro lado, tengo mis días, mis bajones, mi ex y yo quedamos como amigos pero ella ahora tiene otra relación... Bueno, como he dicho antes, cada situación y persona es un mundo. Pero al leer todo esto (si algún día puede hacerlo alguien) querría que la gente se quedara con esto: -la ludopatía es una enfermedad (aunque haya estigma social, sea un tabú, esté mal vista y no entre en el mismo saco que las drogas, el alcohol...). -para los ludópatas es muy difícil pedir ayuda pero se puede, aun así, su entorno cercano si sabe o cree que hay algo, NO HACER CASO (porque casi al 100% vamos a decir que NO ME PASA NADA, NO JUEGO) y no dudar en contactar o decírselo a una persona de confianza o del entorno propio del ludópata. O sea, que aunque no os guste, tenéis que hacer de investigadores. -para los ludópatas, lo peor no es lo que creemos que pueda pasar si pedimos ayuda o lo contamos, sino el presente que vivimos cuando jugamos (cuanto más jugamos, más perdemos, y no solo dinero: tiempo, relaciones, amistades, buen humor, paciencia... Y no es nada difícil pensar que si hay tantas maquinas para apostar, tanta publicidad y facilidades, el porqué está claro, porque la banca sale ganando, el estado sale ganando, se aprovechan de nuestras carencias sociales y afectivas, nuestros propios miedos y/o vicios para hacer enganchar a la gente a apostar o jugar a cualquier otra cosa que tenga que ver con la ludopatía. Espero que si algún día alguien lo lee, que le sea útil para el/ella o su entorno más cercano. Gracias por la paciencia y muchas gracias por hacer estos artículos, saludos!