Mi pareja se está aislando y no quiere ver a nadie

Hola


Mi pareja está trabajando fuera desde hace tres meses. Llevaba mucho tiempo desanimado porque no encontraba un trabajo más o menos estable y por fin lo consiguió, aunque lejos, pero nos separan poco más de dos horas de avión, por tanto vernos no es tan complicado. Lo pasé regular haciéndome a la idea de separarme de él después de vivir un año juntos, pero la verdad es que lo he llevado mucho mejor de lo que pensaba, ilusionándome con ir a visitarlo, con las fotos que me ha mandado desde allí, con los mensajes y llamadas, etc. Durante este año de convivencia todo ha sido maravilloso, con una complicidad y un amor como ninguno de los dos habíamos sentido nunca, una relación madura, tranquila... Él siempre ha sido "arisco", huraño y se define como tal, siempre le ha costado expresar sus sentimientos, de hecho dice que soy la única persona con la que es cariñoso y expresivo, porque no le gusta relacionarse con la gente, es muy solitario, aunque por su trabajo de cara al público tiene que hacerlo y eso le agobia bastante.

Él nunca ha sido de llamar, no le gustan los teléfonos ni los mensajes, dice que lo ve artificial, prefiere el contacto directo y eso es algo que he vivido durante este año y aunque al principio me extrañaba y no me gustaba demasiado, me he terminado adaptando porque he visto que independientemente de que se fuese a veces de viaje y pasara una semana sin llamarme, al volver se mostraba cariñoso y me demostraba que me quería mucho. Desde que se fue, en septiembre, el primer mes bien, no muchas llamadas pero eso no era raro en él, me mandaba mensajes, fotos, me decía que me quería (muy de vez en cuando, sí, pero lo habitual en él). Fui a verlo a mediados de octubre y pasamos unos días muy bonitos, aunque a ratos estaba muy cariñoso y otras muy distante, lo encontré algo raro. Nos despedimos con cariño, con la idea en mente de volvernos a ver al mes siguiente en el próximo puente que yo tuviese,... pero no se ha producido ese reencuentro y de aquí parte mi problema:


Después de mi visita, ha ido mostrándose cada vez más distante, se lo comenté pasada una semana y me dijo que era el "efecto rebote", que tras verme y despedirse de mí no se sentía bien, porque no le gusta pensar que lo paso mal y porque no le gusta esta distancia. Yo, que a priori soy la sensible, cariñosa y llorona de esta relación y la que lo iba a pasar peor, soy sin embargo quien le anima y le digo que no se preocupe, que es algo temporal y que debe disfrutarlo, estar contento, que además yo tengo un trabajo que me permite ir a verle todos los meses, pasar largas vacaciones con él, etc. en definitiva, que somos unos privilegiados. Cuando me disponía a ir en noviembre, me dijo que no, que lo veía muy precipitado, que mejor más adelante a ver si incluso él podía pedirse días y ser el que volase hasta aquí. Mientras tanto, cada vez le veía menos comunicativo conmigo... A las dos semanas le volví a proponer ir, que me iba a pedir un día en el trabajo y me vuelve a decir que no vaya, que no tiene ganas de ver a nadie, ni a mí ni a sus padres que también querían ir... me quedé fatal, pero su justificación fue que no acababa de adaptarse a aquello, que eran muchos cambios y necesitaba tranquilidad. No entendí que mi presencia pudiera incomodarle, le dije que mi cariño y apoyo le ayudaría, pero se negó. Desde entonces (hace un mes), cada vez me ha escrito menos, no me dice nada cariñoso, me habla simplemente de cosas cotidianas,... hasta que hace unos días le dije que cuando iba a poder ir a verlo ya por fin, que tenía otro puente cerca y me dijo que lo sentía, que no llevaba bien la distancia, que él necesita un contacto diario, que odia comunicarse por teléfono, mensajes,... a lo que yo contesté que cómo va a sentir ese contacto si no me deja darle cariño en persona. Dice que no le gusta eso de vernos y no vernos y que además no lo está pasando bien allí, que se encuentra agobiado, desilusionado y que ya no sabe si es porque su trabajo no le gusta y no soporta vivir allí o es que no lleva bien nuestra relación a distancia. Su último mensaje, de hace una semana, es que necesita tiempo para asimilar todo y ver qué pasa. Me recalca mucho que él no tiene la culpa, que me puede doler pero que no lo culpe de nada, que no quiere verme ni hablar ni conmigo ni con sus padres ni con nadie.


Quiero dejar claro que no le he agobiado en ningún momento, de hecho puede pasar una semana sin saber de él y yo lo dejo tranquilo porque se que es así, le digo cosas preciosas, lo mucho que le quiero, solo cosas bonitas, pero respetando su espacio y su tiempo, le escribo muy de vez en cuando. A día de hoy llevamos una semana sin contacto alguno, porque quiero darle ese tiempo que me pide, pero por otra parte no se si debería preguntarle qué tal está, tener un contacto liviano, sin grandes conversaciones, decirle que le quiero, sin más, y que me tiene para lo que necesite,... pero no se si incluso esto sería contraproducente. Sin embargo, unirme a su silencio y a su apatía, yo que soy la que aporta optimismo y cariño,... quizá haga que todo vaya a peor.


Esta espera es una incertidumbre para mí, porque de una relación maravillosa, sin problema alguno, de aquel beso de despedida en octubre diciéndonos que nos queríamos y pensando en el próximo viaje, ha pasado a alejarse cada vez más de mí, a encerrarse en un círculo vicioso de pesimismo del que no puedo sacarlo porque no me deja ayudarle y ya lo conozco, estando aquí conmigo, cuando tenía agobios por el tema de no encontrar trabajo se iba a su casa, se encerraba y se aislaba días, pero luego volvía a mí como si nada, me agradecía que respetase esa necesidad de soledad, me decía que necesitaba ese espacio, que él no es de contar sus problemas, prefiere estar a solas. Pero ahora no son tres o cuatro días y volver a casa, ahora está a muchos kilómetros y su carácter pesimista está agravándose.


Estoy respetando su aislamiento pero no se qué más hacer, por un lado debo respetar sus necesidades, pero por otro si lo dejo a su aire se que va a ir a peor, aquí con mi cariño "lo curaba" pero allí no puedo, o mejor dicho, no me deja y se que si me viese, si le abrazase fuerte y le diera mimos le ayudaría mucho.


Yo me siento mal, porque está siendo egoísta, centrándose solo en lo que él necesita y dejándome a mí con una serie de rechazos, que no merezco porque jamás le he tratado mal, nunca ha tenido queja de mí, siempre ha valorado lo mucho que le cuido y le quiero.


¿Qué hago? ¿Espero hasta que él decida dar señales para bien o para mal? Es lo que estoy haciendo... pero veo que así va a ir hundiéndose más, no se si sería conveniente ir allí ahora en vacaciones, no se si me dirá que vaya o liarme la manta a la cabeza y arriesgarme...


Estoy sufriendo al saber que está mal, pero esta actitud de distanciamiento sin haber problemas entre nosotros me crea mucho dolor e impotencia, y lo de darse un tiempo es desesperante para la que espera, que en este caso, soy yo. No me parece justo que él tenga el poder y yo me limite a adaptarme a sus decisiones.


Agradeceré sus consejos. Un saludo.