19 AGO 2015
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Querida Macarena P. (¿de dónde sacan mis colegas lo de Nataniel?):
Planteas una situación muy muy compleja. Como bien te dicen, uno de los más difíciles problemas de la psicoterapia actual. Las personas que padecen un trastorno límite de personalidad son inconsistentes y absolutamente contradictorias en sus relaciones íntimas, porque sufren en ellas toda su inseguridad; en fin, se sienten extremadamente vulnerables y, aunque puedan vivir el resto de áreas de su vida con cierta normalidad, en esa esfera íntima se plasman todos sus miedos y viven en la permanente cuerda floja de la sensación de que van a ser abandonadas.
Es fundamental entender esto, ya que tú, su persona de referencia, vas a encarnar (sin quererlo) el “demonio” que representa ese temor. ¿Me entiendes?
Además, no creas que, como una persona sensible haría, ella te va a demostrar esa vulnerabilidad. Te dirá, eso sí, que le has hecho daño, que eres egoísta, que eres la causa de su mal.... ¿Te encaja?
Además, se suma un problema. ¿Acierto si pienso que con ella has tenido los momentos pasionales más intensos? Debes saber que esto es normal, otra característica de estas personas: emociones intensas, abrumadoras, muy apasionadas... y que de la noche a la mañana se vuelven terribles, la persona se siente traicionada y se hunde. Pero seguramente tú no entendías por qué pasó todo eso, te afectó y dolió en lo profundo.
He intentado darte un muy breve resumen para que te sientas mejor y verifiques si es algo así lo que está pasando. ¿Estás resentida con ella? Lógico. Seguramente, hasta has pasado algún tiempo de dudas hasta que al final has llegado a afianzarte en saber que ella padece ese mal y necesita arreglarlo: tú no tienes la culpa, ella necesita mejorar. Si el diagnóstico que le han dado es acertado, es así.
Piensa que, Ahora, Actualmente: dices que ella está haciendo una terapia. Y te planteas cómo hacer para vencer ese resentimiento y recuperar el deseo. ¿Te he entendido bien? Pues ten paciencia, la cosa, como ya has visto, no es simple y necesita tiempo.
En primer lugar: ¿cuándo le han dado ese diagnóstico y cómo ves tú que tu mujer evoluciona? Si se lo han dado hace poco, es probable que no hayas apreciado aún ningún cambio, ya que su problema es nuclear y contiene su personalidad; esto no se cambia en tres o cuatro meses, de ahí la gran dificultad a la que te enfrentas. Si, en otro caso, lleva tiempo en terapia y crees que notas cambios en su modo de tratarte y relacionarse contigo, tu objetivo debería ser reforzar esos avances y disfrutar de ellos (y de ella); pero no tiene por qué ser todos los días, ni tiene por qué conllevar deseo (aunque seguramente ella sí lo desea, que conlleve deseo, y esa es otra nueva dificultad.)
En segundo lugar: ¿cómo es vuestra relación? Tú dices quererla, ¿ella también a ti? (No es que yo tenga duda, es que creo que tú sí la tendrás, y debes hecerles frente a esas dudas. Son tu resentimiento. No tengas prisa en vencerlo, acéptalo.) Y por otra parte: ¿cómo es vuestra situación familiar y económica? ¿Andáis bien de dinero? ¿Os apoyan bien su familia y la tuya? ¿Hay hijos de por medio?
Te pregunto todo eso porque creo que, en función de ello, las posibilidades son diferentes.
Creo que la situación es de gran complejidad y lo mejor sería que tú también recibieras ayuda. Yo he querido ayudarte a entender la base de lo que te/os pasa, pero la respuesta concreta a tu consulta requiere tiempo, mucha paciencia, probablemente cierta distancia (bien manejada), y un asesoramiento para ti.
Es probable que la o el psicoterapeuta de tu mujer no quiera ser tu referencia. Igual hay otro en su propio equipo que pueda hacerlo. O igual tienes que buscar en otro lugar.
Ánimo! Y un fuerte abrazo
Ricardo Lamelas Frías