Hola, estoy algo desconcertada al encontrarme con esta situación. Estoy separada del padre de mis hijos hace ya varios meses, y hace un tiempo mi hijo mayor de 9 años me manifestó el deseo de ir a vivir con su papá. A él lo visitan todos los fines de semana, pero mi hijo me aclara que eso no le alcanza, que extraña mucho a su padre y desea vivir con él, porque así me lo escribió en una nota: "Mamá quiero irme a vivir con mi papá, por favor cúmpleme este sueño".
Al principio le dije que podía ir y quedarse unas semanas y volver a su casa conmigo y su hermana, pero no es lo que él quiere, me costó mucho decidir pero, ¿cómo negarle a mi hijo la oportunidad de vivir donde él se sienta bien? Como padres uno de nuestros mayores propósitos es que nuestros niños vivan de una manera lo más saludable posible y a esto me refiero a todos los aspectos.
Él es un chico que siempre es claro con lo que quiere y firme en sus elecciones, como mamá hoy decidí permitirle probar vivir con su papá, porque no puedo ni quiero ser egoísta y solo pensar que me queda el alma rota, con solo imaginar no darle el beso de las buenas noches, o cantar una canción antes de dormir, pero mientras mis hijos sean felices y estén bien, yo podré sentir que tomé la decisión correcta. Ahora, dicho brevemente la situación, necesitaría que alguien me aconseje con el corazón y la razón para afrontar y acompañar a mis hijos en este cambio completo que va a tener nuestras vidas. Espero su respuesta. Saludos.
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26 AGO 2014
· Esta respuesta le ha sido útil a 28 personas
Hola Sandra:
Entiendo que has tomado la decisión primando la felicidad de tu hijo antes que tu propia necesidad (egoísmo) de tenerlo contigo. Su ausencia ha dejado un hueco que produce vacío, dolor, tristeza. Que sientas esa tristeza y desazón, es bueno, significa que lo amas, que lo echas de menos.
Estos sentimientos te pertenecen a ti y puedes conducirlos, guiarlos. Por eso mi consejo es que te des tiempo para sentir, pero también para avanzar.
Sentir implica no apartar el dolor sino expresarlo (llorar, escribir, hablar con una amiga) y darle significados. Sería pensar en los motivos, las finalidades, las consecuencias, etc. Por ejemplo, que es un sacrificio que haces para hacerlo feliz y que verlo feliz también es una recompensa para ti.
Avanzar es accionar, acomodar la tristeza en el lugar que tiene que estar, para que no se extienda hacia lugares que no le pertenecen. Prestar la atención que se merecen el resto de actividades de la vida cotidiana. Que este sentimiento no se expanda a otras áreas de tu vida, con tu otra hija, en tu trabajo, relaciones, ocio, etc.
Como suelo explicarle a mis pacientes, para poder avanzar, debemos mover un pie y luego el otro de forma alternada. Si movemos solo un pie, dejando el otro quieto, lo único que logramos es dar vueltas en círculo.
27 AGO 2014
· Esta respuesta le ha sido útil a 7 personas
Hola Sandra,
Creo que tu decisión ha sido muy valiente y generosa para con tu hijo. Has hecho lo que él plantea como "un sueño", y pienso que, además de la ilusión, está lo que él no puede aun expresar o ver y es la necesidad de su referente fundamental como chico de 9 años que tiene ya: su padre y todo lo que como varón tiene que aprender de él.
Entiendo que como madre es muy difícil desprenderte de esa cercanía cotidiana, de ese vínculo tan fuerte, y asi también se lo puedes hacer ver al niño. En ningún caso para hacerle sentir culpable o hacerle dudar, sino para que tenga también bien claro y presente lo mucho que lo quieres.
Aun quedan muchos años de crianza, y una de las principales labores de los padres es saber distinguir cuándo hay que cuidar y proteger y cuándo dejar volar y dar autonomía.
26 AGO 2014
· Esta respuesta le ha sido útil a 7 personas
Sandra, creo que de momento lo estás haciendo muy bien. Con el tiempo te irás acostumbrando a la situación. Has tomado esta decisión pensando que es lo mejor para el niño así que recuérdalo en los momentos de bajón.
26 AGO 2014
· Esta respuesta le ha sido útil a 7 personas
Estimada Sandra, la decisión que has tomado ha debido resultarte muy dura, pero personalmente creo que ha sido la mejor para tu hijo.
Si tu hijo tiene claro lo que quiere, y la situación lo permite, deja que viva con su padre. No pienses que este sentimiento por su parte responde a que no te quiera o te quiera menos. Él se enfrenta a una situación muy difícil, viéndose de repente sin uno de sus progenitores en casa. Sentir la ausencia de su padre no implica que no te vaya a echar de menos a ti.
Has sido muy generosa al pensar en tu hijo, siéntete orgullosa de ello.
