El bullying, también conocido como acoso escolar, se trata del uso de la intimidación hacia una persona. En todos los casos, este acto está destinado a dañar, intimidar o coaccionar a una persona. El bullying suele convertirse en un patrón que puede tomar la forma de agresiones verbales, físicas y/o psicológicas. ¿Cuáles son las consecuencias y qué se puede hacer ante el acoso escolar?
¿Qué es el bullying o acoso escolar?
El acoso escolar, conocido popularmente como “bullying", consiste en cualquier forma de maltrato psicológico, verbal y/o físico que se produce dentro del contexto escolar por parte de sus alumnos. El acoso no es un hecho aislado, sino que se repite a lo largo del tiempo provocando una situación de malestar y agravio para el que lo padece.
Una definición de bullying podría ser un comportamiento negativo, reiterativo e intencionado (con objetivo de herir o desagradar) de una o varias personas, en este caso alumnos, dirigido contra a otra persona (alumno) que tiene dificultades para defenderse. Tal y como se puede observar, se establece una relación asimétrica, en donde una o varias personas tienen el poder y la otra se encuentra en una posición de indefensión.
Por lo tanto, el bullying tiene implicado un comportamiento agresivo o con el objetivo de dañar de manera intencionada, se lleva a cabo de manera frecuente, tanto en el horario escolar como fuera de este, utilizándose actualmente las redes sociales para proseguir con el hostigamiento (ciberbullying) y tal como se ha dicho, se establece entre una o varias personas manera desequilibrada.
Así mismo, es importante conocer los tres tipos de protagonistas que interactúan en un proceso de bullying:
- El agresor, que puede actuar solo aunque generalmente tiene respaldo del grupo.
- La víctima, que generalmente se encuentra aislada.
- Y los compañeros/as, que en múltiples ocasiones observan sin intervenir, los conocidos como testigos mudos, pero también están los que fomentan el acoso. Aun así, es importante tener en cuenta que puede darse el caso de compañeros que intentan mediar ante una relación víctima-hostigador.
¿Cómo reconocer y prevenir el acoso escolar?
Una de las partes más complicadas que envuelve al bullying es la detección. Suele ser un acoso invisible para las personas adultas y que tarda tiempo en detectarse, por eso se ha de estar muy atento a los cambios de los hijos/as que puedan indicar que son víctimas de acoso escolar. Como progrenitores y/o docentes deberán hacer saltar la alarma si se observa alguna de estas actitudes:
- Cambios en el comportamiento.
- Cambios de humor, tristeza o irritabilidad.
- Trastornos en el sueño: le cuesta más dormir y suele tener pesadillas.
- Cambios en los hábitos alimentarios: comen compulsivamente o les falta el apetito
- Presentan síntomas psicosomáticos. Frecuentemente, tienen dolores de tipo somático como dolor de cabeza o de tripa sin una causa orgánica que lo justifique.
- Presentan señales físicas. Hay que poner especial atención si aparecen con golpes o rasguños y diga que se ha caído.
- Rechazo continuado a ir al colegio.
- Problemas para relacionarse y aislamiento. No quiere ir a las excursiones o visitas culturales, no quiere relacionarse con sus compañeros y quiere ir acompañado a la entrada y a la salida del colegio.
- Cambios en su rendimiento escolar. Puede perder interés por los estudios así como dificultades a la hora de mantener la concentración y la atención.
Principales actitudes propias del acoso escolar
A pesar de que se pueden identificar la mayoría de las actitudes del bullying o del acoso escolar, la realidad es que existen algunas que quizá se nos escapen a la vista. Por este motivo, es fundamental detectar los diferentes tipos de acoso escolar o de bullying que existen.
- Bloqueo social: El bloqueo social consiste en marginar y aislar socialmente a la víctima a través de conductas de aislamiento. Un claro ejemplo es la prohibición de jugar en grupo o dejar que se comunique con los otros compañeros, con el objetivo de quebrar la red de apoyos del niño. Otra característica del bloqueo social se trata de provocar el llanto del niño constantemente a través de insultos con el objetivo de mostrarlo como un miembro débil y llorica. La exclusión social también es una herramienta para excluir de la participación al sujeto acosado. Esta forma de acoso provoca un vacío social del niño que al ser aislado queda excluido de todo su entorno. Este tipo de actitudes pueden ser un tipo de bullying psicológico y afectar a la autoestima de la víctima.
- Hostigamiento: consiste en maltratar psicológicamente al niño a través de desprecios, faltas al respeto y dignidad, de forma reiterada. Agrupa aquellas conductas en las que el desprecio, la ridiculización, la burla, los motes se manifiestan de forma repetida.
- Manipulación social: consiste en distorsionar la imagen social del niño. El niño es presentado con una carga negativa en la que todas sus actuaciones son motivo de estigmatización.
- Coacción: La dominación del niño a través de la coacción es una forma de bullying o acoso escolar que también afecta a aquellos que lo sufren. La víctima es obligada constantemente a realizar actividades en contra de su voluntad que otorgan al acosador poder social. En muchos de los casos las coacciones van ligadas a vejaciones y abusos que el niño silencia por miedo a las represalias. El acosador consigue a través de la coacción y la intimidación atemorizar al niño.
- Agresiones o amenazas físicas: La amenaza a la integridad física e incluso las agresiones físicas son la forma más contundente en la que se manifiesta el acoso escolar o el bullying. El agresor intimida al sujeto maltratado a través de amenazas contra la integridad física del niño o de su entorno, y también a través de la extorsión.
¿Cuáles son los tipos de bullying?
El bullying es la denominación común del acoso escolar, pero se puede hablar de 6 subtipos de este:
- Bullying físico: Es aquel que contiene agresiones físicas: golpes, bofetones, empujones, caídas, zancadillas, etc. También incluye el robo de pertenencias de la víctima.
- Bullying psicológico: Se trata de agresiones que tienen por objetivo disminuir la autoestima del agredido. Las amenazas, la intimidación, el chantaje o la manipulación son solo algunos ejemplos.
- Bullying sexual: Se produce cuando se realizan referencias malintencionadas a las partes íntimas o comentarios sexuales sobre la víctima. Dentro de esta categoría encontramos el bullying homófobo, que es aquel en el que el acoso hace referencia a la orientación sexual del agredido por motivos de homosexualidad, sea real o no.
- Bullying social: El objetivo de este tipo de acoso escolar es aislar a la víctima del grupo, ignorándolo o excluyéndolo. Puede ser directo (expulsar de un grupo) o indirecto (hacer como si no existiera).
- Bullying verbal: La finalidad de este acoso es discriminar, difundiendo chismes malintencionados, bromas insultantes, motes, burlas, rumores racistas o sexuales.
- Ciberbullying: Se trata de una forma de bullying que cada vez ha tomado más protagonismo en los últimos años. Este acoso se recibe a través de internet, y sobre todo en las redes sociales.
Causas del bullying
El perfil tipo del acosador es el de un niño o niña es bastante variado y heterogéneo. Muchas veces convertirse en el centro de las burlas de los compañeros se produce por azar, aunque hay algunos factores que aumentan estas posibilidades como: sufrir alguna discapacidad, haber padecido acoso anteriormente, padecer algún trastorno del aprendizaje o pertenecer a un grupo minoritario, ya sea de carácter religioso, sexual étnico o cultural. Es más fácil que el acoso se agrave si las víctimas son tímidas o introvertidas o tienen dificultades en la comunicación con padres o profesores.
Por otra parte, el acosador suele responder a un perfil de una persona que es físicamente fuerte, también impulsiva y dominante. Es bastante probable que tenga problemas al relacionarse con otras personas y por eso use el miedo y el temor para mantener a otros niños a su lado. Tienen conductas antisociales y cuentan con una ausencia total de empatía con sus víctimas. Pese a que la víctima es la principal sufridora, que un niño o niña responda a este perfil significa que también debería acudir a terapia para buscar el origen de toda esa frustración y rabia y poder tratarse de una manera adecuada por su propia salud mental y la de sus compañeros.
Cabe destacar que a estos dos perfiles principales se les ha de sumar el de los instigadores (jalean al agresor, proponen ideas, colaboran) y el de los espectadores pasivos (refuerza la actitud del agresor en no reprobar su conducta).
¿Qué es el ciberbullying?
Como se ha mencionado más arriba, el ciberbullying no es más que el uso de las nuevas tecnologías para seguir acosando a las víctimas. La principal diferencia con el acoso escolar es que, mientras con el primero el alcance se limita al centro educativo o al barrio, en el ciberbullying el alcance es mundial. Se le suma que es posible contribuir al ciberbullying de manera anónima.
Los tipos de ciberbullying suelen ser diversos: mensajes anónimos, creación de páginas web o blogs que ridiculizan a la víctima, suplantación de identidad para conseguir confesiones de la víctima que luego se publicarán, etc. El contenido en sí suele ser muy diverso: vídeos grabados sin que la víctima sea consciente, críticas de la religión que practica, sobre su orientación sexual, sobre su procedencia, sobre su nivel socioeconómico, sobre su apariencia física, etc., montajes fotográficos, etc. El ciberbullying puede ir combinado con otros tipos de acoso como el bullying sexual o el verbal.
Consecuencias del acoso escolar
En todos los casos, el bullying tiene consecuencias para la víctima. Aun así, los efectos del maltrato escolar suelen diferir de una persona a otra debido a la personalidad y al entorno familiar de los niños/as. Principalmente, las personas que reciben bullying suelen experimentar los siguientes efectos:
Consecuencias del acoso escolar a corto plazo
- Aislamiento social
- Sentimientos de vergüenza
- Alteración del sueño
- Cambios en los hábitos alimenticios
- Baja autoestima
- Evitación de la escuela
- Síntomas de ansiedad
- Más tendencia a ponerse enfermo/a
- Síntomas psicosomáticos (dolores de estómago, dolores de cabeza, dolores musculares, otras quejas físicas sin causa médica conocida)
- Bajo rendimiento escolar o peores resultados académicos
- Síntomas de depresión
Consecuencias del acoso escolar a largo plazo
Los niños/as que no reciben una intervención en los casos de bullying o acoso escolar pueden acabar padeciendo los siguientes efectos a largo plazo:
- Depresión crónica
- Riesgo de suicidio
- Trastorno de ansiedad
- Trastorno de estrés postraumático
- Efectos en la salud física
- Autolesiones
- Abuso de sustancias
- Dificultad para relacionarse
¿Cómo prevenir el acoso escolar?
Una vez identificados los diferentes mecanismos que utilizan los acosadores escolares para ejercer su presión e intimidar a la persona acosada es importante conocer herramientas de prevención para evitar que esta situación se repita en las aulas. Es necesario que haya una colaboración conjunta entre el colegio, la familia y el afectado.
- Profesores y comunidad educativa: A la hora de prevenir el acoso escolar o el bullying, es importante que los profesores identifiquen y localicen los espacios en los que se da el acoso. Generalmente, suelen ser espacios dentro del entorno escolar que cuentan con una menor supervisión; baños, pasillos del colegio, autobuses escolares, etc. Los administradores y profesores deben facilitar un espacio en el que la información de lo que sucede en las aulas no sea símbolo de delato. Un lugar donde los estudiantes puedan poner de manifiesto sus problemáticas en las aulas para gestionar de forma conjunta los conflictos y buscar soluciones. Así como enseñar al alumnado a cómo intervenir en un caso de abuso. Es importante también que ese espacio se pueda dar entre padres y profesores con el objetivo de prevenir desde casa actuaciones que puedan fomentar el acoso escolar. En el caso de que exista una sospecha firme es importante una rápida actuación. La escuela debe estar abierta a las quejas de los padres que sospechen que su hijo puede ser víctima del acoso escolar y, por otra parte, a los alumnos que sospechen que algún compañero puede sufrir bullying escolar o ellos mismos.
- Progenitores: Es importante que los progenitores observen la actitud que presenta el niño respeto al colegio. En la mayoría de los casos, los niños sufren en silencio el acoso escolar. Por tal motivo, es importante que los padres sepan realizar una lectura de los síntomas que pueden poner de manifiesto el acoso. El temor a ir a la escuela, la disminución del apetito, terrores nocturnos, ansiedad o depresión son indicios de que el niño puede estar sufriendo acoso escolar. El niño debe contar con un apoyo en el colegio. Por esta razón el alumno deberá buscar puntos de apoyo en profesores o compañeros para poder hacer frente al maltrato. Dotar a su hijo de técnicas o estrategias para hacer frente al acoso será imprescindible para poder llevar la situación de la mejor forma posible mientras se pone solución al conflicto.
- Tecnología: La tecnología puede ser otra herramienta utilizada por los acosadores. Será importante que los padres ejerzan un control sobre el uso que realizan sus hijos sobre ésta. En el caso de que el niño sufra amenazas a través de las nuevas tecnologías será importante guardar todas las evidencias pertinentes para demostrar el acoso.
- Herramientas de identificación del acoso: Más vale prevenir que curar. El alumnado debe ser consciente de qué es el acoso escolar para poder prevenirlo y denunciarlo en el caso de que sea testigo o víctima.
- Estudiantes y víctimas: Es importante que los estudiantes informen a los padres, profesores o a un adulto de confianza sobre cualquier caso de intimidación. El alumnado debe evitar responder al acoso con violencia. Es recomendable alejarse de la situación de violencia para evitar problemas mayores.
¿Cómo se puede ayudar a una víctima de bullying?
Para empezar, es muy importante mantener una actitud de comunicación positiva basada en la validación emocional y abierta con los hijos. Eso hará que se muestren más abiertos a contar cualquier problema, aunque, en el caso del bullying, el sentimiento de culpa suele tener un gran peso y estas revelaciones pueden tardar algo más de tiempo en producirse.
También hay que mantener un diálogo entre progenitores y profesores que ayuden a detectar comportamientos en entornos que no ve el otro y que puede dar una radiografía más acertada de lo que puede estar experimentando el niño en sus propias carnes. Si tus hijos/as están padeciendo bullying, se recomienda que sigas los siguientes consejos:
- Trabaja en su actitud: Normalmente, las personas que han padecido o padecen de acoso escolar suelen acabar teniendo creencias negativas sobre sí mismos/as y también sobre los demás. Intenta trabajar con él/ella estas creencias.
- Ayúdelos a mejorar sus habilidades sociales: Identificar las áreas en que tu hijo/a en las que tiene dificultades y ayúdelo a superar aquellos desafíos en estos aspectos. Intenta enseñarle cómo manejar ciertas situaciones difíciles.
- Enseñáles a manejar las emociones: Las víctimas del bullying suelen luchar para controlar sus emociones. De hecho, con frecuencia, suelen fijarse más en lo que sucede a su alrededor y pueden responder de manera crítica o exagerada ante ciertos conflictos. También reaccionan fuertemente a los insultos, las burlas y la intimidación.
- Céntrate en lo académico: En general, las víctimas del bullying, suelen acabar mostrando peores resultados en el ámbito académico. Para ayudarlos, intenta escucharlos y motivarlos para estudiar y centrarse en ello.
- Busca ayuda externa: Debido a que una víctima de bullying puede ser acosada constantemente, es importante que ayudes a tu hijo/a a superar los efectos de la intimidación y del acoso. De este modo, es vital que acuda a un psicólogo/a profesional.
A pesar de que el bullying en España es cada vez más señalado por parte del profesorado y del alumnado, la realidad es que estas actitudes aún están muy lejos de extinguirse. Es por ello, que es muy importante la coordinación entre los profesionales de la psicología y de la educación con los padres para poder detectar y solucionar estas situaciones. La salud mental de los niños es una cuestión de prioridad.
¿Quién te puede ayudar?
Profesionales de la psicología podrían ser un gran apoyo en las familias que tienen un integrante que sufre bullying. No solo actuará con el alumnado, sino que podrá servir al resto de familiares para poder crear lazos de unión y protección y convertirse en su bote salvavidas. Dichos profesionales especializados en bullying disponen de una gran cantidad de recursos que emplearán con alumnos y familia, incluso si se da el caso con el centro educativo. Los progenitores del alumnado que sufre bullying también pueden compartir su historia con otros padres que han pasado o están pasando por una situación similar para sentirse apoyados.
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Escrito por
Moisés Suárez Nordelo
Psicólogo General Sanitario experto en psicología deportiva. Además, cuenta con diversa formación que ha cursado en diferentes cursos, como mediación intergeneracional en conflictos de familia, técnicas de mindfulness, igualdad y adicciones. Le gusta trabajar en que las personas puedan expresarse con naturalidad, confianza y sin juicios.
Bibliografía
- Hurley, K (2020). Short Term and Long Term Effects of Bullying. Psycom. https://www.psycom.net/effects-of-bullying
- Walton, A (2013). The Psychological Effects Of Bullying Last Well Into Adulthood, Study Finds. Forbes. https://www.forbes.com/sites/alicegwalton/2013/02/21/the-psychological-effects-of-bullying-last-well-into-adulthood-study-finds/?sh=5340879d1592
- Seunagal, G (2021). The Psychology Of Bullying: Understanding What's Behind The Bully. Better Help. https://www.betterhelp.com/advice/bullying/the-psychology-of-bullying-understanding-whats-behind-the-bully/