"Un obsesivo compulsivo puede acabar siendo esclavo de su propio control"
Marta Martín Cardeña, licenciada en Psicología y máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid se ha entrevistado con Mundopsicologos.com para explicarn
Marta Martín Cardeña, licenciada en Psicología y máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid se ha entrevistado con Mundopsicologos.com. Cuenta con el DEA, estudios avanzados de doctorado y con el CAP y es directora de Áncora Gabinete de Psicología. Especialista en tratamientos del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), resuelve nuestras dudas sobre esta enfermedad psicológica.
¿Cómo comenzó su carrera profesional? ¿Cuál fue su primer trabajo?
Comencé a desarrollar mi carrera buscando experiencia en distintos ámbitos de la atención pública (Concejalía de la mujer, Servicios Sociales…). A finales del 2007 entré en la consulta privada de un gabinete de psicología. Entonces me di cuenta de que era ésta mi auténtica vocación.
¿Cómo ha sido la experiencia de abrir un gabinete? ¿Qué le impulsó a crear su propio negocio?
Mis primeros años de experiencia y de gestión me convencieron de que para dar el mejor servicio a cada paciente es necesario contar con profesionales especializados.
Así, en 2012, abro las puertas de Áncora Gabinete de Psicología con un equipo formado por seis profesionales: una doctora en psicología experta en pareja y familia, un psicólogo clínico y educativo, una psicóloga infantil, una psicóloga deportiva y una psicóloga especialista en audición y lenguaje.
¿Qué problemas presentan más habitualmente sus pacientes?
Estamos atendiendo a personas con motivos de consulta muy diversos. Al ser seis psicólogos especializados podemos abarcar prácticamente todo tipo de problemas.
Los motivos de consulta que más atiendo yo en el gabinete son todos los problemas relacionados con ansiedad, depresión, ruptura sentimental, baja autoestima, hipocondrías, personas perfeccionistas o con necesidad de control, trastorno obsesivo compulsivo y personalidad obsesiva.
¿Qué diferencia hay entre el TOC y la personalidad obsesiva?
Aunque pueda parecer lo mismo, son dos problemas diferentes.
La persona con una personalidad obsesiva es una persona con un patrón general que se preocupa por el orden, el perfeccionismo y el control. En cambio, el TOC es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones.
Las obsesiones se definirían como ideas, pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que vienen a la mente de forma involuntaria y se viven de forma intrusiva e inapropiada. No estaríamos hablando de simples preocupaciones.
Las compulsiones se definen como actos motores (comportamientos) o actos mentales de carácter repetitivo, que la persona se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente. A la persona con TOC todo esto le provoca elevados niveles de ansiedad.
¿Qué causas llevan a alguien a padecer TOC?
Las causas del Trastorno Obsesivo Compulsivo no son conocidas en su totalidad aunque existen diversas teorías. Tanto los factores ambientales como genéticos parecen contribuir a su aparición.
Hay algunas teorías que sugieren la existencia de alteraciones de algunas regiones específicas del cerebro. Otras investigaciones han encontrado que presentan diferencias en la sustancia gris del cerebro. Otros estudios parecen indicar que existen anormalidades en ciertos neurotransmisores (bajos niveles de serotonina).
Pero también entran en juego factores ambientales. En muchos casos existen situaciones muy estresantes o dramáticas que podrían actuar como factor desencadenante. El fallecimiento de un ser querido, enfermedades, problemas graves familiares... podrían provocar que una persona no pueda parar de pensar en esa situación y, por lo tanto, empezar a realizar una serie de conductas que tratan de aliviar el malestar.
También podríamos decir que hay personalidades que pueden ayudar a que se desarrolle este trastorno más fácilmente, como es una personalidad muy estricta, exigente, perfeccionista, controladora... El control acaba convirtiéndose poco a poco en una idea obsesiva que solo encuentra alivio a través de sí mismo. La persona puede terminar, así, esclava de su propio control.
¿Cómo se clasifican los tipos más comunes de TOC?
El TOC puede manifestarse de muchas maneras, aunque las temáticas más conocidas son las de limpieza o comprobación. Hay muchos tipos diferentes que van, desde obsesionarse con el acto de tragar la propia saliva, hasta el miedo a hacerle daño a un ser querid
Podríamos enumerar muchos tipos y muy diferentes, como son las obsesiones de limpieza, lavado, contagio, contaminación…; o las obsesiones de comprobación; comprobaciones somáticas e hipocondríacas; obsesiones de repetición, o de ordenación, o de acumulación. O compulsiones mentales, con números, supersticiosas, perfeccionistas al extremo, preguntas compulsivas, obsesiones indecisas sin fin, obsesiones relacionadas con la sexualidad, con contenido agresivo…
¿El trastorno TOC se trata con fármacos? ¿Es posible tratar el problema sin medicamentos?
Lo que va a marcar la necesidad de recurrir o no a los fármacos son básicamente dos factores: la gravedad del trastorno y la capacidad de la persona de poder enfrentarse al tratamiento.
Hay que recordar que una parte fundamental del tratamiento del TOC es el momento en el que el paciente pone en práctica las técnicas de exposición con prevención de respuesta. Esto quiere decir que la persona tiene que ser capaz de no realizar la compulsión, aun sabiendo que es la realización del ritual lo que le calmará.
Cuando la persona se encuentra excesivamente boqueada o por mucho que lo intente es incapaz de poner en práctica estas técnicas, sí es recomendable un apoyo farmacológico para así poder disminuir los niveles de ansiedad.
Los medicamentos que podrían ayudarnos en estos casos son los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS).
¿Afecta el TOC a la vida diaria del paciente? ¿Cómo?
Por supuesto. Si algo tienen en común todas las personas que sufren este trastorno son sus elevados niveles de ansiedad y angustia. En muchas ocasiones el paciente intenta que nadie se entere y trata de esconder su problema a los demás. En muchos casos piensan que los demás no les van a comprender, o que van a pensar que es una tontería o que están locos.
Además de esta ansiedad, angustia, vergüenza, miedo... en muchas ocasiones es frecuente el sentimiento de culpa por tener este tipo de pensamientos.
Por lo tanto, la calidad de vida de una persona con TOC se ve deteriorada, ya que la persona está constantemente luchando consigo misma y suele tener consecuencias en su vida personal y en las relaciones con los demás.
¿Hay alguna edad concreta en la que sea más probable padecer TOC?
El inicio del TOC es de difícil determinación, aunque por norma general suele aparecer a edades jóvenes. Su inicio puede abarcar desde el colegio hasta la edad adulta. Habitualmente, el cuadro suele empezar en la adolescencia o al principio de la edad adulta. Hay estudios que dicen que el 75% de los casos suele desarrollarse entre los 15 y 30 años de edad.
Como dato a destacar, podríamos comentar que los primeros síntomas suelen aparecer en edades más tempranas en el caso de los hombres, que en el caso de las mujeres.
¿Cómo afecta este trastorno a los familiares del paciente?
Es un problema que tanto la persona que lo sufre como los que están a su alrededor lo viven con mucho malestar. Hay pacientes que al vivir con vergüenza este trastorno tratan de ocultarlo y los familiares no saben realmente qué les ocurre, pero están preocupados porque saben que algo va mal. También hay casos donde ocurre todo lo contrario, pacientes que hablan de su problema abiertamente en casa y son los propios familiares los que dicen que es una tontería o algo ridículo o que ya se les pasará.
También hay casos donde son los familiares los que permiten que se hagan las compulsiones para que el paciente esté bien. O el extremo opuesto, familiares estrictos que "machacan" al paciente cada vez que realiza su ritual, provocando en éste un doble sufrimiento. Por un lado, padecer su problema y, por otro, la sensación de incomprensión y de castigo. O familiares que acuden a consulta sintiéndose culpables porque reconocen que tenían que haber pedido ayuda psicológica mucho antes.
Ser familiar de una persona con toc no es fácil. Muchas veces no saben cómo tienen que comportarse y, en la mayoría de los casos, sufren más de lo que pueda parecer ya sea por desconocimiento, impotencia, cansancio, sentimientos de culpa, etc.
¿Cómo trabajáis con las personas que presentan TOC?
Lo primero que haremos en la evaluación es detectar y registrar tanto las obsesiones como las compulsiones. Empezaremos enseñando al paciente a identificar las obsesiones y la técnica de parada de pensamiento. A través de la técnica de reestructuración cognitiva aprenderá a cambiar sus pensamientos, le enseñaremos autoinstrucciones para que sea capaz de dirigir su pensamiento y que no sean las obsesiones quien le controlen a él.
Es importante también en este proceso enseñarle a entenderse y normalizar todo lo que está viviendo.
Pero no sólo podemos trabajar con la parte de las obsesiones, las compulsiones son igual de importantes o más. El paciente tendrá que exponerse gradualmente a no llevar a cabo los rituales. Es la parte más difícil de la intervención. Para esto trabajaremos con técnicas de autocontrol y de exposición con prevención de respuestas.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD