Las redes sociales y su impacto en el desarrollo cerebral

¿Cómo pueden afectar las redes sociales al desarrollo de nuestro cerebro? Descubre todos los estragos que puede tener el uso habitual de las redes sociales.

6 OCT 2023 · Lectura: min.
Las redes sociales y su impacto en el desarrollo cerebral

Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos conectamos y comunicamos, permitiéndonos establecer vínculos con personas de todos los rincones del mundo. Sin embargo, no solo traen beneficios. Algunos estudios sugieren que puede tener un impacto negativo en el desarollo cerebral. Pero, ¿cómo puede afectar?

El impacto de las redes sociales en nuestro cerebro

Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos conectamos y comunicamos, permitiéndonos establecer vínculos con personas de todos los rincones del mundo. Sin embargo, no solo traen beneficios. Algunos estudios sugieren que su uso puede tener consecuencias en el desarrollo cerebral, especialmente en adolescentes.

  1. Las Redes y la Adicción: La interacción en plataformas sociales puede activar los centros de recompensa en nuestro cerebro, asociados a sensaciones de placer y motivación. Esto puede generar un ciclo donde buscamos constante aprobación virtual en forma de "me gusta", comentarios y compartidos. Investigaciones de la Universidad de Carolina del Norte señalan que los adolescentes que se sumergen con frecuencia en estas plataformas muestran mayor activación en dichas áreas cerebrales (Maza et al., 2023).
  2. Decisiones Sociales Influenciadas: Nuestro comportamiento y autoimagen pueden ser moldeados por las respuestas que recibimos en las redes. Esta retroalimentación inmediata puede intensificar nuestra sensibilidad a recompensas y castigos sociales, desde elogios hasta críticas. Esta misma universidad identificó que quienes usan intensamente las redes tienen una mayor actividad en las regiones cerebrales relacionadas con la toma de decisiones sociales (Maza et al., 2023).
  3. Memoria Comprometida: Las redes sociales pueden saturar nuestra mente con una avalancha de información. Esta sobrecarga puede afectar nuestra capacidad de concentración y retención. Además, nuestro cerebro puede empezar a depender excesivamente de las redes para obtener información, afectando nuestra memoria transactiva. Estudios de NeuroGrow vinculan el uso intensivo de redes sociales con déficits en esta área de la memoria (Firth et al., 2019).

Las redes sociales, como se ha discutido, son una doble cara de la moneda. Por un lado, han democratizado la información, otorgando voz a quienes antes no la tenían y creando puentes de entendimiento entre culturas dispares. Pero, por el otro, han fomentado una cultura de gratificación instantánea, donde el valor del individuo puede ser medido, erróneamente, por la cantidad de "likes" o seguidores.

El impacto de las redes sociales en nuestro cerebro

Este paradigma ha traído consigo no solo cambios en la dinámica social y en la percepción de uno mismo, sino también en cómo nuestro cerebro procesa y reacciona a la información. El peligro radica no en las herramientas en sí, sino en el uso que les damos y en la falta de consciencia sobre sus repercusiones a largo plazo.

Reflexionar sobre esto es esencial, pues nos encontramos en una encrucijada. Si optamos por sumergirnos en el mundo digital sin cuestionar, corremos el riesgo de que nuestra identidad, percepciones y relaciones se vean condicionadas por algoritmos y tendencias pasajeras. Por otro lado, si abordamos estas herramientas con discernimiento, con una educación digital adecuada y con una intención clara de uso, pueden convertirse en aliadas extraordinarias en nuestra evolución personal y colectiva.

La invitación es a no dejar que la tecnología nos defina, sino a definir nosotros cómo y cuándo la tecnología entra en nuestras vidas. Que no se convierta en un refugio para evadir la realidad, sino en una herramienta que potencie nuestra capacidad para enfrentarla, comprenderla y mejorarla.

En última instancia, la era digital no es una amenaza, ni un paraíso; es un espejo. Y en él, vemos reflejados tanto nuestros mayores logros como nuestros más profundos desafíos. La elección de cómo enfrentar ese reflejo, de cómo interpretarlo y actuar al respecto, está en nuestras manos. Es momento de tomar las riendas y decidir conscientemente el rumbo de nuestra travesía en esta vasta mar digital.

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Escrito por

Ricardo Muñoz Puelles

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Bibliografía

  • Maza MT, Fox KA, Kwon S, et al. Association of Habitual Checking Behaviors on Social Media With Longitudinal Functional Brain Development. JAMA Pediatr. 2023;177(2):160–167. doi:10.1001/jamapediatrics.2022.4924
  • Firth J, Torous J, Stubbs B, Firth JA, Steiner GZ, Smith L, Alvarez-Jimenez M, Gleeson J, Vancampfort D, Armitage CJ, Sarris J. The "online brain": how the Internet may be changing our cognition. World Psychiatry. 2019 Jun;18(2):119-129. doi: 10.1002/wps.20617. PMID: 31059635; PMCID: PMC6502424.
  • Abrams, Z. (2023, August 3). Why young brains are especially vulnerable to social media. https://www.apa.org/news/apa/2022/social-media-chi...

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